domingo, 8 de mayo de 2016

IBROS Y LOS BENAVIDES








Como el resto de Andalucía, el reino de Jaén sufrió un importante proceso de señorialización a lo largo de la Baja Edad Media. En el caso giennense destacaron especialmente las propiedades de las Órdenes Militares y del arzobispo de Toledo.

Sin embargo hubo una serie de linajes de relativamente poca entidad que consiguieron crear un patrimonio jurisdiccional especialmente entre los siglos XIV y XV. De todos ellos destacó el de los Benavides, que tras ser anexionados a la casa baezana de los Biedma, consiguió crear, al menos desde el punto de vista territorial, un señorío bastante importante






Ibros era una aldea situada a tan sólo 4 km. de Baeza, y que desde el mismo momento de la creación del alfoz baezano, en 1231, perteneció a este concejo. 

Sin embargo, durante el siglo XIV, y en medio de una importante reducción del alfoz baezano , esta localidad sufrió un peculiar proceso por el cual la mitad se señorializó, mientras que la otra mitad continuó en manos del concejo de Baeza.


No sería hasta el siglo XV cuando el señorío de Ibros entró en el patrimonio de los Benavides, a partir del matrimonio de Men Rodríguez II de Benavides con Leonor Dávalos, hija del condestable Ruy López Dávalos, quien la aportó como dote.


Ruy Lopez Davalos


Cuando este señorío llegó a manos de los Benavides se encontraba en una situación de crisis y despoblamiento, por lo que a fin de atraer población y mejorar su producción Men Rodríguez consiguió que en 1438 Pedro González de León, alcalde entregador de la Mesta, concediera una dehesa comunal para el ganado de arada de los vecinos del lugar, a partir de una antigua dehesa, denominada de los Cerros y de la que al parecer habían perdido su carta de privilegio, ampliada con algunas tierras anexas a ésta y que pertenecían al señor de Ibros . 

 Esta casa pertenecía a la Familia de los Benavides, que eran los señores de la Villa. Su estructura es aún la original y destaca sobre todo por su monumental fachada de sillería y el suelo original de piedra que aún se conserva íntegramente. En la fachada se puede observar un escudo.



Es interesante recalcar esta medida, en una época en la que lo habitual fuera que los señores usurparan tierras y espacios comunales en beneficio propio , pues frente a ello, la política seguida en Ibros fue la de consolidar una dehesa comunal lo suficientemente amplia para garantizar una óptima explotación de la tierra, para lo que Men Rodríguez incluso aportó algunas propiedades privadas. 

Es lógico que actuara así, dado que lo que principalmente le interesaba era mantener la población existente y atraer a nuevos pobladores, y tampoco fue esta una medida excepcional, dado que en otros lugares también se siguió esta política. A partir de la muerte de su marido, acaecida en 1454, Leonor Dávalos, y según la norma , actuó como señora de Ibros, disponiendo libremente de sus tierras.


Muestra de ello es que en 1461 vendió a su hijo Día Sánchez II de Benavides, el nuevo señor de Santisteban, dos majuelos de viñas que tenía en término del señorío de Ibros y que en su testamento dispusiera libremente de este señorío.

Básicamente Leonor Dávalos decidió en su última voluntad dividir sus bienes, entre los que se encontraba el señorío de Ibros, en dos partes iguales para dos de sus hijos: Día y Aldonza, aunque mejorando a esta última con el tercio y quinto. Si se hubiera cumplido las disposiciones de doña Leonor, la parte del señorío heredada por doña Aldonza habría sido sensiblemente mayor. Sin embargo a su muerte, en 1469, su testamento se resolvió a partir de un acuerdo entre los dos hermanos en el que se estipuló que el señorío de Ibros se dividiera en dos partes iguales, compensando Día Sánchez a doña Aldonza con 300.000 mrs. por la mejora del tercio y quinto.

Respecto a la población de Ibros, no tenemos datos para el siglo XV. En el caso de la parte Ibros perteneciente a Baeza, sabemos que en 1407 tenía 47 vecinos, y que su población fue creciendo a lo largo de las dos siguientes centurias. 

Frente a ello, la situación del señorío fue muy distinta. Ya hemos visto como en 1438 se le concedió una dehesa a fin de evitar el despoblamiento que se estaba sufriendo e intentar atraer nueva población, y que posiblemente no se pudo solucionar con estos medios, como se desprende de los datos que tenemos para el siglo XVI, ya que en 1528 contaba con 31 vecinos, frente a los 161 de la parte perteneciente a Baeza, y en 1591 tenía 38 vecinos, mientras que el otro sector contaba con 297.




Asimismo, a través de las averiguaciones realizadas por la Corona en 1528 a fin de ajustar el pago de servicios, sabemos que de los 31 vecinos pecheros del barrio señorial de Ibros, tres eran viudas, y que tan sólo dos eran labradores, mientras que el resto eran jornaleros sin ningún tipo de propiedades, situación que llevó a reducirles notablemente las cantidades a pagar, pasando de los 8.100 mrs. asignados, a la propuesta de tan sólo 2.224 mrs.

En relación a la explotación del término de Ibros, la documentación analizada nos indica que entre el siglo XV y principios del XVI la producción agrícola de Ibros, como en el resto del reino, era principalmente la cerealera, destacando también la aparición del viñedo y el olivar, aunque no podemos saber en qué proporción.









A través de datos un poco tardíos como son los de 1540, sabemos que la producción cerealera de Ibros de señorío era algo superior a la de la parte del concejo de Baeza, mientras que ésta última superaba con creces a la primera en ganado, vino y aceite.

Es muy probable que la pérdida de la propiedad de los vecinos de Ibros fuera consecuencia del proceso de acumulación de tierras por parte de los señores o de algunos grandes labradores de la comarca




Fuente:

historia de andalucía Vii coloquio
Antonio malpica rafael g. peinado adela fábregas
Autora: Maria Antonia Carmona


1 comentario:

  1. Quiero manifestar mi felicitación por este articulo, viene a acrecentar la información existente después de algún trabajo de investigación sobre la localidad, que ha sido publicado por el Ayuntamiento, son datos a mi criterio novedosos en cuanto a su publicidad. Como ibreño agradezco que se hayan interesado en dar a la luz este trabajo.

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