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jueves, 27 de febrero de 2020

Al Bayyasi el último emir árabe que tuvo Andújar





al-Bayyasi ayudó a Fernando III a tomar algunas localidades giennenses como Montejícar, Pegalajar o Mengibar. Pero antes de abandonar el territorio de Jaén a finales del verano, a fin de invernar en tierras castellanas, el rey Fernando III le exige al emir de Baeza la entrega de dos fortalezas ya conquistadas, la de Andújar y la de Martos, pues la de Jaén no había sido posible su conquista, a lo que al-Bayyasi
no opone resistencia, entregando el cuidado de la ciudad de Andújar a Alvar Pérez de Castro, al que el rey castellano dio 50.000 maravedíes de oro para el mantenimiento de las guarniciones de los mismos, quedando con Alvar Pérez de Castro los maestres de Calatrava y Uclés, con sus freires y otros nobles y magnates como fronteros.
Según recoge Julio González, un diploma de fecha 5 de septiembre de 1225 registrará ya la doble tenencia de Andújar y Martos de Alvar Pé rez de Castro como Aluarus Petri tenens Martos et Andúiar19. Lo cierto es que la toma de posesión de los castillos de Andújar y Martos por la guarnición cristiana, que tuvo lugar hacia los últimos días de agosto de 1225, no significó formalmente la toma de Andújar por los cristianos, sino simplemente la instalación de los caballeros y soldados castellanos en la fortaleza de la ciudad, pues el gobierno interno y municipal de la ciudad seguía en manos de al-Bayyasi, ya que la ciudad seguía estando habitada por los musulmanes, pero la posesión del castillo de Andújar significó la garantía del control de la entrada en Andalucía por el puerto de Puertollano o del río Jándula.
Como ya hemos mencionado anteriormente, los ejércitos castellanos no se limitaron a controlar pasivamente estos castillos, sino que lanzaron correrías y algazaras que deterioraron el poder almohade sevillano, que fue derrotado en batalla campal, lo que tuvo como consecuencia que muchas localidades musulmanas entre Córdoba y Sevilla,al verse desamparados por parte de los almohades, decidieran ponerse bajo la encomienda de al-Bayyasi, a fin de librarse de las tropelías de los cristianos.
Sabedor F Sabedor Fernando III de estas victorias y como buen político que era, no quería que otros se atribuyeran tales éxitos y decidió, el 1 de noviembre, emprender viaje a Andalucía, a pesar de las inclemencias del invierno, lo que hizo con toda parafernalia, acompañado de nobles como don Lope Diaz de Haro, don Gonzalo Ruiz Girón, don Alfonso Téllez, don Guillén Pérez de Guzmán, don García Fernández de Villamayor y don Guillén Gómez, entre otros20. El camino lo hizo por el río Jándula, no por el puerto del Muradal, por lo que pilló de sorpresa, tanto a al-Bayyasi, como a don Alvar, que se encontraban guerreando fuera de la ciudad de Andújar.
Llegado a la localidad de Andújar, Fernando III instala su campamento en sus proximidades, en el paraje conocido como Janduela, en donde se presentaron el baezano y Pérez de Castro con mucho boato y esplendor, como nos describe la Crónica de los Veinte Reyes: “(al-Bayyasi se presentó) con tres mil caualleros de almohades e de aláraues e de andaluzes e turcos, e bien treybta mil a pie, con muchas tronpas e atanbores e con grandes rruydos. Entonces el rrey resçibiólos muy bien… e venia tanbien don Alvar Peres e don Alfonso e otros omnes buenos que fueron por fronteros. El rrey acogólos muy bien e fízoles mucha onrra”21.
En este encuentro el rey castellano, en un nuevo acuerdo, exigió aal-Bayyasi la conquista y entrega de otros tres importantes castillos, los de Salvatierra, Capilla y Burgalimar (actual Baños de la Encina), y como señal de cumplimiento de lo pactado, el emir puso en manos de Fernando III el alcázar de su capital, Baeza, lo que, como sabemos, provocó las iras de la población musulmana, la huida de al-Bayyasi y su muerte a manos de sus lugartenientes en Almodóvar del Río.
La muerte del baezano supuso un gran vacío de autoridad en todos los pueblos y tierras que estaban bajo su protección, lo que provocó una vuelta generalizada de todas estas localidades musulmanas a la obediencia del califa almohade de Sevilla. Por otra parte, la desaparición de un gran aliado como al-Bayyasi dejó a las guarniciones cristianas de los castillos de Baeza, Andújar y Martos en difícil posición, pues se encontraban, aunque protegidos por las murallas de sus baluartes, en medio de ciudades cuya población seguía siendo musulmana y de la que dependían en muchos aspectos de abastecimiento y logística.
Así pues, los baezanos llamaron en su socorro al gobernador almohade de Jaén, que acudió a la ciudad y puso sitio al castillo guardado por las mesnadas cristianas, pero al cabo de poco tiempo, temeroso de que aparecieran refuerzos castellanos muy superiores, decidió retirarse, no sin antes comunicar a los baezanos que, quienes quisieran, le acompañasen, lo que no dejó más opción a los musulmanes que abandonar y vaciar la ciudad de Baeza, que pasó definitivamente a manos cristianas el 1 de diciembre de 1226.
Lo mismo ocurrió en Martos y Andújar, cuya población islámica huyó en bandada a refugiarse en ciudades aún en manos musulmanas como Jaén, Granada, Úbeda o Arjona, relatando este éxodo la Crónica de los Veinte Reyes de esta manera: “Temiéndose de lo que començaron, los moros dexaron Andújar, ca fuéronse todos, que non fincó ninguno y, e fincó la villa toda quieta al rrey; e eso mesmo fincaron todos los de Martos…”23.
Según Gonzalo Martínez Díez24, si la muerte de al-Bayyasi, elemento provocador de todo lo posterior, ocurrió en los primeros días de julio, lo más probable es que el abandono de Andújar por parte de la población musulmana tuviera lugar en el segundo semestre de 1226, entre el 10 de julio y el 30 de noviembre, por lo que la fecha de la festividad de Santa Marina el 18 de julio, en donde se conmemora tradicionalmente el día de la reconquista cristiana, es muy posible que no se refiera a la ocupación del alcázar en 1225 por parte de la guarnición castellana de Don Alvar Pérez de Castro, sino más bien al vaciamiento por parte de sus habitantes árabes el año de 1226 y su consiguiente ocupación real de la ciudad por parte cristiana. Fernando III, ya desde este momento, deja al mando de la ciudad a don Alvar, de la misma forma que deja a Baeza en manos de don Lope Díaz de Haro y a Martos en manos de don Tello Alfonso; asimismo, puso a Andújar bajo la administración eclesiástica de Toledo, que no pasó a formar parte de la diócesis de Baeza hasta el año 1243; y, de la misma forma, Fernando III impulsó la llegada de nuevos repobladores castellanos, que dieron un nuevo impulso a la desolada ciudad, siendo, hasta la caída del reino nazarí de Granada, un enclave activo durante los siglos XIII y XIV en la lucha contra los musulmanes granadinos, herederos de la y testigos de los últimos siglos musulmanes en la península.

Fuente y autor: Juan Martos Quesada

IBN Salmún al-Kináni

ABÚ al-Qasim Salmún b. “Alí b. Salmún al-Kináni al Bayyási al-Garnati. Notable granadino de origen Baezano comúmente conocido por IBN Salmún al-Kináni. Perteneció a una importante y célebre familia de juristas andaluces y malikies. Vivió en la Granada nazarí de los siglos XIII, XIV y XV.

Fuente:
Actas del XVI congreso de l'Union européenne d'arabisants et d ..., Volumen 16

LA AMBICIÓN DE EL BAEZANO ( ‛Abd Allāh Al Bayyāsī. ) PARA SER PROCLAMADO SOBERANO MUSULMAN DE al- ANDALUS








La figura de ‛Abd Allāh el Baezano se sitúa en el contexto de la descomposición política del Imperio almohade posterior a la derrota de las Navas de Tolosa en 1212. Desde este momento la situación política en al-Andalus comienza a degradarse, produciéndose la aparición de caudillos locales que actuarán de forma independiente, fenómeno que ha llegado a ser calificado como “terceras taifas”. El Baezano, perteneciente a una familia que ejercía importantes funciones políticas con los almohades, representa la fugaz aparición del primer caudillo andalusí con ambición de crear un dominio estable, pero su efímero poder duró sólo dos años, entre 1224-1226.

El protagonismo del Baezano se remonta a 1224, momento en el que la descomposición interna de la dinastía almohade comienza a hacerse más fuerte. Ese año fue proclamado en Marrakech como nuevo califa almohade Abū Muḥammad ‛Abd alWāḥid, hasta entonces gobernador de Tremecén. Pero, al mismo tiempo, en Murcia se eligió a ‛Abd Allāh b. Ya‛qūb b. al-Manṣūr, sobrino del anterior e hijo de Yūsuf Ya‛qūb alManṣūr, elevado al califato con el sobrenombre de al‛Ādil. Era el 6 de marzo de 1224 e, inicialmente, el Baezano se unió a la causa del nuevo califa: según Ibn ‛Iḏārī, al-‛Ādil escribió a Abū Muḥammad b. al-Sayyid Abī ‛Abd Allāh b. al-Sayyid Abī Muḥammad al-Bayāsī, entonces gobernador de Sevilla, para agradecerle que se rebelara contra su tío y que apoyara su causa. Tras recibir la proclamación de la gente de Murcia, al-‛Ādil se dirigió hacia Sevilla, uniéndosele en el camino su hermano Abū l-‛Alā, y ‛Abd All~h al-Bayāsī (el Baezano), donde recibió la aceptación de todo al-Andalus, excepto la zona del Levante, gobernada por el sayyid Abū Zayd, hermano del Baezano. Al-‛Ādil se estableció en Sevilla e hizo un cambio de gobernadores, poniendo al Baezano como gobernador de Córdoba y a su propio hermano Abū l-‛Alā al frente de Sevilla.

La alianza del Baezano con los almohades se rompió muy pronto, por motivos que se ignoran. Tal vez, como sugiere F. García Fitz, el Baezano interpretase como gesto de desconfianza el ser relegado del gobierno de Sevilla, la capital andalusí de los almohades, o puede que fuese inducido a ello por su hermano Abū Zayd, el único que no había mostrado su apoyo a al-‛Ādil. El cronista al-ḤimyarĪ sugiere que entre ambos personajes no existía confianza, ya que el califa había manifestado malas intenciones hacia el Baezano, quizás debido a la actitud de su hermano, y que, atemorizado, ‛Abd Allāh optó por refugiarse en Baeza. Sea de ello lo que fuere, no es absurdo pensar su ambición última fuese convertirse en el único soberano de al-Andalus y para ello no dudó en echarse en manos de los cristianos, lo que generó entre la población andalusí un sentimiento de desconfianza y animadversión hacia él.
Por dos veces al-‛Ādil trató de someter al rebelde encastillado en Baeza. Primero envió contra él un poderoso ejército dirigido por el gobernador de Sevilla, su hermano Abū-l-‛Alā, que lo asedió, llegándose a un pacto por el que el Baezano aceptó someterse, entregando incluso un hijo suyo como rehén. Pero ello no satisfizo al califa, siendo Abū l-‛Alā reprendido por su actuación. Un segundo ejército se dirigió contra Baeza, comandado por ‛Utmān b. Abī Ḥafṣ, pero fue dispersado sin dificultad por el centenar de caballeros del Baezano y los cristianos que lo apoyaban. Fue, pues, en este contexto, donde se fraguó la alianza entre el Baezano y Fernando III, si bien las fuentes árabes afirman que una de las razones que motivó la retirada de Abū l-‛Alā fue el temor a la llegada de refuerzos cristianos, a los que califican como “protectores y aliados del señor de Baeza”. La colaboración entre ambos iba a ser muy provechosa, sobre todo, para el rey castellano y que tuvo dos dimensiones principales: la entrega de plazas fuertes y fortalezas y la realización de incursiones y cabalgadas. Es posible que el Baezano se declarase vasallo del rey, si bien tal circunstancia no consta en las fuentes.

Pero la actuación de el Baezano no consistió únicamente en la entrega de plazas fuertes, sino que, además, prestó su ayuda activa al soberano castellano-leonés. La primera expedición tuvo lugar ya en 1224 y fue una breve cabalgada que se desarrolló entre finales de septiembre y principios de noviembre, centrándose en la zona próxima a Baeza, siendo saqueada Quesada y otras fortalezas situadas cerca del Guadalquivir. Aunque esta primera cabalgada no supuso la toma de ninguna plaza, sí generó un cuantioso botín para los cristianos.
En junio de 1225, Fernando III inició una importante incursión de castigo por territorio jiennense y granadino, más importante que la anterior. En el puerto del Muradal se le unió el Baezano, quien le dio como rehén a su hijo menor para que lo llevase a Castilla, como testimonio y garantía de su fidelidad. Es en este contexto donde se plantea la entrada en vasallaje del Baezano respecto a Fernando III. Juntos se dirigieron a Jaén, guardada por el noble cristiano desnaturado Álvar Pérez de Castro, al servicio de los almohades. Ante la imposibilidad de tomarla se dirigieron a Priego, que se rindió gracias a la mediación del Baezano. A continuación fue tomada Loja con enorme violencia, realizándose una gran carnicería, tras lo cual las huestes cristianas se dirigieron a Alhama de Granada, cuya población, espantada por lo ocurrido en Loja, había abandonado la población. Fernando III arrasó entonces la rica Vega granadina y se dirigió a la capital, cuyo cerco fue levantado gracias a la entrega de los cautivos cristianos que en ella había.

Antes de su regreso a Castilla, el Baezano hizo entrega a Fernando III de los castillos de Martos y Andujar, así como otros menores, entre los que las fuentes árabes citan Mudassas y ḥiṣn al-Turāb. Las fuentes árabes no dejan de subrayar la importancia de esta situación y, como indica el cronista benimerín Ibn Abī Zar‛, el Baezano fue el primero que estableció la costumbre de entregar ciudades y castillos a los cristianos. Asimismo, otro aspecto importante radica en el hecho de que, por vez primera desde las Navas de Tolosa en 1212, los cristianos lograban obtener un dominio territorial estable al sur de Sierra Morena, con la particularidad de que las plazas ganadas lo fueron gracias al pacto entre Fernando III y el Baezano.
Las incursiones se reanudaron de nuevo en el verano de 1225, cuando una fuerza conjunta de cristianos y musulmanes, encabezada esta vez por el Baezano, llevó a cabo una algarada por la zona de Sevilla, rindiéndosele los castillos de la comarca del Aljarafe, así como las poblaciones situadas entre Sevilla y Córdoba, incluyendo la antigua capital Omeya, cuyos habitantes capturaron al gobernador, Abū Mūsà, hermano del califa al-‛Ādil, entregándoselo al Baezano. Ante la creciente amenaza cristiana, apoyada por el Baezano, al-‛Ādil abandonó al-Andalus en noviembre de ese año, dirigiéndose a Marrakech y dejando a su hermano Abū l-‛Alā como máxima autoridad en la Península. El poder del Baezano alcanzó en este momento su punto culminante, de tal manera que las fuentes árabes subrayan que estuvo cerca de alcanzar todo el poder en al-Andalus, pues entre sus dominios se incluía ahora Córdoba y, también al parecer, Málaga.

La posición alcanzada por el Baezano fue de nuevo aprovechada por Fernando III, quien reclamó el control de ciertos núcleos fortificados, prometiéndole la entrega de Salvatierra, Borgalimar y Capilla, situadas al norte de Sierra Morena. Sin embargo, fue este acuerdo el que determinó el destino del Baezano, ya que, mientras la entrega de Borgalimar se verificó sin dificultad, la guarnición de Salvatierra planteó resistencia a cumplir las órdenes del Baezano, mientras que los de Capilla se negaron a someterse.
Envalentonado con la marcha de al-‛Ādil, el Baezano pensó que era el momento de dar el golpe definitivo que lo convirtiese en el máximo soberano musulmán de al-Andalus, lo cual exigía la toma de Sevilla. Sin embargo, fue derrotado en marzo de 1226 y perdió las posesiones sevillanas logradas en la anterior incursión. En lugar de ser su triunfo definitivo, esta expedición representó el detonante de su fin. La política de alianza con los cristianos y la entrega de territorios y fortalezas era una amenaza para los musulmanes y suscitó la animadversión popular contra el Baezano.

A comienzos de junio comenzó Fernando III el cerco de Capilla, que fue apoyada desde Córdoba por el Baezano con víveres y pertrechos. En este momento, la población de Córdoba se rebeló, al parecer sospechando que el Baezano quería entregar la ciudad a los cristianos. Aunque trató de huir en dirección al castillo de Almodóvar, fue alcanzado en la misma cuesta del castillo y ejecutado. Su cabeza fue enviada a Abū l-‛Al~, el cual la mandó a su hermano el califa, a Marrakech, el cual, según las crónicas árabes, se ensañó con ella, golpeándola e injuriando al Baezano y a toda su familia.



Bibl.: A. Huici Miranda, Historia política del Imperio almohade, Tetuán, 1956-1957, 2 vols., II, págs. 452-462; F. J. Aguirre Sádaba, y M.ª C. Jiménez Mata, Introducción al Jaén islámico (estudio geográfico-histórico), Jaén, 1979, págs. 225-237; F. García Fitz, Relaciones políticas y guerra. La experiencia castellano-leonesa frente al Islam. Siglos XI-XIII, Sevilla, 2002, págs. 162-170.
Alejandro García Sanjuán


jueves, 31 de enero de 2019

JUAN DE BAEZA LÓPEZ DE FUENLLANA.




Juan de Baeza López de Fuenllana, nació en Baeza y viajó a México en 1527, siendo el primer español que aprendió el purépecha, para poder comunicar con los oriundos de Michoacán. Casó con Isabel de Santaella en 1537 y falleció, rondando los 50 años en la ciudad de Morelia (ante Valladolid).

La comunidad purépecha (p'urhépecha o p'urhé, idioma purépecha [pʰuˈɽepeʧa]) es un pueblo indígena que habita primordialmente en el estado de Michoacán, México. Sus miembros fueron conocidos como los michoacas o michoacanos en su etimología náhuatl, como habitantes de Michoacán ('lugar de pescadores'), y que también habitaron en los estados de Guanajuato y Guerrero, en México.

Después de la llegada de los españoles, el irecha ('señor de las innumerables casas') o señor michoacano Tangaxoán II se sometió sin presentar resistencia ante el conquistador hispano Cristóbal de Olid (también Baezano) con el objetivo de salvar a su gente y de negociar un tratado de paz. 


Juan Baeza el conquistador, dice de este Baeça o Baeza, Don Mariano González Leal: "Consumada la conquista, se estableció en Pázcuaro, donde procreó familia, Había sido hijo de Diego López y Fuenllana y de Mari López, vecinos de Baeza, y yerno del conquistador Francisco de santaella, a quien mataron los indios de Tabasco. Estuvo casado con Isabel Pérez, hija del citado conquistador. Una de sus hijas, doña Beatriz López de Fuenllana, casó en Pátzcuaro hacia 1575 con Alonso de Robalcava, vastago de la Casa Solar de su apellido en Liérganes, montañas de Santander y maestro de obras de la Catedral de Guadalajara, que había tenido también parte de la construcción de la primitiva iglesia de Pátzcuaro. .[1]

Hijo de Diego López y Fuenllana y de Mari López, vecinos de Baeza. Al fin de la conquista, se estableció con su esposa Isabel Pérez en Pátzcuaro donde procreo familia


Fuente:

https://www.lanzadigital.com/opinion/requiem-apellido-fuenllana/


  1. La conciencia histórica en los códices y en la crónica, Marco Antonio López López, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2001 - Historians - 317 pages.
  2. González, L. M., Monasterio de El Escorial, & Universidad de Guanajuato. (1979).Relación secreta de conquistadores: : informes del Archivo personal del Emperador Carlos I que se conserva en la Biblioteca del Escorial : años de 1539-1542. Guanajuato: Taller de Investigaciones Humanísticas de la Universidad.

domingo, 28 de octubre de 2018

ABÚ-L-HACHACH DE BAEZA.



ABÚ-L-HACHACH DE BAEZA.
Llamado bayesí por haber nacido en Baeza, fué uno de los mayores sabios y de los más fieles tradicionistas con que se honra la España musulmana. Filólogo, historiador y poeta.


Fuentes consultadas:


Ensayo bio-bibliográfico sobre los historiadores y géografos arábigo-españoles


Abuzacaría Yahya Benismail el Andalusí el Bayesí.




Abuzacaría Yahya Benismail el Andalusí el Bayesí.

Natural de Baeza. Según Benabioseibia, era un famoso sabio en Medicina y Matemáticas.

Cuando hizo la peregrinación se quedó mucho tiempo en el Cairo. Se trasladó después a Damasco, donde oyó a Abulhasan Alí Benisa, Conocido vulgarmente por Abennacas el Bagtladí. Hizo para éste varios instrumentos
de Geometría, en cuya construcción' demostró ser muy hábil.

Más tarde se marchó a Beikar (?) donde fue médico de Saladino y regresó a Damasco en los últimos días de su vida.

Puesto que el sultán Saladino nació el 532/1137 y murió el 589/1193, podemos asegurar que el Bayesí es un geómetra perteneciente al siglo XII de j:C .

Abuabdala Mohámed Benomeya. Matemático Baezano.




Abuabdala Mohámed Benomeya. Matemático Baezano.
En una de las épocas de mayor esplendor que tuvo la histórica ciudad de Baeza, nació este sabio.

Poseía dotes excepcionales para las Matemáticas y descolló singularmente en Aritmética, pero dedicado toda su vida al estudio, y retraído de las gentes, no consignan los historiadores más datos biográficos.
Murió .el año 591/1194

miércoles, 24 de octubre de 2018

Luis Candelas


Francisco Villena, Alias Paco el Sastre, natural de Baeza, de 29 años, soltero y de oficio sastre, destacó especialmente por los recursos que encontraba para fugarse de los establecimientos penales, fué procesado varias veces, y entre ellas en el año 1834 por el robo cometido en la calle de las Huertas a don Francisco López, en unión del ya también famoso Candelas y comparsa, y en el año 1838, por el robo a don José Perez, en la calle Atocha.


Fuentes Consultadas: 
Anales Dramaticos Del Crimen O Causas Celebres Españolas Y Extranjeras Tomo Ii

Litografía de Luis Candelas

DIEGO ORTIZ GALIANO.




Diego Ortiz Galiano era natural de la ciudad de Baeza. Luchó en Nueva Granada a las Órdenes del General Nicolás Federeman y asistió a la fundación de las ciudades de Santa Fe de Bogotá y de Vélez, donde tomó residencia y obtuvo la Encomienda de indios de Itierra, Misaque, Queretana y Carahota. Murió soltero.

Residío en el Nuevo Reino de Granada por el año 1539 y era hijo de Miguel Galiano y nieto tercero de Pedro García Galiano, quien, por el año 1429, había sido reconocido como hijodalgo en aquella ciudad, así como su padre y abuelo.



Fuentes Consultadas:
Egabrenses en Inidias
Autor: Antonio Moreno Hurtado

miércoles, 10 de octubre de 2018

EL HIJO DEL REY BAEZANO ACEHID-BEN MAHOMAD ENTERRADO EN LA CATEDRAL DE SEVILLA.



Con felicísimo acontecimiento inauguró Fernando III por tierras musulmanas en la primavrera del año 1224, porque tan pronto salió de Toledo, camino de Andalucía, recibió la grata nueva de que el Rey de Baeza solicitaba rendición; sobre la marcha se ajustó el pacto, se ocuparon los castillos en garantía de su observancia y así avanzaron las tropas cristianas por lugares de Baeza y Córdoba, orgullosas de la victoria. Mal fin tuvo Acehid-Ben Mahomad, nombre del Rey Moro sometido porque vivió odiado de los suyos y murió asesinado junto a la fortaleza de Almodóvar del Río.
Un hijo del difunto Rey de Baeza que se llamaba Abdelmón, como el primer monarca de su raza almohade, acentuó a tal punto la política de amistad con los cristianos que sofocó el intento de rebelión iniciado a la muerte de su progenitor, consintió que se elevase a pleno dominio el reconocimiento del señorío de San Fernando sobre el reino de Baeza, incorporado desde el año 1227 a la Corona de Castilla.
Intervino con eficacia en la correría de huestes cristianas realizada en el año de 1232, que empezó en Adújar y terminó en Jerez de la Frontera.
Se hizo cristiano y con el honroso título de Infante, desfiló por las calles de Sevilla luciendo en alto el estandarte de sus armas (media luna de plata y cinco estrellas de oro en campo azul) el día 22 de diciembre de 1248.
Fernando III lo había acogido como hijo adoptivo hacía unos años y cuando fué bautizado bajo la fé cristinana se hizo llamar Fernando también.
Llegó el momento de repartir la Ciudad y lugares de Sevilla entre los conquistadores, y al dicho ex rey moro de Baeza, don Fernando Abdelmón, le adjudicarón una extensa heredad en término de Alcalá de Guadaira, nombrada hasta entonces Marchar Azohirí y desde ahora Baeza en memoria de su nuevo dueño; fertísimas tierras en las aldeas de Notias, Fasnalcázar y Galamera, y casas principales para su morada que ocupó de por vida.
Tras su muerte fue sepultado en la Catedral de Sevilla, bajo una nave decorada con vistosas yeserías moriscas que sirvió de entierro a numerosos caballeros de la nobleza hispana.
Las crónicas alaban los servicios prestados por Adbelmón a los cristianos, su valor y fidelidad inquebrantable. Fernando III premió su conducta con el privilegio que otorgó en Valladolid en el año 1243 a favor de los moros leales del reino de Baeza, que dice así uno de los párrafos: " LOS SARRACENOS QUE ALLÍ MORAREN SEAN GUARDADOS FIELMENTE Y LE SEAN CUMPLIDAS LAS CONVENIENCIAS QUE CONMIGO TIENEN HECHAS, NO LES PIDÁIS MÁS DE LO QUE DEBEN DAR NI COBRÉIS DE ELLOS MÁS DERECHOS DE LOS QUE A MÍ DAN; Y SI ACASO LOS DICHOS MOROS SE QUIEREN APARTAR DE LOS DICHOS LUGARES PARA MORAR EN OTROS QUE SIN NINGUNA PENA Y GRAVAMEN HAGÁIS QUE VAYAN LIBRES Y SALVOS".




Fuente Consultada:
Mudéjares y moriscos sevillanos
Autor: Celestino López Martíne
z.

lunes, 9 de julio de 2018

LA HAZAÑA EN AMBERES DE JUAN DE NAVARRETE




Salen de la ciudadela de Amberes el 4 de noviembre de 1576 y acometen a los cerca de 20.000 rebeldes que los cercaban. Pasaron los amotinados con la demás de infantería el puente del castillo, y en la contraescarpa de él hicieron oración todos para asaltar, y a fin de ella, guiándoles un soldado llamado Juan de Navarrete, natural de Baeza, a quien habían hecho su alférez, el cual llevaba un estandarte y en él pintado un crucifijo de una parte, y Nuestra Señora de la otra, arremetieron los amotinados con sus capitanes por la calle de San Miguel, y Julián Romero con su gente, por la de San Jorge.

(Grabado de la época. Franz Hogemberg. Biblioteca Nacional de Madrid)

jueves, 5 de julio de 2018

Pedro de Flores





Pedro de Flores (finales del XV-1540)

Finales del XV-1540, natural de Baeza. Jurista y humanista. Fue obispo en Gaeta (Italia), en donde murió en 1540.

El 16 de Noviembre de 1504 se trasladó a Bailén, a la Iglesia Parroquial de San Andrés, situada ésta dentro de su fortaleza, así nos lo relata en la obra "Catálogo de los Obispos de las diócesis de Jaén y Baeza" :


“ En el Año de 1504 a 16 de Noviembre confta, que ya le avia trasladado en Bailen la Iglefia Paroquial de San Andrés, que efta dentro de su Fortaleza, a otro nuevo Templo de grande, y funtuofo edificio, que fe edificó en la Villa con Título de la Encarnación, porque en efte dia fe juntaron en ella a campana tañida Rodrigo de Narváez, Alcayde, y Alcaide Maior, los Alcaldes, Regidores y Vezinos, a otorgar Poder para el Compromiffo que hizieron en el Rey Católico Don Fernando, como Juez Arbitro en los Pleitos, que reinan con Baeça. El qual a diez de Enero del Año 1505, pronunció la Sentencia, que llaman Arbitraria, en virtud de la qual la Villa de Bailén paga cada Año a la Ciudad de Baeça vn Tributo de Dos Mil Fanegas de Trigo, pueftas en el Granero de el Pofito della a cofta de los mismos vecinos de Bailén.



Obras del autor

Oratio de Summo Pontifice eligendo (Roma, 1490)
"Poesías latinas", en Epigrammantum Scholae Christianae
Publicaciones del grupo de investigación
Manchón Gómez, R., "El discurso en latín del obispo Pedro Flores (1480-1540) sobre la elección del pontífice sucesor de Julio II", Estudi General 23-24 (2003-2004), pp. 295-307.

El discurso en latín del obispo Pedro Flores (1480-1540) sobre la elección del pontífice sucesor de Julio II
Raúl Manchón
https://www.raco.cat/index.php/EstudiGral/article/view/43834






Fuentes consultadas:

http://www.humanismogiennense.es/autores/pedro-de-flores

martes, 12 de junio de 2018

Lorenzo Martinez Fuset

Nació en 1899 en Úbeda​ o Baeza, según las fuentes, aunque fue en Baeza donde pasó su infancia.
Hizo estudios de Derecho en Granada.Durante su juventud llegó a trabar amistad con el poeta Federico García Lorca, manteniendo ambos una gran comunicación epistolar.





En 1920 hizo oposiciones al Cuerpo Jurídico Militar y pasó las pruebas satisfactoriamente. Su primer destino fue en Melilla, trasladándose posteriormente a Barcelona. Años más tarde obtuvo una plaza en las Canarias, donde contrajo matrimonio con la hija de una destacada familia del archipiélago.
Estando allí coincidió con el general Francisco Franco, que en la primavera de 1936 había sido nombrado comandante militar de las Islas Canarias. En poco tiempo, ambos personajes congeniaron y Martínez Fuset se convirtió en un hombre de confianza para Franco.5​ Siendo ambos miembros activos de la conspiración militar contra el gobierno republicano, antes de partir al Protectorado de Marruecos para comandar el Ejército de África al comienzo de la Guerra civil, Franco le confió el cuidado de su esposa y su hija durante las primeras semanas de la contienda.
A su regreso a la península es nombrado jefe de la Auditoría jurídica del Cuartel general de Franco.​ Para entonces ya ostenta el rango de Teniente coronel. Debido a la posición que ocupaba, algunos historiadores han señalado el papel relevante que Martínez Fuset jugó en la represión que se llevó a cabo en la zona sublevada. Por ejemplo, el historiador Hugh Thomas señala que desde su posición como jefe del Cuerpo Jurídico Militar hizo poco por evitar el clima represivo que se impuso contra los republicanos tras el final de la Guerra civil.
Sobre la represión, el propio Martínez Fuset llegó a comentar:
Nosotros no asesinamos. Entregamos nuestros enemigos, los presuntos responsables, a los tribunales y consejos de guerra. Allá ellos, autónomos en su función, jueces imparciales, con sus fallos que nos limitamos a ejecutar.
Desde su posición, Martínez Fuset era quien revisaba las sentencias de muerte que llegaban al cuartel de Franco antes de que éste diera el visto bueno. En buena medida, por esta razón también era la persona que le llevaba directamente a Franco las sentencias de muerte para ser firmadas.
Algunos historiadores también han señalado el rol que jugó en la institucionalización de la Dictadura franquista. Sin embargo, tras la guerra Martínez Fuset no ocupó ningún puesto relevante en el régimen y en 1945 volvió a las Canarias, donde continuó con su carrera profesional como notario hasta su fallecimiento en 1961.
Lorenzo Martínez Fuset fue propietario de la conocida Casa Fuset en Tenerife

jueves, 17 de mayo de 2018

LOPE RUIZ DE BAEZA, PRIMER ALCAYDE DE LA CIUDAD DE BAEZA




Fue muy valido del Rey Santo, y hállase haberle heredado en el Algarbe de Baeza y héchole merced de las villas de Bailén y de Laguardia y de unas casas en Jaén, que hoy son del conde de Villar y de los marqueses de la Guardia sus sucesores por vía de Don Lope el chico o el menor, su hijo.
NAXARA ILUSTRADA
Manuscrito original del s.XVII que se conserva en el Monasterio de Santa María la Real de Nájera.
Transcripción del Padre Saturnino Nalda Bretón O.F.M.3





Pleito seguido por doña Sancha Ponce, señora de Oñate, sobre la herencia de don Lope Ruiz de Baeza,


miércoles, 16 de mayo de 2018

CARLOS PONCE DE LEON Y BAEZA



Nació en Baeza (Jaén), el año 1741. Al cumplir los quince años
ingresó como cadete de Cuerpo en el arma de Caballería. 

Se denominaban cadetes de Cuerpo, a los jóvenes, que ingresaban voluntariamente en un regimiento para instruirse como oficiales, bajo la
dirección de un capitán denominado Maestro de cadetes. 

Este sistema copiado de Francia, se estableció en España desde mediados del
siglo XVIII, y constituyó la norma general para la formación de oficiales
de infantería y caballería, hasta bién entrado el siglo XIX.

En cambio los cuerpos de artillería e ingenieros, desde principios
del XVIII contaron en España, con excelentes centros de instrucción.
Superados por Ponce de León, los estudios y aprendizajes impartidos
en la academia, fue nombrado alferez de caballería en agosto de 1756, siendo destinado al regimiento de caballería de Ordenes.

En dicha unidad permaneció siete años, interviniendo en la
campaña de Portugal y toma de Almeida. Asciende a teniente cuando
ha cumplido los 22 años. Se incorpora al regimiento de Malta,
que figura entre los que constituyen la expedición a Argel. 

Nombrado capitán, es elegido Edecan, es decir ayudante de campo, por ENRIQUE DE LA VEGA VIGUERA general Ricardo, que era el Inspector General de Caballería.

 Al efectuarse el desembarco de tropas y caballos en Argel, el 8 de julio
de 1775, una bala le rozó una pierna, dejándole una profunda huella
, de la que tuvo que ser hospitalizado. Volvió a su puesto una
vez recuperado, demostrando con su lucida actuación, gran ingenio
y valor para el combate, lo que, indujo al general Ricardos a anotar
en la hoja de servicios de Ponce de León, el siguiente informe:

«Este oficial tiene superiores talentos, valor acreditado y sereno,
aplicación e instrucción sobresaliente y conducta irreprochable».

Alcanzó Ponce de León el grado de sargento mayor, perteneciendo
al regimiento del Rey, donde permaneció hasta 1776 en que, ascendió
a teniente coronel, siendo destinado al regimiento de caballería
de Calatrava.

Entre las cualidades que se anotan en su hoja de servicio, figuran ,
la de: Valor, experimentado; aplicación, acreditada y de notoria
instrucción; capacidad, sobresaliente y conducta, muy loable.

Su ingreso como académico tuvo lugar, el 3 de abril de 1761 , correspondiendole el número 95 del escalafón. 

El trámite seguido por Ponce de León, consistió, en presentar un Memorial con sus méritos.

Una vez informado por el Censor, fue propuesto a votación
siendo admitido como académico honorario. Pronunció la oración
gratulatoria, que era protocolaria, el día 16 de abril de 1761, quedando
esta en poder del secretario, don Antonio Cortes, para su archivo.

El 19 de enero del año siguiente, el Sr. Ponce de León, que sólo
tenía 20 años de edad, Jeyo su oración gratulatoria, que versó sobre
«El ayuno cuadragesimal, es conducente a conservar la salud y alargar
la vida».

Con ello quedó incorporado a la Corporación académica sevillana.




Fuente:

http://institucional.us.es/revistas/rasbl/17/art_1.pdf


jueves, 10 de mayo de 2018

CRISTOBAL DE MOLINA




Cristóbal de Molina, apodado «el cuzqueño» (Baeza, Corona de Castilla, 1529 - Cuzco, Virreinato del Perú, 1585) fue un clérigo y cronista español. Durante mucho tiempo se creyó que era mestizo, pero en realidad fue un español natural de Andalucía, aunque por haber residido durante muchos años en el Cuzco se compenetró tanto con la cultura andina, que bien puede ser considerado como un mestizo cultural. Fue autor de Relación de las fábulas y ritos de los Incas.



Aparte del año y lugar de nacimiento, no se conoce nada de su infancia y juventud. Posiblemente arribó en América en la segunda mitad del siglo xvi. En 1556 se estableció en Cuzco, por lo que fue apodado como «El cuzqueño», para distinguirlo de otro cronista homónimo, llamado «El chileno» o «El almagrista».

Gracias a los años de convivencia con los nativos, aprendió el idioma quechua, hasta el punto de manejarlo con gran destreza. Se desempeñó como doctrinero de los indios y desde el atrio de la Catedral del Cuzco predicó en el idioma nativo los sermones dominicales.



En 1565 fue nombrado cura de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios del Hospital de Naturales del Cuzco ( hoy denominada Iglesia de San Pablo).
 Se ganó la confianza de los indios y recogió antiguas tradiciones del Imperio incaico.



Se le recuerda también por haber reconfortado al inca Túpac Amaru I durante su ejecución en la Plaza de Armas del Cuzco en 1572. Fue también visitador eclesiástico de la provincia por encargo del virrey Francisco de Toledo, cuando éste hizo su recorrido por el territorio, en 1568 y en 1575. Y acompañó al obispo del Cuzco, Sebastián de Lartaun, al III Concilio Limense desarrollado en la capital virreinal en 1583. Por encargo de dicho obispo escribió Relación de las fábulas y ritos de los Incas.

Su obra principal, la única conservada, es Relación de las fábulas y ritos de los Incas, escrita posiblemente entre 1575 y 1576, y dedicada al obispo Sebastián de Lartaun. Fue publicada por sir Clements R. Markham en 1873, traducida al idioma inglés. La versión original en español apareció impresa por primera vez en 1913, en el tomo V de la Revista Chilena de Historia y Geografía, editada por el erudito Tomás Thayer Ojeda, aunque atribuida erróneamente a Cristóbal de Molina «el almagrista».



Esta obra, como su título lo indica, se divide en dos grandes bloques:

Las fábulas o leyendas incas, como la de la creación del hombre por Viracocha, el diluvio y el origen de los incas.

Los rituales de la antigua religión inca, que es la parte más extensa y nutrida de información. Contiene datos sobre las festividades periódicas de la religión nativa y recoge oraciones, cantos agrícolas, etc. También incluyen un recuento de los métodos mágicos que los incas usaban en sus curaciones. Por esta obra, el crítico Raúl Porras Barrenechea calificó a Molina como el gran canonista de la liturgia india.

También se atribuye a Molina la autoría de Historia de los incas y Relación de guacas y adoratorios del Cuzco, ambas perdidas.



Fuentes consultadas:


Wikipedia

lunes, 12 de marzo de 2018

ANTONIO DE MONTESINOS



Con cierta frecuencia he observado que confundían a Fray Ambrosio de Montesino con Antonio de Montesinos, siendo ambos personas distintas pero con una similitud entre ambos, pues ambos eran religiosos.

Mientras que Fray Ambrosio de Montesino fue un poeta y religioso nacido en Huete (Cuenca) hacia mediados del siglo XV (existen discrepancias si fue en 1444 o 1514),  Antonio de Montesinos fue un predicador dominico del que decían desconocer la fecha y el lugar de nacimiento. Lo que si se sabe fue la fecha de su muerte, hacia 1540 en  Venezuela.

En el Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos. Tomo 4 / formado con los apuntamientos de don Bartolomé José Gallardo; coordinados y aumentados por D. M.R. Zarco del Valle y D. J. Sancho Rayon  y según Maldonado Dávila y Saavedra nos devela que  Antonio de Montensinos nació en Baeza. Es más, nos dice que tiene en su poder un libro de 86 años de antigüedad escrito en Sevilla por este baezano titulado “Comentario de la Conquista de la Ciudad de Baeza y Nobleza de los Conquistadores de ella…”



También nos habla de otro libro que contiene 480 hojas de folio…varias noticias de la ciudad de Baeza, sacada por un anónimo de sus Archivos 65 años antes.




El Baezano Antonio de Montesinos formó parte del primer grupo de padres predicadores, enviados a la isla Española en 1510, después de la avanzadilla de fray Domingo de Mendoza y fray Pedro de Córdoba (1509). Este ultimo, Vicario del convento, le confió la misión de denunciar los abusos que se cometían contra los indios en una homilía que diría en la misa principal del cuarto domingo de adviento (21 de diciembre de 1511), a la que solían asistir el Virrey Diego Colón y las principales autoridades. El padre Montesinos subió al púlpito y acusó a los españoles de maltratar los indios a los que esclavizaban y encomendaban en su beneficio, sin tener en cuenta la obligación de evangelizarlos, encomendada por el Papa a los reyes de Castilla, motivo por el cual puso en duda el derecho de éstos a poseer las Indias. El apóstol de las Indias Las Casas anota que el P. Montesinos llegó a afirmar rotundamente que todos los españoles que tenían indios estaban en pecado mortal, por lo que se condenarían irremisiblemente. El sermón armó un gran revuelo. Al salir de misa los encomenderos pidieron a Diego Colón que se entrevistase con el Padre Córdoba para que le exigiese a Montesinos rectificar sus aseveraciones. Colón hizo lo que le pidieron y el P. Córdoba aseguró que Montesinos predicaría nuevamente al domingo siguiente. La expectativa fue enorme, pero Montesinos volvió a ratificarse en su postura, lo que decidió a los encomenderos a quejarse directamente al Rey y, para ello, se subvencionó el viaje de unos franciscanos, que llevaban mas tiempo en la isla sin haber dicho semejantes cosas. Los dominicos enviaron entonces a la Corte a los padres Córdoba y Montesinos, que expusieron sus quejas al Rey Fernando el Católico, a la par que los franciscanos, representados por fray Antonio de Espinar, defendieron las encomiendas.

En virtud de estos sucesos, el monarca decidió convocar en 1512 una junta de teólogos y juristas en Burgos, donde se discutió el problema de los naturales y se acordaron unos principios generales a favor de los mismos. El primero era tan simple como la afirmación de que puesto que los indios eran libres debían ser tratados como tales y el segundo era que debía procurarse su conversión con toda diligencia. Fernando el Católico trató de que los reunidos redactaran unas leyes para el exacto cumplimiento de tales principios, pero los teólogos se excusaron y lo dejaron todo al cuidado de los juristas. Resultado de ello fueron las famosas Leyes de Burgos de 1512, que trataron de suavizar el trabajo indígena (establecimiento de una jornada, alimentación, vestido, remuneración, etc.). Los dominicos continuaron sus protestas con las que obtuvieron otras leyes complementarias, que fueron las de Valladolid y Madrid (1513). En cuanto al P. Montesinos, perseveró en su postura y en 1515 regresó a España en compañía del Padre Las Casas, que había iniciado ya su lucha a favor de los indios. Fernando el Católico murió a poco de llegar, motivo por el cual se entrevistaron con el regente Cisneros al que pusieron al corriente de los gravísimos problemas indianos. El Cardenal-Regente envió a los P.P. Jerónimos como Comisarios de Indias y con instrucciones de procurar que los indios viviesen en poblados, sin la presencia de españoles, si ello era posible. El Padre Montesinos predicó en el funeral del Padre Córdoba en 1515 y permaneció unos años en España. Regresó a las Indias en 1523 y fue nombrado Comisario de su Orden en Cuba y posteriormente Protector de Indios en Panamá







Para quienes quieran ver una biografía mas extensa pueden consultar el siguiente enlace:

http://amantesdelahistoria-aliado.blogspot.com.es/2016/09/antonio-de-montesinos-un-dominico.html




Fuentes:



Al Bayyasi el último emir árabe que tuvo Andújar

al-Bayyasi ayudó a Fernando III a tomar algunas localidades giennenses como Montejícar, Pegalajar o Mengibar. Pero antes de abandona...