miércoles, 11 de mayo de 2016

PEDRO RUBIO. EL OBISPO OLVIDADO DE BAEZA








En un testero desapercibido de una habitación olvidada del palacio episcopal de Jaén (planta baja, ala de la derecha) se halla un arrinconado lienzo del siglo XVIII que nos representa a un anciano obispo, se trata de Pedro Rubio y Benedicto uno de los pastores más fugaces que ha tenido la diócesis de Baeza-Jaén,hasta tal punto que parece que hubiera existido una “damnatio memoriae” sobre su persona.

Palacio Episcopal de Jaén 






Históricamente es el obispo número 55 de Baeza desde la restauración de la sede vacante en 1227 y el 54 de Jaén desde la restauración de la diócesis de Mentesa Bastia en 1248.


Gobierna la diócesis desde 1793 hasta 1795, teniendo en cuenta la fecha de nombramiento (9 de febrero) y que se encontraba en la cátedra de Palma de Mallorca a la que posteriormente nos referiremos, tardaría como mínimo dos meses en llegar a Jaén (sabemos que embarca el 6 de marzo, desembarcando en Alicante el día 8), observando que su óbito se produce en mayo de 1795, se puede pensar si llegó a estar un año en la silla de Jaén (no mucho
más).

Volviendo al lienzo no deja de ser un típico retrato postmortem de los que se realizaban a cada uno de los obispos que pasaban por una determinada diócesis o en otra forma no tenía que ser después de su fallecimiento, si en realidad abandonaba la diócesis para irse a otra (normalmente por ascenso).

En este sentido pertenece a la colección de retratos episcopales existente en la ciudad de Jaén que se reparten entre la catedral (sobre todo en las salas principales del archivo histórico y en el palacio episcopal; no se conserva esta clase de colección en la catedral de Baeza). Responde a una iconografía común en la cual en la parte inferior existe un largo epígrafe que nos indica quién es para que sea conocido en la posterioridad.

El lienzo concretamente presenta escrito:

Ilmo. Sr. Dn. PEDRO RVBIO BENEDICTO I HER_/RERO NA (CIDO…SANTA MARIA) DEL CAMPO EN LA DIOCESIS/ DE CVENCA HECHO OBISPO DE MALLORCA EN XXX/ DE MARZO DE MDCCLXXVIII Y TRASLADADO A (ESTA DIÓCESIS )/ EL IX DE FEBRERO DE MDCCXCIII FUE MVY CARITATIVO/ AMABLE Y AMANTE DE LA PAZ Y SE DISTINGUIO/ MUCHO POR EL INAGOTABLE CELO Y VIGOROSA ELO/CVENCIA CON QUE ANUNCIO LA DIVINA PALABRA/ MURIO EN ESTA NOBLE CIVDAD A XXVII DE/ MAYO DE MDCCXCV AÑOS/(…) DE SU EDAD Y ESTA SEPULTADO (…).


Teniendo en cuenta que en 1796, Pedro Rubio fallece en Jaén con 69 años (una edad muy avanzada para la época), verdaderamente había sido promovido con 67 años largos, lo que venía a ser un reconocimiento a su extraña y en cierto modo eremítica vida al final de sus días y los canónigos de Jaén y Baeza no eran conscientes de quién se había sentado verdaderamente en su cátedra.

Era lógico, acababa de morir uno de los principales obispos que había tenido la diócesis, Agustín Rubín de Ceballos, natural de Dueñas, pero no había venido él sólo, pues en Baeza existían dos canónigos pertenecientes a esta familia (José Cayetano y Mariano Rubín de Ceballos –eran tío y sobrino-) que se habían enfrentado a otro de los grandes canónigos de Baeza famoso por su mecenazgo (Joaquín María de Peñalver) en primer lugar por la capellanía del trascoro del templo metropolitano baezano y en segundo por la construcción de un nuevo órgano en la catedral de Baeza) y ahora se presentaba un forastero desconocido entre ellos, es más teniendo en cuenta que Rubín de Ceballos muere en Madrid en febrero (porque era Inquisidor General, lo que nos lleva a entender la importancia que tenía la sede de Baeza-Jaén y que ha tenido a lo largo de toda la historia de la Iglesia Española) y desde la ciudad el rey anuncia inmediatamente el nombramiento de Pedro Benedicto. Por lo que hay que entender que mientras el cuerpo de Agustín era trasladado a Jaén para sus exequias (recibió sepultura en la capilla de San Eufrasio primera lateral de la girola plana del lado del evangelio), Pedro Benedicto iniciaba su camino de obediencia hacia Jaén para tomar posesión de la cátedra.


Carlos IV




Hay que profundizar en lo poco que se conoce de Pedro Benedicto para saber ante quién llegó a la diócesis por orden de Carlos IV ante el nombramiento del francés Pío VI y pasó desapercibido en ella.

Pedro Rubio había nacido en Santa María del Campo Rus, actualmente provincia de Cuenca e igualmente en esta diócesis.


Santa Maria del Campo Rus




Teniendo en cuenta que no era una diócesis excesivamente grande no sabemos si en realidad inicia su carrera eclesiástica en el seminario de Cuenca (el actual es fundado en el siglo XVIII), en el de Toledo o incluso en el de Uclés.

Lo curioso es que obtiene la Real Parroquia de Santiago Apóstol de Madrid (no olvidemos que la Real Villa pertenecía a la archidiócesis de Toledo). No era un puesto cualquiera, Santiago (hoy conocida como Real Parroquia de Santiago y San Juan Bautista, por la desaparición de esta última) se encuentra situada enfrente del palacio de Oriente y por tanto Pedro Benedicto convivía a diario con Carlos III y toda su gran corte.

Real Parroquia de Santiago y San Juan Bautista





Indica Antonio Furió en su cronicón que el rey quedó penetrado de las prendas y sabidurías que el señor cura tenía en la misma collación en la que su majestad vivía y por ello lo promovió a obispo.

Teniendo en cuenta que Carlos III era un déspota ilustrado y Pedro Benedicto un asceta interesado en los pobres;habría que pensar si en realidad el rey quedaba emocionado o más bien las predicaciones en los mismos muros de su casa no le agradaran demasiado e incluso le molestaran a la vez de tenerlas que soportar por el respeto que el presbítero debía de tener entre los madrileños, por lo cual pensara en promoverlo lo más lejos posible de Madrid y cómo mejor que ascendiéndolo a obispo de una isla.


Además era el momento ideal, pues la sede de Palma de Mallorca había quedado vacante al ser trasladado su obispo a Sigüenza (el jerezano Juan Díaz de la Guerra).


Catedral de Mayorca




Cuando es promovido a Palma de Mallorca (tenía 47 años)

Pedro Benedicto debía de tener devoción a la Inmaculada, como podemos observar en su retrato el cuadro que muestra en la parte posterior es una clara iconografía de la Inmaculada Concepción de María.

Furió indica en su cronicón muchas virtudes de él, expresa que lo llamaban “el pico de oro” por ser un gran predicador y “el padre de los pobres y consolador de los afligidos”.

A pesar de la distancia de Madrid, su preocupación hacia los pobres sigue siendo fuerte, quiere hacer una inclusa, pero lo curioso es que en 1793, antes de abandonar la diócesis camino de Jaén consigue de Carlos IV la cantidad de 20000 Reales de plata para la construcción de una casa de niños expósitos.

Construyó la pila bautismal de la catedral, la cual está fechada su inscripción en 1794, estando ya en Jaén, así como importantes dotaciones a los capuchinos (en teoría una de las órdenes religiosas que principalmente predica y practica la pobreza), a ellos les consagra el templo del convento de frailes menores en septiembre de 1791.


Catedral de Baeza



La diócesis de Baeza-Jaén es así, es una de las más ricas de Andalucía Oriental y su cátedra es muy prestigiosa, si bien la mayoría de sus obispos a lo largo de la historia han ido de paso, terminando muchos incluso en Toledo; otros ocuparon cátedras en Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Valladolid e incluso en la actualidad el nuevo y a la vez más antiguo arzobispado de Mérida-Badajoz.

Ciertamente Agustín Rubín de Ceballos había muerto en Jaén sin ascender (si así lo queremos entender,pues fue un obispo muy especial) y el sucesor de Pedro Benedicto, el agustino Fray Diego Merlo de Portugal también descansaría en el coro de la catedral de Jaén, pero en la mayoría de los períodos más importantes de la historia de la diócesis de Baeza-Jaén no es lo común (recordamos que la diócesis a lo largo de su historia ha tenido tres cardenales).

Es evidente que el estado de salud de Pedro Benedicto no le permitiría el ascenso a una futura archidiócesis, su turno en la tierra se encontraba en sus postrimerías, sin embargo no hay que olvidar que uno de los principales obispos del siglo XVIII ocupó por un año la cátedra de Baeza-Jaén, siendo una parte de la historia de la diócesis que no debe de ser olvidada.

Se sabe que las exequias del obispo se celebraron en la catedral de Jaén, por el poco tiempo que llevaba en la diócesis no debieron de ser muy pomposas. Se supone que fue enterrado en el coro catedralicio, al igual que años después lo sería Diego Merlo (perfectamente identificado en la actualidad), pero entre la gran cantidad de enterramientos episcopales existentes en dicho lugar (no olvidemos que la sillería coral es uno de los principales lugares para enterrar obispos) no hemos podido encontrar la tumba de Pedro Rubio Benedicto. Ante esta cuestión debemos de suponer que es muy posible que sus restos se encuentren en la catedral de Jaén, pero no sabemos el lugar concreto.



Fuente:

Pedro Rubio y Benedicto Herrero, el obispo olvidado de Baeza-Jaén y su retrato episcopal.D. Pablo Jesús Lorite Cruz. Doctor en Historia del Arte.



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