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lunes, 13 de febrero de 2017

CLAUSTRO DE LA CATEDRAL DE BAEZA







La antigua mezquita aljama que existía antes de la construcción de la Catedral ocupaba lo que hoy es el patio, claustro y parte del trascoro.


Profesora Luz Uliarte Vazquez


Según Ulierte Vazquez (1985, p.500) en el clausto los pilares y contrafuertes prismáticos pueden haber sido soportes de las naves transversales de la mezquita que se corresponden con las capillas mudéjares.

P. Vilches hace la descripción del antiguo templo catedralicio, o sea la mezquita que ocupaba lo que es hoy patio, claustros y parte del trascoro. 

El edificio árabe fue ampliado y mejorado por el rey y de su fábrica nos da el historiador la siguiente y puntual referencia:

“ Parte del edificio del emperador don Alonso se conserva hoy al fin de la iglesia y todo el claustro, que tiene ciento y treinta y dos pies de largo y ochenta de ancho, con proporcionada altura, obra de cantería, orden toscano por arista—lo
que entonces se alcanzaba—como también la puerta principal antigua, que hoy llamamos dei Perdón. Pasados muchos años, se zanjó el templo nuevo junto al claustro, salió muy capaz y suntuoso, escede su longitud a doscientos y cincuenta pies, su latitud a ochenta..."


"Adornan este templo veinte y más Capillas, al Claustro diecisiete, todas vistosas y ricas, no sólo de altares, retablos, ornamentos y vasos, con buena arquitectura y rejas, sino también con Ministros..."

 
Alcalde Fernando Viedma


En 1957, siendo Alcalde Fernando Viedma se realiza una restauración bastante considerable en la Catedral, dado el estado de abandono por la cantidad de años que llevaba sin culto.


Fotografía de Cristobal Cruz




Se realiza una obra faraónica en ella: se restauran tejados, el claustro (que estaba cegado), la sacristía, las capillas, las rejas, el coro, etc…

Fotografía de Cristobal Cruz



El Consejo de Ministros aprobó en 1956 una subvención de 250.000 pesetas para la Catedral. En 1957 se recibe el Ministerio de Trabajo otra subvención de 141.815 pesetas.



En 1968 se acomete la restauración del claustro que no se llega a terminar. Hasta esta fecha solo se había intervenido parcialmente y de urgencia en las cubiertas. 


El claustro tenía sus galerías cubiertas por bóvedas de crucería de escayola, muchas de sus capillas se encontraban tapiadas y los muros de las mismas encalados, aunque en alguna de ellas se podían apreciar arcos de herradura lobulados y yeserías. Asimismo la arquería que daba al patio se encontraba cerrada. 

Escolano Gómez en el año 1938 lo describe como “tan pobre, que no precisa adjetivación alguna”.

Es en esta época cuando desaparecen las bóvedas de las galerías, para rehacer las cubiertas en su totalidad.




Se construyó una nueva cubierta inclinada sobre un forjado de viguetas pretensadas y revoltón para sustituir a la antigua estructura de madera.

En 1969 se descubren en el claustro una serie de capillas, de estilo árabe, que van a ser datadas por la Dirección General de Bellas Artes.







El aparejador D. Pablo Ponce Llavero llevó a cabo la obra de reconstrucción y rehabilitación de las mismas.





El claustro catedralicio presenta una planta rectangular y un diseño sencillo. Los pórticos de las galerías presentan arcos apuntados con contrafuertes de prisma que le confieren un aspecto de robustez. 







En el centro se sitúa un pozo.











La galería sur dispone de cinco antiguas capillas abiertas en su muro. La primera de ellas, es de estilo mudéjar, se ubica junto a la puerta del Perdón; la bóveda es de ladrillo y el arco de herradura con yeserías en el interior. La segunda capilla, del mismo estilo, presenta un doble arco de ladrillo, con una enjuta incompleta en su parte superior y las jambas son de piedra y ladrillos alternados; la bóveda vaída es de ladrillo formando círculos concéntricos. La tercera capilla, igualmente mudéjar, es de piedra con arco túmido, bóveda nervada, con dos arcos lobulados y la plementería de ladrillo. La cuarta capilla, es de estilo gótico, presenta una bóveda de crucería con florones policromados y escudos en los arranques y en la clave. La quinta y última capilla de la galería, es mudéjar, con un gran arco apuntado, en se hallan instalados los fondos del archivo catedralicio.
(...) tiene bóveda esquifada de ocho paños, sobre trompas de arco semicircular y arista, con finos nervios. Sobre las trompas hay adornos de yesería morisca, formando atauriques e inscripciones árabes cursivas que repiten la frase "La gloria a Dios" y, además, angelillos, etc.


Descripción de la quinta capilla por Francisco Escolano Gómez.
La galería este, se compone por tres antiguas capillas que en la actualidad ocupa la sacristía, con acceso directo al templo.

El claustro se completa al oeste, con una sala capitular, que fue biblioteca del antiguo seminario, y otras dos salas que sirven como museo y en la que se exponen, libros de coro, casullas, cálices, un magnífico alabastro policromado del siglo XVII con talla de la Piedad, entre otros.



Fuentes:


Morfología macroscópica de alteración de la piedra de la Catedral de Baeza. Universidad de Sevilla
La Catedral de Baeza. Autor: José Chamorro Lozano
Baeza de 1950 a 1970. Autores: Josefa Inés Montoro y Fernando Viedma Puche

Baeza Restaurada. Tesis Doctoral. Milagros Palma Crespo

sábado, 11 de febrero de 2017

ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL DE BAEZA



Tanto la fábrica de la Capilla como las pilastras y la escalinata son obra de Villapando, según documentación existente.

El soberbio retablo barroco, fue trazado por el arquitecto y escultor Manuel del Álamo en 1674.




La mesa del altar es barroca, de madera dorada, con un corazón traspasado por una daga-el emblema de maría- en su parte frontal; procede de la capilla del Sagrario de la Parroquia de San Andrés.





Siguiendo la descripción desde abajo, e indicando antes las imágenes de la zona del Evangelio que las de la Epístola, encontramos entre los pedestales dos tablas de forma ovalada (60x40) que representan respectivamente a San Juan Bautista y a San Juan Evangelista.





Por encima en la parte inferior de los intercolumpios, se insertan dos hornacinas con las tallas de madera policromada en tamaño natural de San Pedro y San Pablo realizadas en el año 1677; 







y en la superior, dos tablas con las efigies de Santiago y San Eufrasio (Primer Obispo y Patrono de la diócesis).





El templete central, se compone de dos cuerpos menores, separados por una balaustrada: esta dedicado el superior a hornacina de la Virgen de los Mártires, del siglo XVII con cúpula sostenida por cuatro columnillas salomónicas


Virgen de los Mártires













El inferior, que cubre el manifestador, incluye la arqueta plateresca, de forma prismática, que guarda los restos del obispo San Pedro Pascual, martirizado por los moros de Granada en 1300.





Fue en 1734 cuando Juan José Barrera introdujo la urna de San Pedro Pascual y realizó el espléndido edículo eucarístico.




El manifestador está flanqueado por dos pilares y dos columnas corintias; en su estructura resaltan seis columnas balaustradas y dos semicolumnas adosadas a cada lado.





Sobre la balaustrada del manifestador, seis tallas de santos alrededor de una cúpula, coronada por la imagen del Cristo.





La parte exterior del manifestador se apoya en cuatro columnillas salomónicas que enmarcan el bello Sagrario (1677) obra de Antonio de Bago.






El segundo cuerpo o ático fue hecho por el escultor M.Antonio Sánchez, quien realizó también la imagen de Nuestra Señora, varios ángeles y San Miguel.


La planta de este segundo cuerpo fue realizada por Antonio de Bago. Se concluyó en 1677.

A las columnas externas del cuerpo principal responden en este ático dos florones; en cambio, las interiores se continúan por salomónicas más delgadas, entre las que se abre una hornacina que encierra una escultura de gran tamaño de San Andrés, patrono de Baeza.





En los paños laterales, se muestran los monogramas tallados de Jesús y María.






Fue decorado en su totalidad por el artista ubetense Francisco Gómez de Espinosa, a partir de 1741.

El aspecto que muestra responde pues, a las estructuras arquitectónicas del retablo barroco, matizadas por la introducción del edículo eucarístico, obra de Juan José Barrera.




El manifestador es una pieza bella e importante dentro del conjunto del retablo.

Su capilla central, sustentada por tres columnitas corintias a cada lado (actualmente faltan las anteriores), se cierra con una cúpula sobre cuya linterna se yergue una estatua menuda y bien tallada, de la Asunción de la Virgen, y sobre la balaustrada que delimita la cúpula y en correspondencia con las columnas corintias, surgen seis menudas tallas, también muy cuidadas, de las que las dos primeras representan los apóstoles San Pedro y San Juan, hoy faltos de atributos.


A  ambos lados de la capilla, el manifestador se amplía con dos hornacinas de un barroco sumamente sencillo y elegante, cuyas imágenes de San Rafael y San Miguel, desaparecieron durante la guerra civil.


Acerca del templete central, cobijado por arco de medio punto, dice Ulierte que es “lo más llamativo de la obra… y el más rico de toda la diócesis” (Ulierte, 150)


Las dos águilas de bronce sujetas a los pilares laterales de presbiterio de las que penden dos pequeñas arañas de cristal con tres cuerpos las cuales eran usadas primitivamente como atriles.





 




GALERIA FOTOGRAFICA ANTIGUA







Fuentes: 

Baeza, Histórica y Monumental. Autor Juan Cruz Cruz





viernes, 10 de febrero de 2017

EL PÚLPITO DE LA CATEDRAL DE BAEZA


De forma exagonal con un diámetro de 1.18m, está adosado a una pilastra del tramo renacentista del lado del Evangelio y se eleva sobre una pequeña columna dórica con cimacio de grutescos.








En su origen era todo de maderra (siglo XV )  y mas tarde se recubrió de chapa repujada y policromada en 1580.





Una atenta inspección, dejando aparte la fecha de 1580 que incluye en una cartela, lo que puede describir como una pieza plateresca, con columnas abalaustradas, de la primera mitad del siglo XVI.




Según la tradición, el actual sirve de funda a otro gótico de madera, en el que habría predicado en 1410 San Vicente Ferrer u otros como San Juan de Avila o quizás San Juan de la Cruz

San Vicente Ferrer


San Juan de Avila



San Juan de la Cruz


Sin embargo, ya en el siglo XVII Ximena Jurado advertía que el viejo quedó arrinconado, “haciéndose otro de mejor materia y más costosa”.







De hecho, el suelo es de una simple capa de madera “y la cerca de chapa sólo muestra el negativo de los repujados que lo adornan” (Domínguez 296)




Pudo ser donado en 1580, por don Diego González de Aedas (Canónigo de la Iglesia Catedral de Baeza).


Su ubicación actual no es la que tuvo con anterioridad tal y como podemos comprobar en la siguientes fotografías, siendo la actual, su tercera ubicación conocida.









Las escenas que adornan el basamento, son de la vida de Sansón y forman una pirámide hexagonal invertida de caras curvadas.












Cinco de las seis chapas del cuerpo exagonal, de gran interés iconográfico, están ocupadas en sus dos tercios inferiores por las figuras de santos: 





la central por San Pablo, que tiene a su derecha a San Gregorio Magno y a San Angustín, y a su izquierda a San Jerónimo y a San Ambrosio.


























Estas mismas chapas, en su tercio superior, llevan parejas de ángeles tenantes con diversos atributos;












los ángeles de la chapa central rodean un escudo (con cuatro cuarteles que representan, respectivamente, un águila, un castillo y flores de lis).





La sexta chapa, que sirve de acceso al interior del púlpito, lleva abajo la efigie en madera de San Andrés, patrón de Baeza, y en el tercio superior dos querubes.






Este "sombrerete" servía para dar más acústica a aquellos oradores que se subían a este púlpito.


























FOTOGALERIA ANTIGUA











Fuentes:

Baeza, Histórica y Monumental. Autor: Juan Cruz Cruz
Audioguía Catedral de Baeza

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