martes, 28 de noviembre de 2017

Zayd Abu, el último rey de Valencia

Sello de Zayd Abu


Zayd Abu Zayd, llamado Abū Zayd Abd al-Rahmān ben Abū Abd Allāh Muhammad ben Abū Hafs Umar ben Abd al-Mu'min (Baeza, 1195 - Argelita, 1268) fue el último gobernador almohade de Valencia.

Bisnieto del califa Abd al-Mumin. Sucedió como gobernador de Valencia (antes de 1223 - 1229) a su tío Abū `Abd Allāh Muhammad (1219/20 - antes de 1223). Y este último a su hermano, el padre de Abū Zayd, Abū `Abd Allāh Muhammad (1210/11 - antes de 1219/20).

A la muerte del califa Yūsuf II en 1224 1​ se produce una lucha dinástica que permite a Abū Zayd gozar de total autonomía respecto al imperio almohade, pero se encuentra rodeado de enemigos, y en 1225, decide hacerse vasallo del rey castellano Fernando III.2​3​ 

En 1227 reconoce a al-Ma'mūn, anterior gobernador de Córdoba y Sevilla, como califa almohade y, por tanto, rompe el vasallaje con el rey castellano. 

En 1228 recupera los castillos de Villahermosa y Bejís, plazas del norte valenciano ocupadas anteriormente por los aragoneses. Pero, Muhammad ibn Hud conquista Murcia, se nombra rey y reconoce al califa abasí, rompiendo aún más la unidad almohade de Al-Andalus. 

En esta situación caótica, agravada por el hambre, ese mismo año se produjo una revuelta en Valencia, que aprovechó Zayyan ibn Mardanish (descendiente de Muhammad ibn Mardanis) el llamado Rey Lobo por los cristianos, para sublevarse en Onda. El 24 de enero de 1229 Zayyan entró en Valencia, proclamando también obediencia al califa abasí, y Abu Zayd tuvo que huir primero a Segorbe y después a Aragón.

En 1229, tras la expulsión de su cargo por Zayán Ibn Mardanix, ratifica un acuerdo de vasallaje con Jaime I por el cual el rey de Aragón le da permiso para conquistar y poblar cuantos lugares y castillos consiguiera dentro del territorio musulmán valenciano, a cambio de la cuarta parte de las rentas. 




Recordemos que en 1229 había ratificado su acuerdo de vasallaje con Jaume I por el cual el rey de Aragón le dio permiso para conquistar y poblar cuantos lugares y castillos consiguiera dentro del territorio musulmán valenciano, a cambio de una parte de las rentas. Lo pone en el “Llibre dels Feyts” o “Crónica de Jaime I“: “E fo nostre acort que aguessem treuga ab Seyt Abuzeit, qui era lavos rey de Valencia, q quens donas la quinta de Valencia e de Murcia de les rendes que el havía, levades les peytes, e le otorgans ho ab cartes e ab covinençes que el nos feu. E faem la treuga”


……….De este documento se conocen cinco copias. Una en el Arxiu del Regne de València -Real Justicia Vol. 806, folios 18 a 20-, del siglo XVIII, sobre la que se realizó por parte de Vicent García Edo (“Segorbe en el siglo XIII”, 1987, pp. 85-86) la transcripción adjunta a partir del manuscrito de referencia. Las otras cuatro, del siglo XVII, se conservan en el Archivo de la Catedral de Segorbe, nº 532, dentro de un libro de documentos varios.

En 1232 ratifican en Teruel el compromiso adquirido, reconociendo el primero los favores recibidos y la renuncia a todas las rentas que sobre Valencia y su término se habían reconocido en 1229; se le facilita al rey aragonés la toma de Valencia. Abū Zayd fue un apreciable aliado del Conquistador en su lucha por la reconquista de las tierras valencianas, en la que toma parte aportando sus mesnadas.

En 1232 Abu Zayd se convirtió al cristianismo bautizándose con el nombre de Vicente Bellvís, pero lo mantuvo en secreto hasta la conquista de Valencia. Aunque continuó utilizando el título de rey de Valencia hasta que Jaime I entró en la ciudad el 1238 , a partir de entonces actuó siempre como un verdadero señor feudal cristiano favorecido por el rey, con el que firmó un pacto de vasallaje Calatayud el 20 de abril . 

Al servicio del rey Jaime participó de la conquista del reino: primero desde tierras de Teruel, después durante la conquista de la capital, y más tarde, llevando su huestes al sur, donde conquistó Ibi en 1244, Castalla , Onil, Tibi, Orxeta y Torres Torres.

Bajo la protección del Jaime I ostentó el señorío de localidades moriscas del Alto Mijares que legó a su hijo Fernando. Obtuvo numerosas donaciones reales: En 1.236 las villas de Ricla y Magallón, en 1,238 alquerías de la Huerta de Valencia y casas en la ciudad, en 1239 la villa de Ganalur y la alquería de Aldaya.

En 1238, el Rey D. Jaime, cercó la ciudad de Valencia ayudado por nobles catalano-aragoneses y por Abú Zayd, tras cinco meses de cerco, consiguen que Zayán se rinda y entregue all Rey D. Jaime la ciudad; cosa que ocurre el 28 de Septiembre de 1238.


El 9 de marzo de 1242, Abú Zayd otorga carta de población a 142 cristianos para que vivan en las aldeas de Vilamalefa y hagan la Vilafermosa (Villahermosa); aunque algunos autores piensan que ambas fueron la misma, ya que el nombre significa lo mismo, uno en árabe y otro en cristiano. Estableciendo que siempre que, alguno de aquellos nuevos pobladores o sus sucesores, falleciese sin recibir por negligencia suya los sacramentos de la confesión y comunión, se les quitase a sus herederos la quinta parte de la hacienda que dejase.

El 27 de enero de 1243 Abu Zayd recibió el vasallaje de Eximén Pérez y de su hijo Blasco, y les concedió el castillo de Arenoso, para comandar sus fuerzas militares y como dote por la boda de Blasco con su hija Alda Ferrández Aba-Omahet.

El hecho de que su segundo hijo, en su época cristiana, se convirtiese al cristianismo, viene confirmado en una bula que el Papa Urbano IV concedió a Abú Zayd y sus descendientes el 10 de Abril de 1263, y donde se señala el conocimiento (por el Papa) de la cristianización de Abú Zayd, uno de sus hijos y dos nietros suyos.






Conversión


El 22 de abril de 1236, convertido Abū Zayd al cristianismo y siendo bautizado con el nombre de Vicente Bellvís, hizo la conocida donación de "castros, villas y alquerías que yo al presente poseo y pueda poseer, que de derecho deben de pertenecer a la sede segobricense", al obispo de Segorbe Guillermo Eximeno o Gimeno.

Matrimonio y descendencia

Abū Zayd casa a su hija, Doña Alda Fernández, que aporta como dote el señorío de Arenós, con Blasco Pérez de Arenós hijo de Don Eximén Pérez de Tarazona, que estaba al frente de la mesnada aragonesa que constituía la fuerza militar de Abū Zayd, tras lo cual aquel mudó su apellido Tarazona en "Arenós".

Tuvo varios hijos. Con María Ferrandis: Alda Ferrandis, Fernando Pérez y Sancho Ferrandis; Otros: Elisenda (curó su enfermedad en el castillo de Castro); Mahomat Abiceit o Abahomat; Ceyt Abohiara o Aboyahya; Zeyt Edris o Idrîs; Aazón...

Puede que su mujer fuese Dominga López ya que los nietos de María Ferrandis no eran considerados, por el obispo Dull de Segorbe (1324), del matrimonio.

Muerte de Abū Zayd

La muerte de Abu-Zayd se sitúa a finales del año 1268 en el palacio de Argelita. 

Sus hijos y parientes recibieron una herencia importante y al estar emparentados con la nobleza aragonesa se convirtieron también en señores cristianos.

Alrededor del 16 de junio de 1860 se levantó una lápida en Valencia, y dejó a la vista algunos restos humanos, cuyo estado denotaban su antigüedad. En el mismo sitio se encontró un pergamino que dice así:

Hic jacet D. Vicentius Belvis cum prole sua olim Zeit Abuceit rex Valentiae maurus adeo suae religionis celator VT duos innocentissimos viros beatos Joannem de Perusia et Petrum de Saxo-Ferrato seraphici patris francisci filios ac socios veram christi fidem praedicantes gladio jugulaverit sed inspirante patre luminum recipiens omne nefas diluit sacro baptismatis lavacro et aeternum reconciliationis signum hanc olim aulam suam in ecclesiam et cenobium destinavit.

Estos restos fueron trasladados a la iglesia del monasterio de religiosas de la Puridad y están colocados encima de la pila del agua bendita, entrando a mano izquierda. Todavía se lee allí, en la misma lápida antigua, bajo de una corona real, la inscripción que compuso el P. Fray Miguel Enrich, en los siguientes dísticos:

Hic jacet azotus maurus, dulcisque propago qui dominans urbis, par jugulare jubet Francisci comitum, nunc coeli sede beatus, sacro fonte tamen diluit omne nefas, dum pro inclementi fundit pia vota precesque, urbs urbs expugnatur, sacra fit aula dei.

viernes, 24 de noviembre de 2017

CONVENTO DE LA ENCARNACION Y HOSPITAL 1ª PARTE




Cuando decidí recabar información sobre el Convento de la Encarnación de Baeza para la realización de un vídeo sobre su historia, observé dos cosas que me llamaron especialmente la atención.

Por un lado, la información que se da en páginas de internet es escasa o prácticamente nula (copia una de otras), en las que sólo hacen referencia a la fecha de su fundación:  “Este convento se fundó en 1599, en el lugar donde existió el antiguo Hospital de la Encarnación”.

Por otro lado, mis investigaciones no me han llevado a pensar que realmente el Convento se fundó donde anteriormente existió el antiguo Hospital de la Encarnación, algo que confirma Josefa Inés Montoro de Viedma (Archivera Municipal) en su libro “Baeza de 1950 a 1970” (pag.145) donde nos dice: “Fue fundado en los albores del siglo XVII entre las calles San Francisco e Imagen y nada tiene que ver con el antiguo Hospital de la Encarnación ubicado en el recinto amurallado”.

Supongo que la información que ha manejado para afirmar que el Convento fue construido bajo las ruinas del antiguo Hospital, proviene de la publicación de Fernando de Cózar en su libro “Noticias y Documentos para la Historia de Baeza” publicado en el año 1884. Éste nos dice: “ Sirvió de base a la construcción de este edificio el del antiguo hospital que allí existía, fundado para curar pobres enfermos y que se titulaba de la Encarnación, cuyo nombre aún se dá al Convento, sin que podamos fijar la fecha e historia de esta obra pía, por no hallar antecedentes de ella”.



Sin embargo, en la Historia General de los religiosos descalzos….., escrito por el padre Fr. Pedro de San Francisco, publicado en Zaragoza en 1756 nos aporta datos sobre cuando y quien construyó el Hospital de la Encarnación.

El Baezano Don Lope Martínez, fundó en esta ciudad un Hospital, con el título de “La Encarnación”.



Su sobrino D. Rodrigo Martínez de León que se hallaba en Perú, dejó testamento el día 18 de noviembre de 1612, en el cual dejó dicho que sus bienes se remitiesen la ciudad de Baeza (10.000 pesos) para la fundación de una Capellanía en el Hospital de la Encarnación.

Esta se había de erigir con obligación de quinientas Mitlas anuales, siendo capellanes sus mas cercanos parientes y declaraba que si en algún momento se erigiera en Baeza Convento, esta debía pertenecerle la Capellanía, con el goce entero de su renta.

Don Alfonso Martínez Noguera, sobrino de Don Rodrigo y Patrón de la Capellanía ya fundada, dio su permiso el día 15 de septiembre de 1619 para la erección del Convento.



Unos meses antes, el 17 de abril de dicho año, el Obispo de Jaén Moscosso Sandoval escribió a su Magestad el Rey para que favoreciese su fundación.

El 16 de Marzo de 1617 ante Antonio Figueroa, Notario Público, otorgó una escritura como Patrón, que era también el Hospital, en la cual decía que no pudiendo mantenerse el Hospital de la Encarnación con 60.000 maravedis, que tenía de renta, pues aunque se cobrara todo, apenas podría mantenerse uno o dos enfermos, y no siendo por otra parte necesario en la Ciudad, por esta ya el Hospital General.

Foto Pando Barrer Año 1948


Manuel Morales Borrero, Consejero del Instituto de Estudios Giennenses y profesor de la Universiad en su tesis “El Convento de Carmelitas Descalzas de la Encarnación, de Baeza (1599) nos arroja muchos datos de interés sobre su fundación y de las monjas que habitaron esta congregación religiosa.

Desde hacía tiempo, se deseaba fundar convento de Descalzas en la ciudad de Baeza, pero el patrono que más lo pretendía ponía como condición que ingresasen en él nada mas y nada menos que nueve religiosas de una misma familia y tal deseo iba en contra del espíritu teresiano.

Este fue el principal motivo por el cual fray Jerónimo de la Madre de Dios (Gracián) se opuso, pasaron los años y la fundación no se llevaba a cabo.

Ya en 1589, gobernando el Carmelo fray Elías de San Martín que fue el segundo General que tuvo la Reforma, el canónigo Luis de Mendoza dejó sus bienes para que con ellos se fundase un convento de religiosas.

El canónigo, que antes había estado casado y se hizo clérigo después de quedar viudo, tenía una hija llamada Aldonza de Mendoza en el Convento de Santa Clara, y a ésta le dejó encargado en su testamento que se ocupase de los detalles de la fundación, dándole libertad para que el nuevo convento fuese de la orden que ella eligiese.




De igual forma, dejó nombrados por patronos a Miguel de Mendoza y a Juan Rodríguez de los Díez, veinticuatro de Baeza.

Esta se inclinó a que la nueva fundación fuera de carmelitas descalzas, ya que de Santa Clara existían tres conventos en la ciudad.

Conseguidas las licencias necesarias del municipio, de la orden y del Obispo de Jaén (don Sancho Dávila), se solicitó para el cargo de priora a M. Isabel de la Encarnación, quien vino de Sevilla acompañada por la hermana María de la Asunción. De Granada llegaron Agustina de San  José, hermana de la nueva priora, Maria de San Ángelo y Matía de la Madre de Dios.

De Beas trajeron a Francisca de San Alberto, y de Úbeda a Magdalena de Cristo.
Todas ellas formaron el grupo fundador que tomó posesión del Convento de Baeza,  el 3 de septiembre de 1599.

Cinco días mas tarde, el 8 de septiembre se colocó el Santísimo en la Iglesia con lo que se dio por inaugurado este convento que se puso bajo la advocación de la Encarnación.

Varias de las fundadoras habían sido discípulas de San Juan de la Cruz o de la venerable Ana de Jesús (Lobera). Este fue el mejor reclamo para que acudiesen novicias que con sus dotes fueron acomodando el convento.

Un pleito interpuesto por algunos seglares, llevaron su pretensión hasta tal punto que las religiosas se vieron desposeídas y sumidas en extrema pobreza, y éste fue el signo que distinguió a este convento, porque nunca pudo decirse de él que tuviese prosperidad en bienes materiales.

Sin embargo sobresalió en fortuna espiritual por las monjas que habitaron este convento como fue el caso de Agustina de San José, discípula de San Juan de la Cruz en Granada. Dirigió la comunidad de Baeza como priora durante tres trienios, muriendo en el convento de Jaén el 27 de abril de 1638 a los 68 años de edad y 52 de hábito.

La mayor parte de las fundadoras de este convento salieron de otras fundaciones o volvieron a sus conventos de origen pero nunca faltaron aquí religiosas y desde el instante de iniciarse la fundación, fueron continuas las solicitudes de ingreso.

Una de las primeras fue M. Aldonza de la Encarnación (Mendoza), hija del fundador, quien se mudó del Convento de Santa Clara a éste de la Encarnación, una vez obtenida la dispensa del General y Breve de la Santa Sede. Murió en el año 1622.



Otra que sobresalió fue M. Clara de Jesucristo, natural de Ubeda, hija de don Francisco Vela de los Cobos y de doña Catalina Mexía. Además de la nobleza de su familia, poseía ella una gran belleza. Murió en el año 1641.


Palacio Francisco Vela de los Cobos (Ubeda)



Otro dato interesante nos lo facilita Juan Antonio Lechuga Salazar en su libro “Ornamentación y heráldica en la arquitectura de Baeza” (pagñ. 185): “ los primeros documentos hallados relativos a la Encarnación son una carta de donación fechada el 14 de  mayo de 1599, de Juan Rodríguez de los Díez, caballero veinticuatro de Baeza. 

Ocupa el convento una buena extensión entre las calles San Francisco (al final está situada la Iglesia) y La Imagen (donde tiene la entrada al Convento). En tiempo de su fundación existía un callejón que unía dichas calles que después se cerró en beneficio del Convento (1695). 

La iglesia primitiva que tenía una habitación de una casa vecina sobre el presbítero, pudo así librarse de esta gabela, al tiempo que ampliaron y renovaron el cenobio”. Este callejón comunicaba por aquel entones con la Plazuela de la Encarnación.

La iglesia fue restaurada en 1928.

La comunidad de Baeza nunca fue suprimida, salvo dos desalojos muy breves:

En la guerra de la Independencia, tan solo quedó una monja en el convento. Terminada la contienda regresaron.

El 24 de julio de 1936 el gobierno las obligó a abandonar el convento y refugiarse en casa de familiares, hasta el final de la guerra.

El baezano Juan Francisco de Villava escribió un opúsculo, hoy perdido, titulado Discurso de la antigüedad e invención de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Peña, que se guarda en el convento de frailes mínimos de la ciudad de Baeza, a principios del siglo XVII. Por su parte, tras la exclaustración de 1835, la imagen pasó al convento de la Encarnación, de carmelitas descalzas, donde se hallaba al menos a finales del siglo XIX.

El miércoles 27 de marzo de 2015, las Madres Carmelitas Descalzas del Convento de la Encarnación de Baeza marcharán de nuestra ciudad después de 416 años de presencia entre nosotros. 







Fuentes consultadas:


Historia General de los Religiosos Descalzos de los…..por el Padre Fr. Pedro de San Francisco de Asís.

Ornamentación y Heráldica en la Arquitectura de Baeza. Juan Antonio Lechuga Salazar

Noticias y Documentos para la Historia de Baeza. Fernando de Cózar Martínez
El Convento de Carmelitas Descalzas de la Encarnación, de Baeza (1599). D. Manuel Morales Borrero.







martes, 18 de julio de 2017

CARTA ENVIADA POR ENRIQUE IV E ISABEL CONJUNTAMENTE A BAEZA




El siguiente artículo está basado en una Tesis Doctoral realizado por la Directora D. Maria Isabel del Val Valdivieso “La propaganda política en torno al conflicto sucesorio de Enrique IV (1457-1474) de 2004.

María Isabel de Val Valdivieso, es catedrática de Historia Medieval en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid.

Dicha tesis tiene un total de 459 páginas cuyo contenido es tremendamente interesante.

Aunque toda su tesis merece toda nuestra atención, yo en este caso me gustaría centrarme sólo en lo relativo a la Ciudad de Baeza.

En el conflicto social en la época de Enrique IV, desde 1458 hasta 1468 había varios tipos de conflicto: anti converso, lucha partidista de la nobleza, etc.., pero tras la ruptura del pacto de Guisando y la estabilización y fortalecimiento de la causa isabelina respaldada por la Corona de Aragón, aumenta evidentemente la rebelión de carácter antiseñorialización.

En esta tesis se aporta una tabla en el que se aportan años de conflicto en torno a las ciudades en el reinado de Enrique IV, siendo Baeza la primera de la lista:





Enrique IV emprendió un viaje por Andalucía con el fin de pacificar esta zona, que no sólo se le había sublevado sino además se encontraba agitada por enfrentamientos nobiliarios en los primeros meses de 1469, como lo expresan las cartas que escribe desde Córdoba a su reino.

Andalucía es donde ya habían surgido opulentas casas nobiliarias, fortalecidas por la propiedad del comercio sevillano, destacando ante ellas los Medinasidonia, Los Medinaceli y los condes de Arcos de la Frontera, pero las opniones estaban divididas. Algunas ciudades y villas habían prestado obediencia al rey, como es el caso de Baeza, que su gobernador, Alonso Téllez Girón, estaba muy unida al maestre de Santiago, y reconoce casi inmediatamente a Enrique como su rey y señor. Pero la mayoría de la región sigue sin reconocer a Enrique.

El viaje por Andalucía se repitió en abril de 1472 y acabó fracasando.

Cuatro años de conflicto habían transcurrido ya en 1468. En la conciencia de los contendientes se apreciaban síntomas bastante claros de un restablecimiento parcial de las fuerzas que apoyaban al monarca, pero suponer que Enrique IV se hallase en posición de dominar la revuelta era ilusorio y a la muerte del príncipe Alfonso se abre una etapa de negociación. Para los principales linajes de la nobleza la situación bélica imponía sacrificios, dificultades e incluso discordias íntimas cada vez más profundas. La mayoría de esta capa social dominante del país deseaba la paz.


El arzobispo de Toledo, el maestre de Santiago y los demás grandes pasan a ponerse de parte del partido isabelino en el pacto de los Toros de Guisando el 18 de septiembre de 1468. La noticia del reconocimiento del derecho sucesorio de Isabel en el pacto de Guisando es enviada a todo el reino (AHN., Frías, 16/21, 16/9. Se lo lee a la iglesia de San Gabriel de Baeza en el 15 de septiembre de 1468. “ De lo cual todo a mi ficieron juramento y pleito y homenaje publica solemnemente y yo movido por el bien de la dicha paz y sosiego union de los dichos mis reinos y por evitar toda materia de escandalo y divicion dello por el grado deudo amor que siempre ove tengo con la dicha princesa mi hermana por que ella esta tal edad que mediante la gracia de Dios puede luego casar y aver generacion en manera que estos dichos mis reinos no queden si haber en ellos legitimos sucesores de nuestro linaje determine de la recibir y tomar y recibir y tome por princesa y mi proxima heredera e sucesora de estos dichos mis reinos y senorios”.

Señala después que Isabel se ha sometido a él y se la ha jurado como su heredera; que todo el antiguo bando alfonsino le ha reconocido como rey legítimo, y ruega a todos aquellos que están sublevados que vuelvan a su servicio, devolviendo todas las villas y lugares ocupados, señalando un plazo de quince días para los habitantes de Castilla y de treinta para las de Andalucía y Murcia. Como efecto de esta carta algunos grandes volvieron a prestar obediencia al rey, pero todavía son muchos los que persisten en su rebeldía, sobre todo en la región andaluza, donde Enrique tendrá que acudir, más adelante, personalmente para pacificarla. Podemos decir aquí que aún después de los Toros de Guisando se incuba la propaganda anti Enrique y hay tendencia de alzar y utilizar a Isabel como la legítima representante del trono.



El 25 de septiembre Enrique IV e Isabel escriben una carta conjunta dirigida a Baeza


AHN, Frias 16/21. “En la muy noble y muy leal y antigua ciudad de Baeza sabado quince dias del mes de octubre anno… de mil quatrocientos sesenta y ocho. Este dicho dia a hora podia ser de visperas poco mas o menos estando en la Iglesia de San Gabriel de la dicha ciudad ayuntados a cabildo segun era que lo habian de uso y costumbre en honrrado concejo el gobernador Alfonso Tellez Giron corregidor y justicia mayor desta dicha tierra y de los regidores de la dicha ciudad, los mucho honrados Juan de Benavides e Diego Sanchez de Quesada e Pedro de Biedma e Rodrigo de Mendoza y Juan de Davalos y Martin de Tozar y Garcia Bravo y Fernando de la Rama y Gomez de Molina y Jorge Ceron y Diego Sanchez de Avila en presencia de mi Juan criado escribano de consejo de dicha ciudad parecio y presente Diego de Leon regidor de la ciudad de Jaen y mostro y presento por mi el dicho escribano leer hizo dos cartas del rey nuestro senor escritas en papel y firmada la una de su nombre y de nombre de la muy ilustre senora princesa y abajo de cada firma de los dichos nombres los sellos de su alteza de cada uno dellos y la otra carta firmada de nombre de dicho senor rey y sellada con su sello en seda colorada de espaldas el tenor de las quales dichas cartas uno en pos de otro este que sigue: Don Enrique… al concejo alcaldes alguaciles regidores cavalleros y escuderos y oficiales hombres buenos de ciudad de Baeza. Salud y gracia bien Sabedes las diviciones y movimientos y escandalos acaecidos en estos mis reinos de cuatro annos a esta parte e los muy grandes intolerables males y danos que de ello se han seguido todos mis subditos y naturales y universalmente a toda la cosa publica de mis reinos y como quiera en estos tienpos pasados yo siempre e deseado e trabajado e procurado de los atajar y quitar y dar paz y sosiego de estos dichos reinos no se podido dar en ello asiento ni conclusión hasta ahora que por la gracias de Dios muy ilustre princesa dona Isabel mi muy cara y muy amada hermana se vino a ver conmigo cerca de la villa de Cadalhalso donde yo estaba aposentado donde fueron ayuntados con nosotros los muy reverendos y muy cristianos padres don Alfonso Carrillo arzobispo de Toledo primado de la Espanas y chanciller mayor de Castilla don Alfonso de Fonseca, obispo de Sevilla y don Juan Pacheco maestre de caballeria Santiago y don Alonso de Estúniga conde de Plasencia mi justicia mayor los conde de Benavente de Miranda y Osorio y adelantado mayor de Castilla. Y los reverendos padres obispos de Burgos y de Coria Gomez Manrique su hermano todos de mi concejo en las cuales dichas vistas estando ende presente reverendo padre don Antonio de Veneris obispo de Leon legado de nuestro muy Santo Padre dicha princesa mi hermana me reconocio por su rey senor natural de todos estos reinos y sennorios y me otrogo e hizo la obediencia que me debia y me prometio y juro de me aver y tener y obedecer y servir y seguir en todos dias de mi vida como a su rey y senor natural asi mismo los dichos arzobispo de Toledo maestre de Santiago y conde de Osorio y adelantado y los dichos obispos de Burgos y Coria y Gomez Manrique y cada uno dellos me reconocieron por su rey sennor natural y me otorgaron y hicieron dicha obidencia y reverencia y prometieron de me tener y obedecer por su rey y sennor natural todos los dias de mi vida. Y non otra persona alguna y de servirme y segun bien y leal verdaderamente como buenos y leales vasallos y subditos naturales mios. De lo cual todo a mi ficieron juramento y pleito y homenaje publica solemnemente y yo movido por el bien de la dicha paz y sosiego union de los dichos mis reinos y por evitar toda materia de escandalo y divicion dello por el grand deudo amor que siempre ove tengo con la dicha princesa mi hermana por que ella esta en tal edad que mediante la gracia de Dios puede luego casar y aver generacion en manera que estos dichos mis reinos no queden sin haber en ellos legitimos sucesores de nuestro linaje determine de la recibir y tomar y recibir y tome por princesa y mi proxima heredera e sucesora de estos dichos mis reinos y senorios por tal la jure y nombre e intitule e mande que fuese recibida y nombrada y jurada por los sobredichos prelados y grandes y cavalleros que ende estaban en por todos los otros de mis reinos y por los procuradores de la ciudades y villas dellos por princesa mi proxima heredera destos mis dichos reino por reina senora dellos para despues de mis dias. El cual dicho juramento hicieron los dichos prelados y grandes y caballeros asi ende estaban para lo qual todo dicho legado por la autoridad de Santa Sede Apostolica relajo todos e cualesquier juramentos que en contrario de esto sobre la dicha sucesion sobre las otras cosas susodichas esto viesen fechos por qualesquier prelados y grandes e ciudades e villa e otras cualesquier personas destos mis reinos e señorios en qualquier manera dispensando sobre todo ello plenariamente interponiendo ello su autoridad y decreto: luego yo me volvi a la dicha villa de Cadahalso y conmigo la dicha mi princesa mi hermana y dicho maestre de Santiago y los otros prelados y grandes que conmigo estaban lo qual todo acorde de vos notificar por que es razon que los sepades dedes muchos loores y gracias a nuestro senor que asi le plugo de poner estos reinos en union en toda paz y concordia porque vos mando que acatando la lealtad e fidelidad me debedes como a vuestro rey y senor natural y luego vos redusades a mi obediencia y servicio y me reconoscades e juredes vuestro rey y senor natural y por cuanto yo a suplicacion de dicha princesa mi hermana con acuerdo de los dichos prelados y grandes que conmigo estaba mande dar mis cartas en que se contiene que remito y perdono a todos y qualesquier prelados y canonigos y personas que han estado fuera de mi obediencia todos los crimenes y delitos pasados viniendo ellos al dicho mi servicio mi obediencia y entregandome y haciendome entregar todas las ciudades y villas y lugares y fortalezas me tiene ocupadas o por su causa con su favor y ayuda me estan rivaladas lo de allende los puertos dentro de quince dias primeros siguientes y los de Andalucia y reino de Murcia dentro de treinta dias lo cual les mando que asi hagan y cumplan dentro de los dichos terminos sopena de la carcel por ello en mal caso e de perdimiento de todos sus bienes y vasallos y villas y lugares y heredamientos y oficios y mercedes y mrs que en mis libros tienen e que todo ello haciendo ellos lo contrario por eso mismo fecho sea confiscado e aplicado para la mi camara y fisco los quales dichas mis cartas por mi mandado han sido y son pregonadas e publicadas e fijas en lugar publico en la dicha mi corte y por ende vosotros haciendolo dentro del dicho termino yo por esta carta remito y perdono a esa dicha ciudad y grandes, ciudadanos(?) otras cualesquier personas vecinos y moradores della cada uno de vos y dellos todos los crimenes y delitos pasado del caso mayor al menos inclusive otrosi vos mando que luego vista esta mi carta juntos en vuestro cabildo segun que lo avedes de uso y de costumbres juredes a la dicha princesa muy hermana por princesa e mi proxima heredera y sucesora en estos dichos mis reinos y sennorios en la forma suso contenida; y los unos ni los otros no fagades ende al por alguna manera sopena de la mi merced y de cuerpos ello en marcas y de perder todas vuestras villas y lugares y vasallos y fortarezas y heredamientos y bienes y oficios y todos y cualesquier mrs que en cualquier manera en mis libros tenedes lo qual todo vosotros lo contrario haciendo yo por el mismo hecho desde ahora para entonces confisco aplico y he por confiscado y aplicado para la mi camara y fisco sin otra sentencia ni declaracion alguna y de mas por cualquier o qualesquier de vos por que enfincare de lo asi hacer y cumplir mando al hombre que esta dicha mi carta mostrare que os enplace que parezcades ante mi en mi corte doquier yo sea el consejo por vuestro procurador y los cavalleros y oficiales y otras personas singulares personalmente desde el dia que vos enplazare hasta quince dias primeros siguientes so la dicha pena a cada uno so la cual mando a qualquier escribano publico que para esto fuera llamado quede ende al que vos la mostrare testimonio signado con su signo por que yo sepa en como se cumple mi mandado. E yo la dicha princesa dona isabel proxima heredera sucesora en estos dichos reinos y sennorios de Castilla y de Leon para despues de los dias del muy alto e muy poderoso rey mi sennor y hermano vos ruego e mando que por servicio de dicho sennor rey e mio vosotros fagades e cumplades e pongades luego en obra todo lo que su alteza por esta carta vos envia mandar certificandovos que en ello me hareis agradable placer y de lo contrario gran enojo y sentimientos y dare todo favor y ayuda para ejecutar en las personas e bienes las penas en que por ello incurrieredes; dada en la villa de Casarrubios a veintecinco dias del mes de septiembre anno… 1468.
Don Enrique al consejo justicia regidores cavalleros escuderos oficiales hombres buenos de ciudad de Baeza salud y gracia. Sepades que por otra mi carta firmada de mi nombre y de nombre de la muy ilustre princesa dona Isabel mi muy cara y muy amada hermana e sellada con nuestros sellos vos enviamos


Enrique tiene en los primeros momentos gran interés en que esta situación se formalice en todo el reino. Es interesante advertir también en estas cartas la importancia que cobra Pacheco delante de Enrique, ocupando desde este momento el primer lugar en el reino junto al rey, para que obedezcan las ordenes del maestre. De modo que estos requerimientos enviados por Enrique al reino surten pronto efecto, produciéndose la jura de Isabel como heredera. (Del Val Valdivieso, Ibid, p. 98, un ejemplo muy curioso es la jura en Baeza desde el 15 de octubre hasta el 17 de mismo mes. Juraron a Isabel llamándola Juana, especifican que es hermana del rey, luego no se refiere a su hija, en la iglesia de San Juan. La falta total de información existente en la época es absolutamente normal. Podemos saber aquí que Isabel es todavía una desconocida en el reino, ya que esta ciudad que incluso está de su parte, no conoce su nombre con exactitud llamándola Juana en lugar de Isabel.)



Fuentes y Texto:

Tesis Doctoral realizado por la Directora D. Maria Isabel del Val Valdivieso “La propaganda política en torno al conflicto sucesorio de Enrique IV (1457-1474) de 2004.

lunes, 15 de mayo de 2017

HISTORIA DE LAS BANDAS DE MUSICA EN BAEZA

Los datos más antiguos de los que tenemos constancia nos sitúan en el siglo XIX.

Aunque en Baeza existían bandas de música desde la primera mitad del siglo XIX, la imagen más antigua que tenemos de la "Banda de Música de Baeza" data de 1892, estando dirigida por D. Diego Gámez Martínez.







En la imagen se observan dos inscripciones, "Primer Premio en Baeza 1892" y "Primer Premio en Jaén 1893", tras conseguir esta banda el primer premio en los Certámenes de ambos años. Observando detenidamente la parte inferior de la imagen vemos que la denominación de esta banda era "Banda Civil de Baeza". También resulta curiosa la disposición de los músicos, alineados en dos únicos atriles y con los instrumentos de percusión en la parte delantera central.

Por entonces la ciudad de Baeza ya contaba con dos bandas de música, la "Banda del Liceo" y la "Banda Primitiva", que debían sus nombres a los dos teatros de la ciudad en los que actuaban, aunque en la práctica eran más conocidas como "Banda Nueva" y "Banda Vieja", como así atestigua el siguiente documento, fechado en agosto de 1925, y que trata sobre la imposibilidad de la "nueva" para asistir al primer y segundo día de novena dentro de los actos religiosos en honor a la Patrona de Baeza:






Las dos bandas que existían en Baeza gozaban de un merecido prestigio tras cosechar varios triunfos en diversas salidas a otras poblaciones. Está documentada la asistencia a certámenes en Úbeda o Jaén, la contratación para las fiestas de Ibros, de Villacarrilo, etc. Sirva como ejemplo el artículo aparecido en la publicación "El Pópulo", fechado en 7 de noviembre de 1931 y escrito por el Director de la Banda Municipal de La Carolina:



Es de destacar, igualmente, la presencia en Baeza, desde 1934 hasta 1936, de "Los Veinticinco Gallos", una banda dedicada a espectáculos cómico-taurinos que tuvo un gran éxito a nivel nacional y que, incluso, pudo haber actuado en Francia de no haber sido por la llegada de la Guerra Civil española.

 
Los Veinticinco Gallos

Tras algún intento anterior por reagrupar las dos bandas en una sola de carácter municipal, concretamente en 1914 con una moción presentada por el Sr. Parra que no llegó a buen puerto por la rivalidad entre ambas bandas, en acuerdos adoptados el 14 y el 28 de febrero de 1942 se crea, por fin, la "Banda Municipal de Música de Baeza" bajo la dirección de D. Francisco de la Poza Robles, quedando compuesta por los músicos de la única banda que existía en la ciudad desde la finalización de la Guerra Civil, denominada "Banda de Música de la F.E.T. y de la J.O.N.S. de Baeza", y que ya venía siendo subvencionada por el Ayuntamiento de Baeza. Así queda escrito en la orden emitida por D. Lucio Ortega Almendros, Secretario del Ayuntamiento de Baeza, a petición de la parte interesada y que está fechada el 3 de agosto de 1942.




Por tanto, Baeza contaba con una única banda de música desde junio de 1939, si bien no pasó a denominarse "Banda Municipal" hasta febrero de 1942.

Un hito importante en la historia de Baeza en el siglo XX fue la inauguración del Kiosco de la Música del Paseo, que tuvo lugar el 16 de agosto de 1954 y al cual asistió la "Banda Municipal de Madrid". A este acto pertenece la siguiente imagen:


De derecha a izquierda nos encontramos con D. Francisco de la Poza Robles (Director de la Banda Municipal de Baeza), D. Jose María Muñoz (Arcipreste), D. Fernando Viedma Rodríguez (Alcalde de Baeza) y D. Jesús Arambarri Garate (Director de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid).





La asistencia de la Banda Municipal de Madrid a este acto es de gran importancia, ya que tal y como se recoge en la web oficial de dicha banda "Desde aquel 2 de Junio de 1909, la Banda ha actuado casi siempre en Madrid y sus distritos. Con poca asiduidad acude a otras ciudades habiendo ofrecido, no obstante, conciertos en Alicante, Albacete, Valencia, Bilbao, Barcelona, La Coruña, Málaga, Toledo y San Sebastián. También ha actuado en las ciudades de Bruselas y Maastricht." Aunque no queda recogida la asistencia a nuestra ciudad, sí que es cierto que la Banda Municipal de Madrid asistía únicamente a actos importantes y éste, sin duda, lo era.

Dos grandes maestros han estado a cargo de la "Banda de Música de Baeza" durante el siglo XX, D. Francisco de la Poza Robles (desde 1916 hasta 1961) y D. Gerónimo Morales García (desde 1962 hasta 1992).



D. Francisco de la Poza Robles (izquierda) y D. Gerónimo Morales García (derecha)





Ambos, además de instrumentistas y directores, realizaron diversas composiciones y contribuyeron a la conservación del "Miserere" de D. Hilarión Eslava, tradicionalmente celebrado en la S. I. Catedral de Baeza.

"Miserere" de D. Hilarión Eslava dirigido por D. Francisco de la Poza Robles
en el Teatro del Liceo en el año 1950.



En el año 1964 la "Banda de Música de Baeza" deja de ser municipal y pasa a constituirse en Asociación. La denominación de la misma fue "Asociación Musical Cultural Francisco de la Poza", que se mantuvo hasta el 18 de mayo de 2004, día en el que en Asamblea General Extraordinaria se acuerda denominarla "Asociación Musical Cultural Baezana Banda de Música de Baeza", tal y como queda recogido en los actuales estatutos de la misma.

Desde el año 2009 la ciudad de Baeza cuenta, de nuevo, con dos bandas de música, la citada anteriormente y la "Banda Sinfónica Ciudad de Baeza", hecho éste que viene a engrandecer más, si cabe, la historia musical de nuestra ciudad.




Fuentes:

http://bandasinfonicaciudaddebaezahistoria.blogspot.com.es/ Autor: Antonio Carmona Barroyo. Director de la Coral Polifónica de Baeza

viernes, 12 de mayo de 2017

CRISTOBAL CRUZ. UN REFERENTE DE LA FOTOGRAFÍA BAEZANA




La palabra “Fotografía”,  deriva del griego foto (luz) y grafos (escritura).

Es por ello, que se dice que la fotografía es el arte de escribir o pintar con la luz.

No es de extrañar, que el método más utilizado en los camafeos de la época del recococó fuera el siluetado. Esta técnica consistía en una máquina para hacer dibujos y cuyo nombre deriva del ministro de hacienda de Luis XV, Ethienne de Silouetthe.





La utilización de esta máquina era bien sencilla, consistía en colocar una figura detrás de una sábana iluminada y dibujar el contorno que se reflejaba en la misma.

Sin embargo, el fisionotrazo inventado por Guilles-Louis Chrétien a finales del siglo XVIII fue considerado como uno de los antecesores manuales de la fotografía.






Desde entonces, la fotografía en sí, es mucho más que una técnica, un procedimiento o un sencillo objetivo artístico en el contexto de las artes visuales, pues en su transcendencia, nos refleja su verdadera función como registro visual de los acontecimientos ocurridos en un tiempo determinado.

De no existir personas como Cristóbal Cruz Ruiz, muchos que hemos nacido mucho después a su época, no podríamos imaginar muchos de los aspectos cotidianos de la Baeza de antaño. De ahí, mi sencillo homenaje a una persona que nos dejó un legado maravilloso que será contemplado durante generaciones.

 
Cristóbal Cruz


Su producción fotográfica permite tomar el pulso de la ciudad de Baeza y sus aledaños desde los años de la II República hasta los primeros tiempos de la democracia, aunque el gran grueso de su testimonio está integrado por la época del franquismo.

Cristóbal Cruz Ruiz, nació en Rus (Jaén) en 1908 y murió en Baeza (Jaén) en el año 1985.

Fue durante décadas, el observador excepcional de la vida cotidiana y de los eventos civiles y religiosos que ritmaban el acontecer diario de la ciudad de Baeza.

 
Francisco Baras


Francisco Baras, Fotógrafo y Profesor de Dibujo, formó al joven Cristobal Cruz en su estudio, allá por 1920 y éste en 1935, instaló su primer estudio en los soportales del Paseo.






Esto es lo que le permitiría disponer de un observatorio excelente para dejar testimonio ya fuera de las máscaras que animaban los carnavales como de las procesiones de Semana Santa y Corpus de la República ya de los desfiles festivos de Gigantes y Cabezudos. Fotografía de interesante lectura, ya que los participantes en el festejo miran atentamente al balcón en el que está instalado el trípode de la cámara fija, pues para ellos el artilugio y el fogonazo del magnesio era algo fuera de lo común.






Hoy en día, fotografiar cualquier aspecto de nuestra vida cotidiana o acontecimiento cultura no llamaría la atención a nadie, pues en cualquier momento te sientes rodeado de cámaras digitales, pero en aquella época todo era muy diferente. Sencillamente era todo un "acontecimiento" que no se querían perder.






Francisco Baras vió en el joven Cristobal Cruz un talento especial para la fotografía, y aunque su madre dudó sobre si debía continuar en su estudio, éste la hizo repacitar y hoy por hoy, es considerado uno de los grandes fotógrafos con los que ha contado la ciudad de Baeza.








Tras la guerra, reabrió su estudio en la calle Prado de la Cárcel, y simultaneó su labor en el estudio fotográfico con la de encargado de hacer los reportajes de los acontecimientos oficiales municipales y la de reportero gráfico para la agencia Efe, la revista Paisaje y los periódicos ABC, Diario Jaén y Ya (Ahora durante la República). Su hija, Catalina Cruz se convirtió al tiempo en su mano derecha en el estudio  y posteriormente casó con el también fotógrafo y pintor Antonio Tornero dejándonos el legado de los “Tornero Cruz” que han seguido el legado familiar ligado a la fotografía y al arte.



Interior de la Casa de Cristóbal Cruz




Ubicación de la Casa de Cristobal Cruz en calle Prado de la Cárcel


De este modo, dentro y fuera de su taller fue dejando testimonio de los sucesos que jalonaban tanto la vida familiar (nacimientos, comuniones, bodas, aniversarios, vísperas de irse a la “mili”, posados de estudio, etc.) como la ciudadana (cabalgatas, ferias, bailes, procesiones, romerías, visitas de jerarquías civiles, militares y eclesiásticas, misiones, discursos de autoridades, inauguraciones, grupos de escolares o de comunidades religiosas, colonias de la Sección Femenina, bandas de música, comedores sociales, corridas de toros…).





Su objetivo supo captar la otra cara de la sociedad, la de la verdad de la miseria que refleja el rostro de Pirri






la de los gitanos de las ferias de ganado








la de la soledad del hombre del campo junto a la noria





o a lomos de su borrico entre los serones







Supo reflejar las duras tareas de una sociedad agrícola recolectando la aceituna en los rigores del crudo invierno o trillando y aventando bajo la canícula estival, la desolación de las tierras de labor anegadas por la riada, la realidad de los corrales de vecinos instalados en antiguas casas solariegas, la romántica luz del atardecer en la Cruz de la Asomada, la pompa eclesiástica o el encuadre soberbio de los Reyes Magos en la pedanía de Las Escuelas, que parece un fotograma sacado de Bienvenido Mister Marshall.






Asimismo, su cámara ha sido testigo de la transformación de los monumentos y casas blasonadas que pueblan por doquier el caserío -actualmente Patrimonio de la Humanidad-, todo lo cual se convirtió en un testimonio gráfico de incalculable valor para evaluar la evolución y el rescate del patrimonio artístico de la ciudad.


 
Interior Teatro Liceo de Baeza



Muchas de las fotografías de esta muestra deben su atractivo no sólo a la trascendencia de los temas y contenidos tratados en ellas (la arquitectura y los paisajes, las faenas cotidianas, las artes y costumbres populares, los acontecimientos históricos y sociales, los retratos, etc.), sino también al talento creativo del artista, a la peculiar manera de mirar al mundo que adopta Cristóbal en cada ocasión, es decir, a su particular modo de interpretarlo bajo una óptica única e intransferible que contribuye a la transmisión de una visión más plural y enriquecedora de la sociedad andaluza contemporánea.






A través de estos documentos no verbales podemos percibir e interpretar el desarrollo y evolución de una comunidad, en tanto que la fotografía es una forma directa de acercamiento al conocimiento de la sociedad, la cultura y los acontecimientos todos que jalonan la vida entera de la humanidad.







Baeza vista por el fotógrafo Cristóbal revela otra sensibilidad, y nos invita a reflexionar, rescatar la memoria y restaurar las señas de identidad de una sociedad cada vez más homogeneizada por los movimientos globalizadores imperantes en el mundo contemporáneo.




En definitiva, esta colección fotográfica constituye una parte esencial del patrimonio cultural tanto jiennense como andaluz y como tal ha de ser valorada, ya que las imágenes, además de ser una expresión de la creación artística, testimonian nuestro pasado, tienen valor documental y son también registro de la historia.



Coincidiendo con el 25 aniversario de su muerte, el 17 de agosto de 2010, se organizó una exposición en la Sala de Arte Gaspar Becerra de Baeza, bajo el nombre “Una mirada andaluza. Foto Cristóbal) organizada por el Excmo. Ayuntamiento de Baeza, la Fundación Caja Rural de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía sede Antonio Machado (Baeza), en colaboración con la Fundación Pública Centro de Estudios Andaluces.










(Texto de la comisaria de la Exposición, María Ibáñez Alfonso)
Fotografías: Cristóbal Cruz


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