Según una leyenda muy
extendida en la Edad Media, una joven llamada Úrsula ("osita" en
latín) se convirtió al cristianismo prometiendo guardar su virginidad. Como fue
pretendida por un príncipe bretón de nombre Ereo decidió realizar una
peregrinación a Roma y así lograr la consagración de sus votos.
En Roma, fue recibida
por el papa Siricio que la bendijo y consagró sus votos de virginidad perpetua
para dedicarse a la predicación del evangelio de Cristo.
Al regresar a
Germania, fue sorprendida en Colonia por el ataque de los hunos, en 451. Atila,
rey de este pueblo, se enamoró de ella pero la joven se resistió y, junto a
otras doncellas que se negaron a entregarse a los apetitos sexuales de los
bárbaros, fue martirizada.
En el lugar del
martirio, Clematius, un ciudadano de rango senatorial que vivía en Colonia,
erigió una basílica dedicada a las "once mil vírgenes", entre ellas
Úrsula. En la inscripción de dedicación de este edificio se nombra a las otras
doncellas (Aurelia, Brítula, Cordola, Cunegonda, Cunera, Pinnosa, Saturnina,
Paladia y Odialia de Britannia), de las cuales la última es llamada undecimilla
( "undecimilla" o "undecimita", en latín).
La idea errónea de que
las compañeras de martirio de Úrsula fuesen once mil surge en un documento
datado en el año 922 que se conserva en un monasterio cerca de Colonia, donde
se hace referencia a la historia de Santa Úrsula y sus compañeras. En el citado
documento entre otras cosas se decía:
"Dei et Sanctas
Mariae ac ipsarum XI m virginum"
donde "XI m
virginum" debía leerse como "undecim martyres virginum" (once
mártires virgenes)
y en su lugar leyeron
"undecim millia virginum" (once mil virgenes)
Durante siglos esta
confusión se extendió sin que nadie la pusiera en duda, dando lugar así a la
leyenda de las "once mil virgenes".
Si bien surgió un
importante culto alrededor de la figura de "Santa Úrsula", la Iglesia
nunca la canonizó oficialmente, aunque se venera desde temprano en la Edad
Media. Hildegarda de Bingen compuso muchos cantos en su honor.
Finalmente la imagen
de Úrsula fue asimilada con la de la diosa germana Freyja (también llamada
Horsel o Ursel), que protegía a las doncellas vírgenes y las recibía en el
ultramundo si fallecían sin haberse casado.
Entre 1490 y 1496, el
pintor Vittore Carpaccio (1460-1526) realizó un ciclo completo de frescos sobre
la leyenda de esta mártir y virgen, que se encuentra actualmente en Venecia.
La festividad de Santa
Úrsula se celebra el 21 de octubre y, al menos durante la Edad Media, fue la
santa patrona de las universidades.
“España-afirma Villanueva- “está llena de reliquias de las
once mil vírgenes”, y precisa: “ En las iglesias de Jaén y de Baeza, y en la
parroquia de Santa Cruz de Baeza, dice Vilches, que se veneran diez cabezas de
estas santas vírgenes. Supone este escritor que Santa Ursula y muchas otras de
sus compañeras son oriundas de Baeza.
Los agentes de Felipe II en el exterior no sólo enviaban
libros para la biblioteca del Escorial, sino también reliquias. Quedan reseñas
ya las reliquias ursulanas del Escorial procedentes de Alemania. J.Villanueva
enumera las viendas por Guzman de Silva por el reverendo Jacobo Marino, rector
de la iglesia parroquial de Santa Eufemia en la Judeca de Venecia, se halla
parte de hueso de una de las once mil vírgenes, de una pulgada.
En la Catedral de Baeza existe un cuadro de notable
realización, llamado “Santa Úrsula y las once mil vírgenes” de la Escuela
Granadina, atribuido a Pedro Atanasio Bocanegra. Aunque deteriorado, es uno de los mejores de
la Catedral.
Un grupo de jóvenes, coronadas de flores y ataviadas con ricos vestidos,
rodean a Santa María, algo desplazada, del eje central; a la izquierda Santa Ursula
muestra la palma del martirio y las flores de la virginidad.
Fuentes:
Wikipedia
Manuel Urbano.
Fuentes:
Wikipedia
Manuel Urbano.
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