Los Triunfos son obras
singulares dentro el panorama artístico de la escultura española barroca. El
origen de los Triunfos se puede de manifiesto con la reforma urbanística
llevada a cabo por Sixto V en Roma a finales del Siglo XVI. En esta reforma
consistente en la remodelación y creación de nuevas plazas en cuyos centros El
Papa manda colocar obeliscos antiguos, sacrilizando de esta manera la ciudad,
al ser coronadas estas obras antiguas con cruces que son el símbolo de la
redención humana.
Sixto V |
Siguiendo con la idea de
sacrilización del espacio urbano, Sixto V
va a convertir las columnas de Trajano y de Marco Aurelio que son obras
paganas de la Antigüedad, en monumentos religiosos al servicio de la iglesia
coronándoles con las imágenes de San Pedro y San Pablo respectivamente.
Columna de Trajano |
La reforma urbanística de
Sixto V pronto adquiere fama e importancia extendiéndose por toda Europa.
Andalucía es la única región
española donde se construyen Triunfos, posiblemente por ese espíritu religioso
andaluz tan arraigado con el barroco. Los Triunfos andaluces no sólo se ven
influenciados por las columnas romanas, sino también por el fervoroso culto
popular que surge a comienzos del siglo XVII hacia la Inmaculada Concepción, a
la que se quiere convertir en patrona de España.
Su construccion fue solicitada
en 1663 a Don Fernando Andrade y Castro, Obispo de Jaen, por numerosos vecinos,
devotos de la Virgen.
Estuvo
emplazada en el Ejido, en un sitio próximo al desaparecido Convento de
Trinitarios Descalzos y no muy lejos del Convento de San Antonio.
La construccion de la fuente y
su fundacion tuvieron lugar el 12 de julio de 1666. Esta fundacion se ocupaba
de administrar los donativos de los devotos para el mantenimiento y
conservacion de los cuatro faroles que la rodeaban y de que no se apagasen, llegando
a constituir una obra pia. Desde su construccion se han llevado a cabo varias
restauraciones, coincidiendo la ultima con su traslado al Paseo de la
Constitucion en 1986.
El “Triunfo”
es una palabra de época referida a ese tipo de monumentos que expresaban
adhesión a la corriente concepcionista. Baeza estuvo desde mucho tiempo atrás
decidida por la causa inmaculista, apoyada por notables teólogos como Pérez de
Valdivia y poetas como Alonso de Bonilla y Garzón
Diego Pérez
de Valdivia nació en Baeza en 1520 y murió en Barcelona en 1589. Discípulo
predilecto de San Juan de Avila y como éste, proveniente de una familia
cristiana de judíos conversos, fue duramente perseguido por la Inquisición,
aunque su fama de santidad se reconoció después por todos. Publicó el primer
libro sistemático en castellano sobre la Inmaculada: Tratado de la singular y
purísima Concepción de la Madre de Dios (año 1600).
Alonso de
Bonilla y Garzón, nació alrededor del año 1570 también en Baeza. Platero de
oficio, vivió en la antigua calle Calderones, hoy llamada Cipriano Alhambra.
Murió en el año 1642. Sus principales obras poéticas marianas son: Peregrinos
pensamientos de misterios divinos de 1614, Glosas a la Inmaculada y pura
Concepción en el año 1617 y Nombres y atributos de la Virgen en 1624.
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