Como me ha pasado en otras
ocasiones, existen contradicciones a la hora de determinar el lugar de nacimiento de algunos personajes ilustres de nuestra historia. Este es el caso de Andrés de León.
Según algunos historiadores dicen ser natural de Granada, aunque otros dicen que fue natural de Baeza.
Yo he basado este artículo en la publicación más antigua que data de 1845 , puesto que las restantes publicaciones que hablan de este personaje tan ilustre del siglo XVI fueron echas con posterioridad y pudieran haber cometido errores de transcripción: Estudios Biografico-Bibliográficos de la Medicina Militar
Española escrita en 1864 por D. Miguel de la Plata y Marcos. Razón Universal de los Jarabes de D. Miguel
Villanovano del año 1943
Tras leer las dos publicaciones anteriormente descritas, puedo asegurar que la información obtenida del Libro “Anales Históricos de la Medicina General”, el cual trata de la Historia
de la Medicina Española, escrito en 1845 por D. Anastasio Chinchilla, es la mas completa.
También debo señalar que personalmente me infunde mayor confianza la publicación más antigua, pero también la dilatada profesionalidad de D. Anastasio Chinchilla (Doctor en Filosofía, bachiller en Teología,
Licenciado en Medicina y Cirugía, Consultor Honorario del Cuerpo de Sanidad
Militar, Ex catedrático de Zoología del Museo de Ciencias Naturales y de la
Historia de la Medicina Española y un largisimo excétera.)
Anastasio Chinchilla |
Andrés de León, nació por los años 1560, fue natural
de Baeza. Estudió medicina y cirugía en la Universidad de Sevilla. En esta
ciudad pasó la práctica con el célebre Nicolás Monardes, en los hospitales de
los Desamparados y del Cardenal.
Nicolas Monardes |
Se revalidó allá por el año
1583. Enseguida marchó a la ciudad de Baeza, en la cual ejerció la profesión
por 2 o 3 años. Desde allí fue al Hospital de Valencia, y de éste, pasó al de
Zaragoza, para posteriormente llegar hasta Madrid.
Retrato de Don Per Afan III Enríquez de Ribera y Portocarrero. Primer Duque de Alcalá y Segundo Marqués de Tarifa |
Allí acompañó al Duque de
Alcalá al sitio del Escorial, cuando trasladaron a éste los restos mortales de
los Reyes. A poco después fue nombrado médico del Duque de Alba, con el cual
pasó al ejército de Portugal, y estuvo en la guerra por los años 1579 y parte
de 1580.
Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel Tercer Duque de Alba |
Fue alto personaje de la Corte de Felipe II, de quien era Médico
y a quien este poderoso rey encomendó servicios tan importantes como acompañar
a D. Juan de Austria en la campaña contra los moriscos de Granada, al Duque de
Alba en la conquista de Portugal y al Duque de Medina Sidonia.
Felipe II |
Don Juan de Austria |
Expulsión de los Moriscos de Granada en la época de Juan de Austria |
Duque de Medina Sidonia |
En 1580 regresó a Sevilla y
describió la peste de viruelas que reinó en este año, en el cual dice que atacó
mucho a los viejos. También describió las epidemias variolosas que reinaron en
la provincia de Toledo en 1585 y otra en Galicia en 1600, la cual según
testimonio suyo, atacó con especial virulencia a los viejos.
Fue también nombrado
médico-cirujano mayor y protomédico de la armada que pasó a Portugal, bajo el
mandato del General Adelantado mayor de Castilla, con el sueldo de 80.000
escudos.
De vuelta de esta expedición,
fue nombrado médico de cámara.
Se propuso viajar por Toda
España con el objetivo de ilustrarse.
Refiere haber estado en
Valencia, Burgos, La Coruña, Santander y en Viveros.
Estando en esta escribió su
tratado práctico del morbo gálico en 1602.
Aunque no se sabe con
exactitud la fecha de su muerte, si tenemos constancia de varias obras que
escribió:
Libro primero de Anatomía,
recopilaciones y exámen general de evacuaciones, anatomía y compostura del
cuerpo humano, diferencias y virtudes del anima, definiciones de medicina con
muchas cosas curiosas y provechosas de philosophia y astrología. Este libro fué editado en 1590 en la ciudad de Baeza.
Repartidos en 4 libros, en los
cuales últimamente se rematan dos tratados de avisos para sangrar y purgar, en
todo respetando los signos y planetas.
Dedicó esta obra al Conde de
Castellar, la cual llegó a tener una gran celebridad, según se deduce de los
cinco sonetos que le dirigieron algunos poetas de reputación, y que se leen después
de la dedicatoria. Este fue el caso de Juan Lopez de Ulloa:
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