Según J. P. Cruz, era conocida
de antiguo como fuente de la Puerta de Córdoba, por la cercanía de la
estructura amurallada del mismo nombre, hoy desaparecida.
Las primeras referencias
documentales son de 1540, cuando se alude en las Actas Capitulares de la ciudad
al vecino Asensio del Castillo, que tomaba el agua para su casa del pilar de la
Puerta de Córdoba.
Se embelleció la fuente en 1593 y también en 1641, cuando hubo
un pleito entre el tejero Francisco de Molina y don Lope Martínez, dueño de una
tenería, por el aprovechamiento de sus aguas.
Por su forma y disposición, se
trata de un pilar abrevadero, que se usaría preferentemente para el abasto de
animales. Pero históricamente, al menos en los siglos XVI al XVIII, sus
remanentes sirvieron también para el aprovechamiento de tenerías o
establecimientos para el tratamiento y curtido de pieles.
Consta que al menos cuatro
tenerías se alimentaron de sus aguas: las del regidor Lope Martínez, Cristóbal Garzón,
el vecino Mendano y Luis Gutiérrez. Eran para tratamiento de pieles o corambres
menudas, pues las de vacuno se trabajaban en la tenería grande de la fuente del
Postigo (la actual fuente del Pilarejo), dado que precisaban mayor nivel de escorrentía.
Es un sencillo ejemplo de
pilar abrevadero de uso agropecuario, en su aspecto actual, dado que antes de
la década de 1950 tuvo una pileta bastante más pequeña.
Se ubica en el cerro del
Currucote, a las afueras de la población en dirección a Jaén, en la base del
mismo. Dicha base está ligeramente retranqueada, por lo que se crea una placeta
rectangular cerrada por tres lado con amplio muro de contención de sillería, ocupando
el lado mayor el pilar de la fuente: rectangular, muy alargado, con amplias losas
de sillería unidas entre sí y redondeadas en su parte superior. Al pilar vierte
un sencvillo caño de hierro, sin decoración alguna
Ejemplo de como eran las tenerías a principios del S. XX |
Una curtiembre, curtiduría
o tenería es el lugar donde se realiza el proceso que convierte las
pieles de los animales en cuero. Las cuatro etapas del proceso de curtido de
las pieles son: limpieza, curtido, recurtimiento y acabado. Se debe quitar el
pelo curtir con agentes de curtimiento y tinturar, para producir el cuero
terminado.
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