miércoles, 20 de enero de 2016

ARCO DE VILLALAR Y PUERTA DE JAEN





El arco de Villalar se erigió en 1522 para conmemorar la victoria del ejército de Carlos I sobre los rebeldes comuneros en la Batalla de Villalar.


Batalla de Villalar


 La victoria tuvo lugar el 23 de Abril de 1521. Se inserta el conflicto dentro del marco de la revuelta y guerra de las Comunidades, que fue un levantamiento de las ciudades castellanas del interior de carácter político.


Carlos I

El ejército comunero salió el 23 de arbril de 1521 de madrugada hacia Toro, ciudad levantada en comunidad. Era un día de lluvia, el menos propicio para hacer un desplazamiento militar. Los soldados del ejército comunero habían presionado horas antes a Padilla para que realizara algún movimiento en la zona. Éste decidió partir hacia Toro en busca de refuerzos y aprovisionamiento. El ejército fue recorriendo el camino hacia Toro, cuando, a la altura de Vega de Valdetronco, la batalla ya era inevitable. La lluvia seguía cayendo con fuerza, y Padilla se vio obligado a buscar un lugar propicio donde presentar la batalla.

La primera localidad elegida fue Vega de Valdetronco, pero el ejército no atendía a las órdenes que él daba. La siguiente localidad en el camino hacia Toro, pasada Vega de Valdetronco, era Villalar, y aquel fue el lugar donde se desarrollaría la batalla.

La ciudad de Baeza, se vio dividida en dos tendencias capitaneadas por los dos linajes que se habían significado enemigos a través del tiempo, Benavides y Carvajales. Los primeros adeptos al movimiento de las comunidades y los segundos fieles al Emperador. En cualquier caso, las posturas enfrentadas de ambos linajes era debido a la antipatía que se profesaban más que a convicciones políticas. En estos momentos el Concejo de la ciudad era controlado por los Carvajales, por tanto la postura de los Benavides no sería más que una manifestación de oposición a la política del Imperio. 


Batalla de Villalar



El ejército comunero, en clara inferioridad respecto a las tropas del Emperador Carlos, intentó que la batalla se produjera dentro del pueblo. Para ello, instalaron los cañones y demás piezas de artillería en las calles del mismo.
Muchos de los combatientes aprovecharon la incertidumbre inicial para huir a sus localidades de origen u otras cercanas a Villalar.
La contienda fue toda una masacre, y al anochecer en el pueblo tan sólo se oía el gritar de los comuneros heridos que yacían en los campos mientras eran rematados. Los principales capitanes comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron apresados con vida, recluidos y puestos en espera de ser juzgados.

Juan de Padilla, murío el 24 de abril de 1521 por Pena de Muerte


Estatua de Juan Bravo. Murió decapitado el 24 de abril de 1521

Ajusticiamiento de los Comuneros. Cuadro de Antonio Gisbert



Pedero Giron, Lider de los Comuneros

Reminiscencias de este tipo de construcciones conmemorativas las encontramos en Roma, en los arcos de triunfo que se construían para conmemorar la victoria de alguna batalla. Tal es el caso del Arco de Tito (s. I d.C.) o de Constantino (S. IV d.C.) aunque en estos casos la decoración escultórica era parte esencial como narradora de las hazañas del Emperador.





Apenas había pisado el Emperador Carlos tierras españolas, aconteció su elección imperial en 1519. Al salir de nuestras fronteras para ser investido Emperador, muchas ciudades aprovecharon el momento para sublevarse.
Es lo que ocurrió con las Comunidades de Castilla, a las que se sumó en 1520 Baeza, de donde tuvieron que huir los Carvajales, a la sazón Regidores de la Ciudad y adictos a la causa imperial.
Al volver los Carvajales y por iniciativa propia, se mandó erigir un arco para conmemorar esa victoria en Valladolid. Se hizo junto al monumento musulmán de la Puerta de Jaén.
Mas adelante, para preparar la venida del Emperador, que aconteció en 1526, se adosaron a la inmediata Puerta árabe.






Estructuralmente es un enorme arco apuntado con un gran vano, dovelas radiales situadas sobre imposta y jambas. Sobre una cornisa aparecen grandes almenas. Se inserta dentro del estilo plateresco imperante ya en la zona.






La Puerta de Jaén constituía uno de los accesos más importantes del antiguo recinto amurallado medieval que, Isabel la Católica mandó demoler en 1476 ante los enfrentamientos continuos de las familias de los Carvajales y los Benavides. 







Fueron los auténticos causantes del cambio que se operó en la morfología de la ciudad, que quedó desprotegida casi setenta años hasta que surgió el peligro durante el reinado de Carlos V, de un posible ataque de Solimán el Magnífico por lo cual se mandó restaurar la muralla. 




Soliman El Magnifico


Al igual que cualquier ciudad de pasado islámico, la muralla era el elemento delimitador y los caminos de comunicación con las diferentes ciudades, determinaban la ubicación de las diferentes puertas del recinto. 






En la de Jaén, situada en la zona norte, se reunían los caminos de Ibros, Canena y Cástulo. Una vez que las puertas de la ciudad perdieron su valor de defensa porque se ubicaba más población en la zona de extramuros, se convirtieron en símbolos de la grandeza de la ciudad.






Se levanta el arco en 1526 sobre el antiguo acceso a instancias del corregidor Álvaro de Lugo para conmemorar la visita del emperador Carlos V tras su matrimonio en Sevilla con Isabel de Portugal. 




La ciudad que encuentra el Monarca, es una ciudad con un espíritu renovador inmersa en un renacimiento que poco a poco va inundando la ciudad de bellos edificios.

 La guardia de Carlos V llevó las Columnas bordadas en sus ropas.
La puerta, al igual que el arco, se realiza en sillería conformando un arco apuntado con dovelas y jambas.

Cabe destacar las dos “Columnas de Hércules” que flanquean el escudo imperial. Con anterioridad a los Reyes Católicos, en los antiguos escudos de España figuraban con la inscripción “non plus ultra”, para dar a entender que los límites occidentales se hallaban en el Estrecho de Gibraltar. Con el Descubrimiento del Nuevo Mundo reaparecieron en la heráldica española con la inscripción “plus ultra”.


 La Puerta de Jaén


La Puerta de Jaén fue reparada en 1320.

Hubo discordias dinásticas, como las surgidas entre Don Pedro I y su hermano Don Enrique de Trastámara. Baeza se declaró por Don Enrique, lo que ocasionó que el Rey de Granada,aliado moro de Don Pedro, entrase a sangre y fuego en los dominios Baezanos.
Hubo también antagonismos entre familias aristocráticas, como la de los Cavajales y Benavides en sus luchas por el control del alcázar y de las torres, convirtiendo las calles en campos de batalla; estas pugnas dieron lugar a la intercesión de Isabel la Católica, la cual mandó a Barrionuevo derribar sus murallas legendarias en el año 1476. Por suerte, quedó el emblemático arco árabe, llamado de la Puerta de Jaén.


 Arco de Villalar




 Sobre el arco, una moldura que alberga los escudos de Carlos V, 

el de la ciudad de Baeza 

y el del Corregidor.

 A los lados del conjunto, dos contrafuertes cilíndricos coronados con almenas.


 Éste arco nunca fue utilizado como puerta sino en recuerdo triunfante de dicho evento.
 FOTOS ANTIGUAS










OTROS DETALLES DE LA PUERTA DE VILLALAR Y LA PUERTA DE JAEN
Puerta de Jaén (Izquierda) y Arco de Villalar (derecha) visto desde atrás

Arco de Villalar ( Parte Posterior)


Puerta de Jaén (Por esta Puerta salían los Cristianos para combatir a los moros)

Placa conmemorativa de la llegada de Carlos V a la Ciudad de Baeza tras la victoria en 1521 en Villalar



Detalle de las Almenas


Vista Frontal de la Puerta de Jaén (Derecha) y Arco de Villalar (Izquierda)


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