sábado, 16 de enero de 2016

GIL RAMIREZ DÁVALOS, EL CONQUISTADOR BAEZANO

Gil Ramírez Dávalos fundó las ciudades ecuatorianas de Cuenca, Tena y Baeza


D. Gil Ramírez Dávalos, hijo de don Antonio Dávalos y de doña María de Villaseca. nació en Baeza (Jaén) en 1510 y murió en la villa de riobamaba en 1580.


Tenía quince años de edad cuando, luego de haber abrazado la carrera de las armas, en 1535 acompañó a México al don Antonio de Mendoza, iniciando entonces una brillante carrera militar en la que se destacó por su lealtad, don de mando y espíritu de sacrificio.


D.Antonio de Mendoza y Pacheco


 En 1550, el Marqués fue designado Virrey del Perú. Ramírez Dávalos lo acompañó a su nuevo destino, llegando a Lima en septiembre de 1551, siendo designado mayordomo de palacio y capitán de la guardia. Un año después, Mendoza lo designó su albacea junto con Pedro de Hinojosa. Muerto el Virrey, la Audiencia le nombró Corregidor y Justicia Mayor del Cuzco para contener el descontento de los encomenderos.

A la muerte del Virrey, en 1552, se hizo cargo del gobierno la Audiencia Real, que lo nombró Corregidor del Cuzco con la orden expresa de hacer cumplir las ordenanzas reales y que se supriman los servicios personales a los que los españoles sometían a los indios.

El 8 de septiembre de 1556, don Andrés Hurtado de Mendoza, nuevo Virrey del Perú, como una justa recompensa a sus servicios y en premio a su lealtad lo nombró Gobernador, Justicia Mayor, Capitán General y Alguacil de Quito; por lo el 12 de octubre se presentó ante el cabildo de Guayaquil para tomar posesión de dichos cargos.

Seis meses más tarde organizó una expedición hacia los bellos valles tomebambinos, lugar donde ya existía un caserío de españoles llamado Santa Anta de los Ríos, establecido por 1538 por  Rodrigo Núñez de Bonilla, y e 12 de Abril de 1557, cumpliendo un mandato del virrey Hurtado de Mendoza llevó a cabo la fundación española de una ciudad a la que entonces solían llamar Nueva Cuenca del Perú.

Poco tiempo después, en premio a su valor y como recompensa a sus servicios, el 14 de junio  de ese mismo año fue nombrado, por provisión del Virrey, Guardia Mayor de la Ciudad de Cuenca.

Hombre de buenos principios y de conciencia limpia, realizó una fructífera labor en beneficio de los territorios bajo su mando: Dictó acertadas disposiciones para el buen trato del elemento aborigen, dotó de rentas al Colegio Oficial de San Juan Evangelista, al que denominó de San Andrés, e impulsó la actividad minera en toda la región.

En 1559 obedeciendo expresas instrucciones del virrey Hurtado de Mendoza, inició varias expediciones colonizadoras hacia la región de los Quijos en el oriente donde fundó las ciudades de Archidona, Avila, Baeza, Maspa y Tena,  la mayoría de las cuales fueron destruidas más tarde por sublevaciones indígenas, y luego vueltas a reconstruir.






Baeza (Ecuador)



 LOS TERRIBLES QUIJOS


Cada exploración española que llegaba tenía que enfrentarse a los terribles quijos, que eran guerreros conocidos por su valentía y rebeldía, y por eso los españoles regresaban por rutas diferentes para no volver a encontrarse con sus temidas lanzas. A consecuencia de esto, en 1558, Don Sancho Hacho de Velasco, cacique de los indios tacungas, solicita al cacique de los quijos, cuñado suyo, que vaya a conversar con el Capitán Gil Ramírez Dávalos, en la Tacunga (actual Latacunga). A consecuencia de esto, el 6 de marzo de 1559 el Capitán Gil Ramírez Dávalos ingresa a la tierra de los quijos en compañía de 39 hombres y el 14 de mayo fundan la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Baeza del Espíritu Santo de la Nueva Andalucía convirtiéndose en la ciudad más antigua de la Región Amazónica del Ecuador; inmediatamente fue fundada la Gobernación de los Quijos, teniendo como capital Baeza y como gobernador a su fundador.


Yumandi (Cacique Quijo)
Tras un ayuno de tres días, decidieron someter Baeza. Para ello Jumandi había enviado a los generales Paujimato y Buji a organizar el combate. Las autoridades españolas de Quito, informadas del asalto a Ávila y Archidona despacharon a Rodrigo Núñez de Bonilla con trescientos hombres a caballo, perfectamente equipados, a fin de impedir la toma de la ciudad. A cargo del avituallamiento estuvo Diego de Figueroa y el esbirro cacique de Chordeleg, Caxamarca, a quien el rey compensaría luego por su lealtad.

La batalla desigual en número y armas aplastó a los guerreros de Jumandi, quien retrocedió a Cotundo para refugiarse en una cueva, junto a su madre y sus esposas. Sin embargo, cuando se proponía reorganizar sus fuerzas insurgentes para emprender la campaña a Quito, las autoridades españolas fueron informadas por el indio Tzangamín sobre el plan global de los insurrectos. Entonces, las fuerzas de Núñez de Bonilla con la ayuda del traidor descendieron a lo profundo de la cueva, atravesando sus arroyos límpidos, llenos de peses y pájaros nocturnos, sorteando cavidades, sifones, galerías cubiertas de estalagmitas y estalactitas, hasta llegar al refugio de Jumandi y hacerle prisionero.

2 comentarios:

  1. Que pena, siempre han existido indígenas traidores como los llactacungas, así: kultas, cañaris, lincanes,jambatus,etc. Que apoyaron el sojuzgamiento de su raza.

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    1. Eso es normal con todo lo que padecían opresión x parte de los caciques,cosas abominables que hacían dolor, muerte sacrificios humanos, tierra manchada,injusticia maldad eso se veía venir era solo cuestión de tiempo. Que apareciera la justicia.

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