miércoles, 11 de mayo de 2016

BAEZA Y EL TESORO DE PEGALAJAR

Puerta principal de entrada al recinto amurallado y al antiguo castillo de Pegalajar. Forma un arco apuntado sobre el que se ubica arriba el escudo de Fernando III, y por debajo de izquierda a derecha el escudo de la familia Sandoval, una lápida conmemorativa en letra gótica, y el escudo de la ciudad de Jaén. 



Basándose en el archivo de los señores de Calatrava,  la guarnición cristiana de Baeza acordó atacar la fortaleza de Pegalajar enviando un pequeño ejército a las órdenes del capitán Alonso de Vilches el día 20 de diciembre de 1243. 


Antes del amanecer, comenzó el ataque. Cien hombres de caballería, al mando de los capitanes Hernán de Siles y Sancho de Castillejo, se colocaron al lado del barranco que existe al sur de la fortaleza y frente al arco de la Encarnación. 

Otros cien hombres de caballería se alinearon frente a las murallas de Pocasangre, Alcazaba y Campos del Trascastillo, al mando de los capitanes Rodrigo de Cabanillas y Hernando de Sandoval. Y los restantes doscientos hombres de infantería, vestidos con ropas blancas, se ocultaron confundiéndose con la nieve al pie de la muralla del Norte de la fortaleza.

Iniciado el ataque, las fuerzas de infantería, mandadas por los capitanes Ruy Gómez de Quesada y Pedro de Cabanillas, escalaron las murallas y sorprendieron a la guardia. La pronta muerte en la refriega del alcaide Aben 
Jussuf y su hijo Mohamed hizo que la desmoralización cundiera y acabara con la resistencia.
Dicen que antes del desenlace final hicieron esconder todas sus riquezas en algún escondite de la fortaleza. Esa creencia puso en peligro el arco de la Encarnación, puerta del castillo, ya que con el permiso de su propietario, se realizaron trabajos de excavación.


 El Ayuntamiento detuvo las obras por el interés artístico-monumental del arco. No se encontró nada.





Fuentes:

Wikipedia
Periódico IDEAL 11.08.2015


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