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Baeza tenía tantos conventos
como la capital, 17, y la misma distribución, 10 de frailes y 7 de monjas.
Había mercedarios, carmelitas descalzos, paúles, trinitarios calzados y
descalzos, dominicos, franciscanos, jesuitas (con dos conventos) uno de ellos el de Santiago y un
total de 24 sacerdotes y 11 coadjutores), y también uno de comendadores del
Espíritu Santo, otro de recoletos de San Buenaventura y un colegio
universitario, el de San Felipe Neri, para estudiantes de filosofía y teología.
Conventos de monjas eran el de Padua, el de agustinas recoletas, carmelitas
descalzas, el de Santa Paula, clarisas, dominicas de Santa María de Gracia y
uno de franciscas claustrales que era además colegio para niñas pasan al estado religioso,disponiendo
entonces de 6 plazas a ese efecto.
Los habitantes de Baeza ocupaban 1.818
casas, 134 alquerías y 70 cortijos. En un término de 51.147 fanegas, había 3
molinos harineros y 19 hornos de pan, 17 molinos de aceite, 4 tenerías y 5
tintes de lana, 2 mesones y 3 hospitales, uno de ellos para pobres mendigos
pasajeros y otro para enfermos tocados
de fuego , el de San Antonio Abad
Entre las
diversas encomiendas dependientes de la Preceptoría General de Castrogériz, se halla la de Baeza.
La noticia
más antigua que poseemos acerca de esta casa se encuentra en la Tasación de la
Décima Pontificia
de 1311 a 1312, en la que se enumeran las distintas cantidades que ha
de pagar a la Cámara Apostólica cada una de las entidades religiosas del
obispado de Jaén; se alude a la orden de S. Antón en los siguientes términos:
Sant Antón de Baeça ha de dar de décima dos maravedís
Es esta una
fecha muy cercana a la de su constitución como orden por Bonifacio VIII, y uno de los momentos de más pujanza
de su historia. La finalidad de esta fundación coincide con la de la Orden en general,
puesto que estaba integrada por un hospital destinado a acoger enfermos del
fuego sacro, anejo a una iglesia para el culto del santo.
La referencia más
moderna procede de un autor del siglo XIX que decía lo siguiente:
"Existe
esta iglesia [de S. Antón] de cuya fundación por antigua no hay memoria, pero
existe cerrada al culto y a todo uso, desde el año 1842, por su estado completamente ruinoso. Su emplazamiento
está lindando a la casa de niños expósitos, derecha entrando en ella y formando
esquina a la calle y callejón del nombre del Santo. Perteneció esta iglesia, en
época remota, a la casa destinada a hospital para curar enfermos de fuego de S.
Antón; establecimiento que estaba regido por un llamado comendador. Hoy es
propiedad del municipio y hay necesidad de demolerlo
porque ofrece inminente peligro su mal estado".
En cuanto al
personal dedicado a atender a los enfermos, además de los hermanos que se
ocupaban de estas tareas, así como de la recogida de limosnas y de los cuidados
espirituales, en este hospital De Baeza, como en todos los demás, había
"asalariado, médico y cirujano, boticario y barbero.
(Aún conserva el hueco cegado del torno de cuando fue casa de Niños Expósitos). |
Para su mantenimiento
la fuente de ingresos más importante son las limosnas, que presentan la
problemática de la orden en general. En primer lugar la proliferación de
cofradías bajo la advocación de S. Antón, cuyas tareas de cuestación había que controlar y reglamentar.
En segundo lugar están las ingerencias del clero secular en el producto de las
peticiones. En este aspecto existe un documento de 1382 referente a un pleito entre el cabildo de Jaén y el
comendador de la orden de S. Antón de
Córdoba y Baeza, sobre la cuarta parte de la
cuestación realizada por dicha orden y que era retenida por el cabildo.
La solución del
problema se alcanzó con la renuncia por parte del cabildo expresada en
los siguientes términos:
"Los
dichos señor obispo et cabillo desían que [la quarta parte de la demanda que la dicha orden de Sant Antón fase en el obispado de Jahén], pertenesçía aver a la obra de la dicha iglesia de derecho; e que agora
por amor de pase de concordia et otro sí por amor de Sant Antón et por la grant
povresa e mester en que la dicha orden está en este
obispado, que ellos que partían mano para agora et para siempre
jamás en todo tiempo, de la dicha quarta parte de la dicha demanda; e puesto que ellos oviesen derecho a ella, que ellos les fasian quitación et donamiento della a la dicha orden para con que meior se pudiesse proveer".
Otro
testimonio que incide en este mismo aspecto, aunque ya más tardío, es un
documento fechado el 26 de febrero de 1532, en Valladolid, por el que "fray Lucas Fernández de
Almenara, comendador de la casa e monesterio del Señor S. Antón de la çibdad de Baeça", solicitó ante el notario que se hicieran traslados de
una carta apostólica, en forma de breve, de Clemente VII (1378-1394), en la que se ordenaba que no se impidiera
la cuestación de limosnas a las personas de dicha orden.
Por último encontramos la competencia planteada por la aparición y asentamiento
en su jurisdicción de otras órdenes mendicantes. En este sentido se expresan la
ordenación LXXXI del Capítulo de Toledo de 1596, en la que se manda al comendador de Baeza, Fray Lucas
de Almenara, que haga las gestiones para que se resuelva el proceso que se
había iniciado en la Real Chancillería de Granada, porque "los frailes de
la tercera regla de S. Francisco, con siniestras relaciones y inválidos títulos
y derechos, están intrussos en la cassa perteneciente a esta
Orden; y no solo hacen esto pero en nombre de su patrón, contra todas las liçençias y facultades apostólicas y reales,
cobran limosnas".
En cuanto a
la región en la que podían desarrollar su actividad de cuestación, queda
delimitada en la ordenación del Capítulo de Toledo de 1596, en la que se
dice:
Baeza procura sus limosnas en el obispado
de Jaén,
la encomienda de Martos, abbadía de Alcalá la Real y por permisión del Señor Comendador
Mayor, mientras fuere su voluntad, en el obispado
De Guadix y Almería, arzobispado de Granada, y
Hoya de Baza"
Como vemos, esa encomienda que nació como enclave de la orden en el Alto
Guadalquivir, vió enriquecida su jurisdición con las tierras procedentes de la
reconquista del reino de Granada, en competencia con la de Ciudad Real, que,
según la misma fuente, pedía limosna en el "Campo de Calatrava, Campo de
Montiel, Arcedianazgo de Alcaraz, Vicaria de la Puebla de Alcocer, Montes de
Toledo, Adelantamiento de Cazorla, Baile de Segura, La Vicaria de Huéscar, Hoya
de Baza después de Baeza".
Sobre la
importancia que dentro de la Preceptoría general de Castrogériz podía tener
esta encomienda, además de su extensión territorial,poseemos su posición en la
lista de las pensiones que habían de pagar a la Encomienda Mayor. Esta
relación, aunque es de 1596, está hecha "teniendo en cuenta el estatuto
antiguo", que no es, sino la "Sagrada Reformación" de 1477. En
ella aparece Baeza que ha de contribuir con 2.250 maravedís anuales, le superan
Salamanca con 3.000 y Alfaro con 6.000, y en sus mismas circunstancias se
encuentran Cuenca y Murcia, Toro y Benavente, Atienza y Córdoba
POR EL AÑO DE 1588 LA ERMITA DE S. ANTÓN DE GUADIX DEPENDÍA DE LA ORDEN DE LOS HERMANOS HOSPITALARIOS DE S. ANTONIO, CONOCIDOS COMO ANTONIANOS, QUE FUNDARON EL HOSPITAL DE S. ANTONIO ABAD DE BAEZA
Por los años de 1588 la ermita de S. Antón de Guadix
dependía del Hospital de San Antón Abad de Baeza.
Este hospital fue
fundado posiblemente en el primer cuarto del siglo XVI por la Orden de
S. Antonio, conocida como Antonianos, que se instituyó hacia 1095 con el
propósito de cuidar a los que sufrían una enfermedad muy común en la
Edad Media conocida como el “fuego de S. Antón”.
En 1532 el comendador o
superior de la Orden en dicho hospital era fray Lucas Fernández de
Almenara. La Orden de los Hermanos Hospitalarios de S. Antonio fue
extinguida en 1791 por el Papa Pío VI.
Refiriéndome a la ermita de S. Antón de Guadix, y por lo que se
infiere del exiguo documento, el Comendador del hospital de Baeza tenía
la potestad de nombrar al ermitaño que atendía la ermita, posiblemente
de la misma Orden de los Hermanos Hospitalarios de S. Antonio. Pero
salta una duda, ¿sería porque el titular de la ermita era S. Antón o
porque en ella se recogían enfermos que padecían el mal del “fuego de S.
Antón?
El Hospital de Baeza y Alcalá la Real
El Hospital de Baeza recibió privilegios apostólicos y reales para recoger limosnas en diversos lugares del reino de Jaén , y, en concreto, Alcalá la Real pertenecía a ella por tres razones: “ las limosnas pertenecían a la Real Casa Hospital del Señor San Antonio Abad de Baeza, y a los comendadores e fuerza de los privilegios reales y apostólicos que tiene ; por estar dicha ciudad en el distinto y demarcación de dicha encomienda; y finalmente ya si mismo la discreción y gobierno de la referida iglesia por ser erecta en la advocación del señor abad san Antonio Abad” Tan sólo se nombraba un sindico recolector que debía dar cuentas de la recolecta.
En 1976 el edificio fue restaurado y acondicionado como Casa de la Juventud y sede de la Cruz Roja. Entre 1986 y 1988 la Escuela Taller de Baeza lo restaura, acondicionandolo para Archivo Historico y Biblioteca.
La orden de San Antón
La Orden de
S. Antón es una de las órdenes hospitalarias creadas enla Edad Media, para
remediar la situación de los muchos enfermos orasionados por las distintas
epidemias que azotaron a la humanidad a lo largo de dicha época.
Nace en la
ciudad francesa de Vienne, en cuya iglesia de S. Antón se conservaba, según
piadosa tradición, el cuerpo de S. Antonio Abad, traído de Constantinopla.
Un caballero
de dicha ciudad, llamado Gastón, ante la gravedad de su hijo que había enfermado
del llamado fuego de S. Antonio, una especie de erisipela, prometió al Santo
que si éste sanaba fundaría un hospital anejo a su iglesia de la ciudad. Cuando
el muchacho curó, su padre junto con un grupo de piadosos varones, fundó dicho
hospital y en 1095, se constituyó en cofradía para cuidar de los enfermos
aquejados de dicho mal y para recoger las limosnas que hicieran posible el
mantenimiento de dicha casa de caridad. Esta asociación fue autorizada por
Honorio III en 1228.
La Iglesia
de S. Antón de Vienne, así como el citado hospital y, por tanto su cofradía, se
hallaban bajo la jurisdicción del Monasterio de Montemayor, de la Orden de S.
Benito, de la diócesis de Arlés. Fué Bonifacio VIII, por medio de la Bula In
dispositione, fechada en Roma, 16 de junio de 1297, el que la constituyó
como orden, dándole a observar la regla de los canónigos regulares de S.
Agustín e independizándola de cualquier otra autoridad eclesiástica, al
constituirla en monasterio directamente ligado a la Sede Apostólica.
Su función
hospitalaria se orientaba fundamentalmente al cuidado de las personas que
padecían la enfermedad del fuego de S. Antonio. Con posterioridad, esta
dedicación se amplió, al menos oficialmente, al cuidado de los niños expósitos,
los pobres y los peregrinos . Sin embargo la actividad primordial de las casas de la Orden se dirigió a los quemados, personas
que padecían o habían padecido el fuego sacro, y a los pobres siendo estos últimos los
beneficiarios de su hospitalidad cuando esa enfermedad fue desapareciendo,
hasta el punto de hacer innecesaria la existencia de esta Orden.
Los medios
económicos de que se valía esta congregación para atender a la realización de
sus fines procedían de dos fuentes fundamentales: las limosnas y las
"mandas" testamentarias .
Las limosnas tienen tres procedencias diferentes:
las que se consiguen por la petición directa de los "freyres" en los
distintos núcleos de población; aquellas que se obtienen a partir del culto al
Santo; y, por último, unas que tienen carácter muy peculiar la manutención por
los fieles de los animales marcados con el signo de S. Antón, especialmente los
cerdos
GALERIA FOTOGRAFICA
En un muro lateral, algo retranqueado, hay otra
solana con antepecho heráldico que procede de un derribo de la calle del
Carmen, núm. 23.
FUENTES:
Carmen Argente del Castillo Ocaña
José Rivera Tubilla - Archivo Histórico Diocesano de Guadix
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