viernes, 29 de enero de 2016

FUENTE DE LA ESTRELLA








La actual fuente de la Estrella viene a sustituir a otra fuente histórica que ya era nombrada en las Ordenanzas de la ciudad, de 1524, como fuente y pilar del Mercado, si bien el apelativo más usado fue el de fuente del Cañuelo, por la cercanía de la desaparecida puerta del Cañuelo, que existió hasta 1711 en la entrada de la actual calle Compañía. 




Se abastecía del sistema de captación de la mina del Moro,  sus remanentes pasaban luego a la fuente de los Leones y a la desaparecida de los Bodegones. Fue reformada a finales del siglo XVI y de nuevo tuvo que ser reparada en 1613, 1639, 1647, 1675 y 1714.






En 1611 se colocó junto a la fuente una cruz, a instancias de la hermandad mariana de

Nuestra señora de la Anunciata, con sede en el cercano colegio de Santiago, de la

compañía de Jesús, la cual se conserva hoy en uno de los patios del Cementerio Municipal. 

 
Cruz del Cementerio de Baeza





En 1677, el padre Francisco de Torres la describió como un pilar capacísimo, con andenes para asientos y cuatro caños rematados en un pedestal con la citada cruz, añadiendo que en otros tiempos estuvo ubicada más arriba y luego se pasó a la zona superior del mercado para su adorno: de ser cierto podemos suponer que en su origen estaría más cerca de la citada puerta del Cañuelo, dado que en la España bajomedieval era habitual la asociación entre fuentes y puertas, para que las cabalgaduras no saciaran su sed intramuros.





Sea como fuere, en 1726 se transformó sustancialmente la fuente del Cañuelo, al crearse a su alrededor un recinto murado, conocido como el jardín de las Damas y construir un

abrevadero fuera de dicho espacio ajardinado, para que no entrasen en él los animales

de labranza. En un memorial de 1789 y en el Diccionario de Madoz, de 1843, se alude al

citado jardín, una fuente de mármol blanco y negro con un elevado saltadero en su centro y otra de cuatro caños de bronce que vertían en un gran pilar de 26 varas de largo por 8 de ancho.







Ambas fuentes dieron paso a la actual fuente de la Estrella a raíz de un proyecto de
remodelación de todo el ámbito de la plaza del Mercado, para convertirlo en paseo
ajardinado moderno, aumentando el espacio del ya casi arruinado jardín de las Damas,
que además no se ajustaba a la concurrencia de forasteros y al gusto y adelantos de la
época presente. 

Foto actual



Lo que desconocemos es si el proyecto de la fuente de la Estrella se concibió también en 1864 o si, por el contrario, fue fruto de la conmemoración de la Revolución Gloriosa de 1868, que destronó a Isabel II, fecha que campea en uno de sus lados








Esta peculiar disposición ha dado pie a diferentes interpretaciones, como símbolo de la
eternidad con que se miró aquel corto periodo revolucionario de la Septembrina de 1868,
(Luz de Ulierte Vázquez) o, también, como monumento de carácter masónico que resume, por historia y tradición, hechos concernientes a sociedades secretas, pronunciamientos y sublevaciones (Rafael Rodríguez-Moñino Soriano). 





Sea como fuere, tampoco puede olvidarse que el obelisco era un símbolo perfectamente asumido por la estética neoclásica y que autores como Antonio Ponz, en Viaje de España (1971), aconsejaban colocar algún tipo de pirámide en las plazas mayores, en honor del
Monarca. La estrella, en cambio, sí parece tener tintes claramente masónicos, habida la
fuerza que esta asociación llegó a tener en tierras giennenses.



Unas figuras que llaman nuestra atención son los  "delfines mitológicos" que adornan la Fuente de la Estrella.







Los delfines han sido vistos por los seres humanos como criaturas mágicas durante miles de años.

La primera cultura que parece haber tenido mitología asociada con el delfín fue la minoica, un pueblo marinero en el Mediterráneo. Dejaron pocos documentos escritos, pero sí muy bellos murales en las paredes de sus palacios que mostraban la importancia de los delfines en su mitología.



Debido a que eran fuertemente asociados por los griegos con Poseidón, más tarde esto explicaría por qué el dios del mar se representaba tantas veces rodeado de delfines o montado sobre ellos. En un mito sobre Poseidón, delfines mensajeros fueron enviados para traerle una ninfa que él amaba, con la que se casó más tarde. Como recompensa el dios puso el delfín en el cielo como una constelación y fue acompañado constantemente por ellos, entre otras criaturas marinas.




 




El delfín se convirtió en un símbolo de amistad, la buena suerte y la inteligencia para la muchas culturas, especialmente para la cultura Celta. 

















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