domingo, 10 de enero de 2016

ERMITA DE LA YEDRA




Al N.O. y a unos 4 kilómetros de Baeza, se encuentran aún los vestigios de una gran población. Fue la República de los Ruradenses o Runapenses, que existió en el año 202 de nuestra era.

Un pedestal de marmol (al parecer de estatua) hallado entre esas ruinas, estuvo durante largos años sobre la fuente dentro hoy del patio que pertenece a la hospedería del Santuario y que después se ha colocado, con poco atino, como piedra o baladí, en el ángulo de unos de los poyos de asiento derecha entrando al patio indicado. Mientras pudo leerse su inscripción decía:

IMP. CAESARI.
AVRELIOS. SEVERO. P.P. TRIVM
VIR. ADIABENICO PARTHI-
CO. P. MAXIMO TRIB.POTES.
XI. COS. II....SAPIENTI. R.
P. RVNAPENSIVN EX. P.P. IM
PARIO, M.

D.                  D.



" Al Padre de la patria Marco Aurelio Severo. Emperador, uno d elos tres varones Gobernantes del Imperio, vencedor de los Adiavenicos y de los Parthos, Pontífice Máximo y once veces de potestad Tribunicia, Cónsul dos veces y sabio. La República Runapense, á costa del pueblo en marbol blanco de Parós, dió y dedicó esta memoria.."

Esta fue la traducción que realizó Argote de Molina de la inscripción original en su libro Nobleza Andaluza.

Sin embargo, Gimena Jurado, previa declaración de haberla visto y leído, publica y traduce la inscripción de esta forma:

IMP.CAESARI.
L. SEPTIMIO. SEVERO.
PIO. PERTINACI AVQ.
ARABICO. ADIABENICO.
PARTHICO P. MAXIMO
TR. POTES. IMP. XI COS. II.
...... OPTIMO
........OB. P.R. LIB.
R. RVRADENSIVIM EX.
SENTEN. D. APPON.  D.
S........S.............N.


" La república de los Ruradenses determinó por acuerdo del Regimiento, que se erigiese esta estátua al Emperador César Lucio Séptimo Severo, Pío Pertinaz Augusto, vencedor de los Arabes adiavenicos y Parthos, Pontífice Máximo, tribuno del pueblo, Capitan general la undécima vez, Cónsul segunda vez...muy bueno....por haber reparado la pública libertad.."


Emperador Romano Séptimo Severo





Lo destrozado de la pilastra y lo completamente ya ilegible de los caracteres nos han impedido comprobar cual de las dos interpretaciones o publicaciones es la correcta.

La población fué, probablemente destruida por los vándalos antes de su trasmigración a Áfica, y definitivamente abandonada cuando la invasión sarracena. 

Mas tarde, los árabes levantaron otra, a poca distancia de la arruinada, dotándola de castillo y llamándola Rus.

Cuando los cristianos reconquistaron Baeza y las pequeñas fortalezas próximas a esta ciudad, hallaron levantada una pequeña Ermita en el inmediato valle de la Yedra, cerca de Rus y en ella colocada una imagen de la Virgen.

Ganosos de inquirir el porque de este Templo cristiano, extramuros de la villa mora, recogieron de los mismos infieles la siguiente tradición:

Hubo un alcaide de la fortaleza con un hijo tan aficionado a la caza, que los trabajos de su ejercicio le ocasionaron la pérdida de la vista. Tan dominado estaba que aún ciego, se hacía conducir por sus criados y se consolaba con oir las voces de los cazadores y los ladridos de los perros. Un día, fatigado del calor, descansaba sólo, a la sombra de una corpulenta encina, cuando sintió que le tiraban de la marlota y que una voz, cuyo timbre y autoridad le conmovió, le ordenaba levantarse y que se fuese de allí. Contestó que era ciego y que sin guía y sin el auxilio de sus servidores no podía moverse, y entonces se apercibió de una mano, que suavemente le tocaba los ojos, y de la misma voz, que hecho esto, le mandó que los abriese. Hizolo y se encontró en toda la plenitud de su vista.

Mirando en primer término al autor de tal prodigio, halló a una Señora cuya majestad y hermosura  le sorprendieron, y habiéndole significado su agradecimiento y ofrecido sus servicios, esta le mandó que como prueba de ellos, dispusiese que se desenterrase de aquel mismo sitio una imagen que existía y que expresó ser suya, y que procurase se venerase decente y decorosamente. Dicho esto la Señora desapareció....

Se procedió al levantamiento del terreno, donde se encontró la anunciada imagen y tras levantarla, brotó debajo una fuente de agua clara y saludable. Mas tarde se construyó una Ermita, cuyo altar se formó sobre la fuente nacida y lugar del destierro, colocándose en él la santa efigie, que los moros miraron siempre con el mas profundo respeto y los cristianos mozárabes visitaban y veneraban bajo el título de la Virgen del Rosell.






 

Para el autor, la imagen de esta Virgen es antiquísima, de época goda, y, al igual que la Virgen de la Capilla de la ciudad de Jaén, estaría relacionada con la «pérdida de España» y las luchas entre cristianos y musulmanes:

«Coligese de antiguas tradiciones y papeles, que en tiempo del Rey don Rodrigo los moradores Cristianos ascondian algunas Imagines de mucha deuocion, debaxo de tierra, ò entre algunas peñas,fiandolas de la diuina prouidencia, que en algun tiempo se seruiria de manifestarlas para consuelo y augmento de la deuocion de los fieles…

» (fol. 22 r.). La imagen sería escondida a la llegada de los musulmanes en el mismo lugar de la ermita, para ser descubierta milagrosamente en época musulmana (fol. 21 v. - 23 r.). Según Salcedo de Aguirre, la devoción de la Virgen del Rosel aumenta cada día con la imagen del Santo Crucifijo de la Yedra que está en la mima ermita, atestiguado desde comienzos del siglo XV (fol. 23
v. - 26 v.), «...y aunque los naturales de aquella comarca dizen cosas diferentes de su principio, de su autor y de su escultura, ninguna ay cierta ni autentica, demanera que se deua escribir con el fundamento que en casos semejantes se requiere (fol. 24 r. - v.). En el contexto del término de Baeza, Salcedo de Aguirre se refiere, seguidamente, a la cruz del Puerto Muradar (al N. de
la ciudad) y a la batalla de las Navas de Tolosa

 
Antigua Imagen Ntra. Sra. de la Yedra - Posiblemente de origen Visigodo



En un pedestal que se con­serva en la ermita de la Yedra se lee: “Al Emperador Cesar Lucio Septimio Pertinaz Augusto Arábigo Adiabetico Partico, pontífice máximo en su once tribunicia potestad, cónsul dos, padre de la patria, óptimo y fortísimo príncipe, la república de los vivarienses".




Dicha ermita se amplió gracias a Gonzalo Ruiz de León, guarda mayor de Enrique IV. En 1567 se incendió. Fue reparada y ampliada por el corregidor Hernán López Gayo. Nuevamente se amplió en 1607, obra de la que queda un testimonio epigráfico que dice:
“… Siendo Sumo Pontífice Clemente VIII, reinando en España Felipe III, obispo de Jaén don Sancho Dávila y Toledo, hizo la ciudad de Baeza con limosna suya y de sus vecinos esta Santa Casa, siendo corregidor Diego Canales de la Cerca y comisarios desde su principio hasta acabarla Diego de Ayala y Juan de Acuña, veinticuatro y el jurado Juan Martínez. Acabose a veinte días del mes de junio del año de 1607 …”.



Obispo de Jaén don Sancho Dávila


Clemente VIII



Felipe III



Cuentan los lugareños que por la abundancia de la hiedra, la Virgen del Rosel trocó su nombre y se llamó “Virgen de la Yedra”. 








Cuentan también que San Vicente Ferrer, después de predicar por estas tierras, dejó tras de sí un discípulo que, diestro con la gubia, talló la imagen de un Crucificado; una imagen milagrosa a la que acudían con súplicas las gentes de aldeas y pueblos comarcanos. Ante aquella imagen se recogieron en oración los santos trinitarios Miguel de los Santos y Juan Bautista de la Concepción y probablemente también el místico carmelita.

(En este mis blog existe un artículo dedicado al Cristo de la Yedra)










San Juan de la Cruz. Con el fin de venerar ambas imágenes, se constituyó en 1411 la Real Archicofradía del Santísimo Cristo de la Yedra y Nuestra Señora del Rosel.










Cofradía Cristo de la Yedra Año 1872



Y cuentan crónicas y biógrafos que el Padre Maestro Ávila cuando vivía en Baeza, solía retirarse a la ermita de la Yedra para orar y celebrar misa. Luis Muñoz y Francisco de Vilches, uno de los cronistas, nos recuerdan que a esta devotísima imagen tenía recurso el Venerable Padre Ávila haciendo su estación a pie y las más veces solo por estar desocupado para meditar los misterios de la Cruz y Pasión de nuestro Redentor. Regalábase grandemente cuando decía misa en el altar del santo Cristo y Dios le pagó y alentó a esta devoción apareciéndosele una vez. Fue así que haciendo un viernes esta su estación se fatigó mucho en el camino, paróse a deliberar si podría proseguir y decir misa cuando de improviso se vio asistido de Cristo, nuestro bien, en hábito de peregrino, el cual le preguntó dónde iba. “A decir misa” -respondió el Padre Ávila- “mas hallándome tan cansado, que dudo si podré llegar a una iglesia que está no lejos de aquí”. Animóle el peregrino con el premio de la buena obra y aseverando el Padre ser imposible decir aquel día misa por la mucha fatiga en que se hallaba, descubrió su pecho el peregrino y en él una llaga y otras dos en las manos, y añadió estas palabras: “¿Y cuando a mi me pusieron de esta suerte, estaría fatigado?”. Admiróse el venerable Padre, mas no se turbó con la presencia del Soberano peregrino y quedó tan alentado que pudo con facilidad proseguir el camino y quedó tan alentado que pudo con facilidad proseguir el camino, decir misa con el espacio y devoción que se deja entender y dar vuelta a Baeza. Deste día fue tanto el afecto que cobró al santo Crucifijo y su Iglesia de la Yedra que frecuentó su devoción más a menudo y tomó cuidado de ella con licencia del prelado y lo vinculó en sus discípulos, Rector y Claustro de la Universidad (que por ellos ha corrido la provisión de este Priorato) advirtiéndoles del favor que nuestro Señor le había hecho para que ellos continuasen y exhortasen a la estación santa. (Santos y Santuarios del Obispado de Iaén y Baeza. Madrid 1653, c. LVII, f. 172.









El actual santuario se erigió sobre otro anterior entre los años finales del s. XVI y los primeros del XVII.




 
Las primeras casas de la pedanía se construyeron junto a la vaguada en la que se encuentra el santuario.
A finales del siglo XIX y primeros años del XX algunas familias de Baeza que habían hecho fortuna en América levantaron caserones en la zona como Domingo y Francisco Chinchilla.
Las referencias a la cofradía del Santísimo Cristo de la Yedra y Nuestra Señora del Rosel se remontan a su fundación en 1411 por el obispo de Baeza-Jaén Rodrigo Fernández de Narváez, siendo una de las más antiguas del término municipal de Baeza. En 1592 renovó ordenanzas dotándose de la posibilidad de celebrar estación de penitencia el miércoles santo a siete iglesias de la ciudad de Baeza.




 Documentos Antiguos donde se nombra a la Ermita de la Yedra















LEYENDA SOBRE LA VIRGEN










Cuenta la leyenda que el alcaide árabe de Rus tenía un hijo ciego muy aficionado a la caza, a cuya actividad se hacía conducir para escuchar la algarabía de los cazadores, puesto que él no podía participar debido a su ceguera. Un día que descansaba sentado junto a una encina escuchó una voz que le pedía que se levantara. Titubeó al no reconocer la voz, pero esta insistió en que se levantara y frotase los ojos. Así lo hizo y recobró la vista. Ante él apareció una hermosa señora que le pidió que escavase en tierra hasta que encontrara una imagen. 



De esta forma lo hizo y encontró a la virgen del Rosel, y junto a ella brotó una fuente de fresca agua. Tras este acontecimiento, el alcaide mandó construir una ermita.




FOTOS ANTIGUAS 


Carretera desde Baeza a la Yedra

Entrada a una quinta de recreo en la carretera de la Yedra

La Yedra presentaba una exhuberante vegetación

Plaza y soportales junto a la Ermita de la Yedra





 FOTOGALERÍA DE LA ERMITA 

EN SU ESTADO ACTUAL






































































































































 

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