Torre de Maria Antonia, bombardeada con proyectil en el S. XVI |
Proyectil encontrado del S. XVI |
La importancia de la puerta del
Postigo, determinada por las La importancia de la puerta del Postigo,
determinada por las dos docenas de hombres que precisaba para su guarda,
estribaba en el peligro que podía venir de Granada, al otro lado de Sierra
Mágina, frontera como ya vimos en los tiempos medievales y, ahora, límite
natural entre Castilla y el recién conquistado reino nazarí .
Existía la
creencia, infundada, de que los musulmanes que habían permanecido en sus
tierras al conquistar el reino de Granada, los moriscos, manifestaban acusada connivencia con los
hipotéticos atacantes turcos, con lo se cundió entre la población el miedo, si
no el pánico, a ser invadidos con la ayuda de los dentro. Así es que se
procedió a guardar bien las puertas y a fortalecer las defensas llevando la
muralla a su nuevo significado simbólico apoyado en la tradición cristiana:
“Y cobrando ánimo reparó toda la
muralla que estaba derribada,
alzando torres sobre la misma,
levantó otra muralla exterior...
“Sed fuertes y tened ánimo, no
temáis ni desmayéis...
porque con nosotros está Yahveh
nuestro Dios para ayudarnos
y para combatir nuestros
combates”
Así lo dispuso su Cristianísima Magestad, y aunque no pudo
explicar a los cristianos que los turcos camparan por sus respetos en el
Mediterráneo durante décadas, la victoria de Lepanto supuso una indestructible
victoria de la Cruz sobre la Media Luna en la opinión pública resentida. Con la
muralla reconstruida y la puerta del Postigo abierta para no limitar el trasiego
laboral y comercial pero bien guardada, podía cerrarse la otra puerta de Granada en
el mismo flanco, la que se creó al expandirse la población del primer cerco y
originarse el nuevo, el exterior que estamos analizando. Al ampliar el lienzo se
suscitó la creación de una nueva puerta que recibió el nombre de la ciudad, ya
cristiana, a que conducía, Granada, aunque también se la nombraba indistintamente como
de Bedmar o Quesada, ciudades por las que se podía pasar para llegar a
Granada.
Torreón de los Aliatares de origen moro |
Entre esta puerta y la puerta de Úbeda, ya en el flanco
Este, se levantó el convento de Nuestra Señora de la Merced, en su segundo
emplazamiento (1523), cuando se despobló el primer convento, a los pies de la
muralla en el barrio de San Vicente, que desapareció por la peste, precisamente por
estar en ese espacio tan bajo, muy insalubre por las escasas medidas higiénicas
que se guardaban, al servir de estercolero utilizado desde arriba por los que
vivían intramuros. Los mercedarios fundaron entre estas dos puertas cuando la
muralla estaba derribada por la orden de Isabel la Católica, por lo que aprovecharon
el espacio de la propia cerca. Al ordenar el Emperador que se levantara la muralla y
se defendiera Baeza, el muro derribado se alzó y consolidó encontrándose con el
convento mercedarioen su
trayectoria
Treinta años más tarde este viejo convento con más de un
siglo de vida se desmorona.
Además su espacio se ha quedado pequeño. Así lo
denuncia su comendador, fray Luis Morón “que notorio es a Vuestras Señorías lo
deteriorado que se halla mi convento por
falta de vivienda para los religiosos como la falta de oficinas para lo neçesario y
conserbaçion relijiosa en cuia atençion determino reedificar y lebantar a
fundamento los quartos que nezesitare”, pero surge el problema de siempre, “y por no tener para la obra
referida ninguna piedra para las paredes maestras” busca la solución de siempre “me
preçisa la nezesidad a que la socorra Vuestra Señoria
como en otras ocasiones lo a acostumbrado, dando permiso para que se derribe la
torre Habladera asi por lo inmediata que esta a dicho conbento y mas
comodamente se pueda transportar la dicha piedra a él como por estar amenazando ruina
dicha torre y los perjuicios que en ella se cometen los quales no espeçifico
por notorio”.
La petición del convento
de la Merced origina un enfrentamiento entre los caballeros
veinticuatros. Don Francisco de Ayala y Viedma, alguacil mayor, dice que “tenia por
preciso y conbeniente que la Ciudad diese probidencia a la
petiçion presentada por parte del reverendo padre comendador del convento de
Nuestra Señora de la Merced, para que con lo que, 2 de octubre de 1665 se acordara ejecute su
pretension lo que mas conbenga a dicho conbento”.
Los ediles discuten acaloradamente. Los contrarios a la licencia
dicen que la Ciudad “no tiene derecho facultativo
para haçer graçia de la piedra de la torre Habladera”. Don Antonio de Eybar Cabrera
dice que “se estan desaçiendo algunas fortaleças en el alcaçar en
virtud de liçençia de la Ciudad” por lo que no cree que haya que negarle a los mercedarios su petición. Los
demás protestan que nunca se ha dado licencia de palabra o escrita para este fin
y que se hace ilegalmente el “desmantelar y quitar pedazos de muralla y que su
primera obligaçion es tenerlas reedificadas y
prebenidas y si algunas se an caido y desportillado a sido ocasionado por la
intenperie de los tiempos, de lo contrario se ubiera dado
motibo para castigar a qualquier
vezino”. Como
no se ponen de acuerdo, se vota, sacando la petición de los mercedarios sólo tres votos a
favor, con lo que el Corregidor, al que han consultado, en virtud del resultado manda que no
se dé licencia.
Tan contrariados quedan los tres caballeros, dos de ellos
Ayala, que “requieren a la Ciudad se sirba de no dar
lizenzia para que se desagan torres ni murallas aora ni nunca en tiempo alguno y de
lo contrario desde luego para cuando semejantes liçençias se conçedan las
contradiçen y piden testimonio para en guarda de su derecho” . Años después, el nuevo
comendador insiste “que por quanto para la obra que con aiuda del Señor
se yba açiendo en el dicho conbento, para proseguirla neçesitaba de que la çiudad le
diese liçençia para derribar un pedaço de torre que estorbaba para quadrear
el claustro principal, además de estar dicho pedaço de torre amenaçando
rruina y romperse la muralla por estar independiente”
La torre Habladera existe en la actualidad aunque se la
conoce con el nombre de Postigo desde la enorme confusión introducida por
Cózar en 1884
Entre esta torre Habladera y el torreón de la puerta de
Úbeda existe un lienzo de muralla al que, también, se le conoce erróneamente con el
nombre de Torrico.
El acceso a esta torre es de uso particular. |
Tras este lienzo, intramuros, existía un callejón, hoy
expedito y transitable, “que no se sirben dél para paso y que
en él de ordinario los vezinos lanzan inmundizias y serviçios y cabalgaduras y
perros muertos” que
sólo procuraba malos olores y el consiguiente peligro de salud pública, se pide en el
cabildo que se cierre porque, además, “esta xunto a la callexa por donde pasa la
procesion del dia del Santisimo Sacramento y todas las
demas procesiones y que es grande indecencia”
El reino se debatía entre la crisis económica y las levas militares para sostener aquella Corona
que se desplomaba, como la muralla baezana, símbolo del quebranto real, de la
escasez económica, de la sociedad de escaparte y ficción.
“Miré los muros de la patría
mía,
si un tiempo fuertes, ya
desmoronados,
de la carrera de la edad
cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo, vi que el sol
bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los
ganados.
que con sombras hurtó su luz del
día.
Entré en mi casa; vi que,
amancillada,
de anciana habitación era
despojos;
mi báculo, más corvo y menos
fuerte;
vencida de la edad sentí mi
espada.
Y no hallé cosa en que poner los
ojos
que no fuera recuerdo de la
muerte. (Francisco
de Quevedo).
La puerta de Úbeda tenía una fuente adosada a su muro, hoy
exenta en la plaza de enfrente, extramuros.
Esta fuente, por su
estratégica situación suscitó la natural preocupación de los dirigentes de la Ciudad que
velaban por que los vecinos respetaran la honestidad. De este modo, se habló en el
cabildo del 13 de junio de 1646 de “lo conbeniente ques que en la fuente de la
puerta de Ubeda se haga caño donde corra agua por la
parte de adentro de los arcos para que dél puedan los hombres de noche cojer agua
y dejen desembaraçados los otros dos caños para las mujeres, con que
estando separados se escusaran muchas ofensas a Dios nuestro Señor y sera mas
alivio para que no se detenga la jente en cojer agua”.
Continuará.............
Fuente:
LA PUERTA DE
BEDMAR Y LA
MURALLA DE BAEZA:
SIMBOLISMO
Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Mª Cruz García Torralbo
Me parece muy didáctico y muy interesante
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