La guerra de sucesión
entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja tuvo una serie de elementos que
hacen de ella un conflicto de gran interés para la historia de España. En
primer lugar, supuso el enfrentamiento entre la nobleza y el rey, en un intento
de la primera por evitar la pérdida de sus privilegios. Por otro lado, se trató
de un enfrentamiento entre algunas de las más importantes familias nobles
castellanas, que pugnaban desde hacía siglos por acrecentar su poder a costa de
la monarquía. Pero por encima de todas esas circunstancias, fue un
enfrentamiento entre Portugal y Castilla, con una acusada guerra en los límites
fronterizos.
Fernando el Católico |
En febrero el ejército
portugués, reforzado por tropas traídas por el príncipe Juan, salió de su base
de Toro y cercó a Fernando en Zamora. Sin embargo, el asedio era menos duro
para los cercados que para los portugueses, a la intemperie en el duro invierno
zamorano, así que el 1 de marzo Alfonso levantó el campo y se retiró hacia
Toro.
Las tropas de Fernando
se lanzaron en su persecución y le alcanzaron a una legua (unos 5 kilómetros)
de esta ciudad, obligándole a entablar combate.
Fueron tres horas de lucha muy
confusa, interrumpida por la lluvia y por la caída de la noche. El rey
portugués se retiró a Castronuño tras la derrota de las tropas bajo su mando,
mientras su hijo Juan venció al ala derecha castellana y permaneció frente a
Toro; replegándose ordenadamente a la mañana siguiente con su ejército al
interior de las murallas e incluso haciendo prisioneros a algunos enemigos.
La batalla de Toro ha
sido considerada un empate desde un punto de vista puramente militar pero una
victoria estratégica para los isabelinos, pues la Batalla de Toro fue decisiva
para otorgar el trono castellano a Isabel la Católica.
De hecho, los
propagandistas de ambos bandos reclamaron la victoria en sus crónicas. Sin
embargo, políticamente la batalla fue decisiva porque a continuación el grueso
de las tropas portuguesas se retiró a Portugal junto con la reina Juana, cuyo
bando quedó así casi totalmente desvalido en Castilla.
Al día siguiente a la
batalla (2 de marzo de 1476), comunicó su resultado el Rey Fernando a las
principales ciudades del reino (entre ellas) la Ciudad de Baeza.
No he podido
comprobar si la ciudad de Baeza participó activamente en aquella contienda, pero
sí puedo confirmar que los corregidores y regidores de Baeza se sublevaron contra
su Alcaide posicionándose del lado del rey Fernando.
Al igual que el rey
Fernando comunicó al día siguiente su victoria en la batalla de toro, el rey de
Portugal, dejó transcurrir 6 años para dar cuenta del suceso ( 17 de marzo de
1482) , y también lo hizo como vencedor ordenando la celebración del
aniversario con procesiones.
De las cartas enviadas
por el Rey Fernando hoy sólo se conservan 3 ejemplares: el publicado por torres
Fontes, el enviado a Baeza (Colección diplomática, págs.. 712-714 y considerada
de mayor valor histórico) y el remitido a Sevilla (Carande-Carriazo, Tumbo de
Sevilla, I, págs.. 132-134).
Por ser muy extensa, os dejo la carta al completo a continuación:
Fuentes:
Wikipedia
Este domingo primero de cuaresma, entonces fue viernes, evocamos la Batalla de Toro en la vega de Peleagonzalo, Valbusenda. Podéis venir con pertrechos a brindar con vino de Toro por la paz y la buena amistad entre portugueses y españoles de Vizcaya a Baeza, de Galicia a Aragón.
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