jueves, 7 de enero de 2016

IGLESIA DE LOS TRINITARIOS DESCALZOS





Si una Orden deseó un convento en Baeza con verdadera pasión fue la Trinidad Descalza. El Reformador trinitario, fundador de la descalcez, San Juan Bautista de la Concepción, llegó a Baeza alentado por la fama universitaria de la ciudad, don de esperaba cosechar muchas vocaciones. 

 
San Juan Bautista de la Concepción.


Solicita licencia al obispo y se encuentra con una tozuda negativa rayana en la paranoia. Sancho Dávila y Toledo no quiere más conventos en la ciudad. Fray Juan Bautista, desafiante, alquila una casucha en la calle Platería (1606). 


Obispo Sanchez Davila y Toledo



Tan mísera era que los frailes se reunían a capítulo en la cuadra, por ser el recinto más espacioso de ella . Y los trinitarios descalzos desearon su convento durante nueve años, en los que el enfrentamiento con el obispo les llevó, incluso, a la excomunión. Sólo cuando la mano todopoderosa del valido Duque de Lerma, protector de la Orden, tomó cartas en el asunto se zanjó la cuestión.

 
Duque de Lerma


 El obispo fue trasladado a Sigüenza y los trinitarios descalzos fundaron su convento. El espacio elegido fue la parte alta del Ejido, al NO, y levantaron su casa conforme a lastrazas habituales de las casas trinitarias y con la misma escasez de medios

Tal es así que en 1649 aún están en obras, como demuestra el documento que firman ante el notario, de haber entregado 590 reales a los maestros de obras Bartolomé Lechuga y Andrés Guerrero, que les deben por «hacer un lienzo de claustro en el dicho colexio y acabarlo en la forma que estaban obligados [...] según que se declara en la segunda escritura que se otorgo ante mi, el escribano, el 28 de febrero del año pasado de seis zientos treinta i nuebe, a quien todo se remite ». No debieron de quedar muy contentos los trinitarios descalzos de estas obras, quizás porque diez años les pareciera demasiado tiempo para hacer un lienzo del claustro; lo cierto es que los despachan, «que la dicha
obra se quede en el estado en que está y la piedra que ai traida y labrada se quede para el dicho
colexio » y todo se zanja pagándoles lo que les deben, los 590 reales que «los dichos Bartolomé Lechuga y Andres Guerrero otorgaron aber rezibido y realmente entregados a su voluntad », siendo ministro fray Pedro de la Ascensión . Es el único documento relativo a obras del convento que he encontrado, quizás porque fueran los propios frailes los que levantaran la casa siguiendo las indicaciones de los arquitectos de la orden, que los había, como fray Pedro del Espíritu Santo que trazó la Trinidad descalza de Antequera


Año 1948




Iglesia y convento totalmente de piedra, empeñados en ello sacaron los materiales de los lugares más variados, de las murallas, de casas derruidas, de canteras, etc. Para ello solicitaban la pertinente licencia al cabildo y una vez concedida procedían al traslado de materiales. Así, ocurrió, por ejemplo, en 1654 en que fray Gaspar del Santísimo Sacramento, ministro del convento de los descalzos « dijo que de presente en el dicho combento se prosigue la obra que esta començada y por ser muy importante el que se continue y para ello es necesario alguna cantidad de piedra de canteria y por aberse reconozido aberla muy a proposito en el exido desta dicha çiudad, pidio y suplico, por ser para obra tan pia, de dar lizenzia que se saque la dicha piedra del dicho exido para proseguir la dicha obra, dejando llanos los oyos que para ello se hizieren » . La obra a que hacen referencia es también del convento, pues la iglesia no se comenzaría hasta 1713, frente a la creencia de que la iglesia se construyó en 1741, y se prolongó hasta bien entrado el siglo XVIII

 
Foto año 1948



Así, el 10 de noviembre, fray Juan de San Calixto, ministro del convento « presento un memorial suplicando a la ziudad se le conzediese lizenzia para que de las ruinas de las murallas y sitios della sacase materiales para la iglesia que pretende prinzipiar para dicho su colexio ». La Ciudad le otorgó la licencia para sacar piedra de la cantera del alcázar, pero no a coger piedras de las murallas. En la actualidad aquel tan deseado convento es inexistente y el templo, reconvertido en auditorio, es una de las joyas de la ciudad. Más modesta fue la construcción de sus hermanos los Trinitarios Calzados
quienes también acudieron en repetidas ocasiones al cabildo solicitando licencia para aprovechar los materiales de casas derruidas y para abrir canteras en el ejido. Por ejemplo, cuando necesitaron piedra «para levantar un quarto del dicho convento por tener nezesidad de parte donde aviten los relijiosos, que en ello se les ara merced y limosna»


Estado ruinoso antes de su restauración.


Los Trinitarios Calzados (1502) al llegar a Baeza habían fundado en una ermita derruida y abandonada, Santa Catalina, en el barrio judío, un espacio que antes había sido sinagoga. Fue el obispo de Jaén, Alfonso de la Fuente del Sauce, quien facilitó la vivienda a los frailes, que vinieron de Úbeda, con la condición de que su apostolado se dedicara a corregir las distintas desviaciones de la Biblia que los conversos baezanos estaban introduciendo entre los creyentes. Piedra a piedra a lo largo de sesenta años levantaron un convento digno pero pequeño siguiendo las trazas de los calzados trinitarios y dirigidas las obras por un arquitecto trinitario, resultando una bella iglesia“
de una nave dilatada y embobedada y blanqueada, que la dispuso bien hermosa siendo
Ministro el Ilmo. Sr. D. Fray Bernardo de los Rios. La Capilla Maior tiene su crucero bien
dispuesto, fabrica que hiço el Padre Predicador General Fray Alonso Lorida ”. Sin embargo,
no prosperó la comunidad calzada. Los descalzos hicieron acto de presencia en la ciudad y acapararon las vocaciones





El convento venia existiendo desde el siglo XVII, pero la edificacion de la iglesia no tendria lugar hasta el siglo XVIII, siendo el 26 de septiembre de 1745 cuando se inaugura esta.
(Documentación de los señores de Mejías Garrido y Rus Jimenez) : Inauguración espléndida, en la que hubo repique de campanas y larga procesión con representaciones civiles y eclesiásticas, por calles y plazas transitadas por las hermandades penitenciales durante la semana santa. Hubo después, a la noche, nuevo repique de campanas, iluminación en la torre de la iglesia con 154 faroles y fuegos de artillería; las fiestas se repitieron al dia siguiente con la misma solemnidad. 

La primera misa fue oficiada por el fraile San Miguel de los Santos.

En 1836, con la ley de desamortizacion de Mendizabal, se efectua la demolicion del convento, aunque no la de la iglesia, debido a la sublevacion del vecindario que evito su desaparicion. El edificio presenta grandes contrastes. 

 
Vista de Baeza desde las Murallas. Al fondo la Iglesia de los Trinitarios Descalzos con su antigua Torre


Los materiales del exterior son de silleria y mamposteria de piedra y en el interior predomina la yeseria. En cuanto a las formas, la planta exteriormente es un octogono con un cuerpo adosado rectangular y una torre, mientras que interiormente el esquema de planta corresponde a un ovalo, con dos mas pequenos en la cabecera y en los pies. 




La fachada principal adopta la disposicion conventual del siglo XVII, un rectangulo rematado por un gran frontispicio con un oculo en su timpano. Sobre las columnas hay entablamento y encima un fronton partido, con el escudo de la Orden coronado en el centro y un flamero a cada lado.







 La torre, adosada, presenta tres alturas divididas por molduras, que se continuan en la fachada. 








Las dos primeras son de planta cuadrada, mientras que la tercera es octogonal, con pinaculos en las esquinas achaflanadas y vanos de arco de medio punto para cobijar las campanas. Las fachadas laterales poseen tres oculos ovalados moldurados









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