Dimensiones aproximadas: 3.5 x 2.5 m |
En el interior de la Catedral de Baeza dedicada a la Natividad de Nuestra Señora, se conserva este cuadro de San Cristóbal de grandes dimensiones, al parecer de Pedro Gallo hacia 1736. Óleo sobre lienzo colgado en la pared interior de la torre, destaca la imagen del niño, ataviado de civil a la moda del siglo XVIII, sobre una gloria abierta (poco habitual en estas representaciones).
Este Santo debió ser muy popular, pues aparece en infinidad de templos, la mayoría de las veces en representaciones de grandes dimensiones (no en vano, según "LA LEYENDA DORADA", era un gigante poderoso), casi siempre en pinturas murales, frescos o lienzos de gran tamaño en las paredes de Catedrales o de iglesias.
Como una más de las biografías simbólicas que la Iglesia medieval
cristianizó para que no se perdieran, este Santo fue utilizado por hermetistas de la época
como vehículo para transmitir sus
conocimientos para escapar a la acción inquisitorial, y que estudiosos
posteriores continuaron utilizando (Fulcanelli, Canseliet, etc.).
En este caso nos limitamos a
presentar la imágen de San Cristóbal para su conocimiento en
general, con los datos y referencias reunidas a lo largo de mucho
tiempo.
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Para los que se asoman por primera vez a la leyenda de
San Cristóbal, indicaremos que el nombre de Cristóbal
(del griego Χριστοφοροσ, Christóforos, "portador de Cristo")
y que este significado viene de los hechos relatados en ella:
"Su nombre inicial era Offerus y era un ser
gigantesco y fuerte que pretendía ponerse al servicio de la persona
más poderosa del mundo. Estuvo al servicio de un rey hasta que éste
se detuvo ante una representación del diablo, por lo que buscó al
diablo para ponerse a su servicio. Al detenerse éste ante una cruz,
preguntó qué representaba y le dijeron que a Dios, de manera que
buscó a Dios para servirle, pero estuvo mucho tiempo en su busca sin
éxito. Una noche, cansado se detuvo a la orilla de un río a
descansar y un sabio ermitaño que habitaba en una cabaña le dijo que
para servir a Dios podía quedarse allí y ayudar a todos los que
quisieran cruzar el río, por lo que allí se mantuvo en esa función.
Una noche le despertó una voz infantil para que le ayudara a pasar.
Offerus puso al niño sobre su hombro izquierdo y se metió en las aguas que, de
pronto, se agitaron y el niño se hizo más y más pesado, por lo que
tuvo que arrancar un árbol para apoyarse y ayudarse a cruzar. Al preguntar
al niño quién era, éste contestó que era Cristo y que llevaba
con él al mundo entero y por eso era tan pesado". A partir de
entonces, el gigante pasó a llamarse Cristóbal ("el
que lleva a Cristo").
Casi todas las imágenes suficientemente antiguas se representan con todos los
elementos de la leyenda: la noche, el río, el ermitaño, el árbol, el
niño con la bola del mundo crucífera (que lleva una cruz), etc.
LA LEYENDA DORADA
Como Leyenda dorada o, en Latín, Legenda aurea se conoce a una compilación de relatos hagiográficos reunida por el dominico Santiago (o Jacobo) de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII. Titulada inicialmente Legenda Sanctorum ("Lecturas sobre los Santos"), fue uno de los libros más copiados durante la baja Edad Media y aún hoy existen más de un millar de ejemplares incunables. Con la invención de la imprenta, dos siglos más tarde, su reputación se había consolidado y antes del fin del siglo XV aparecieron numerosas ediciones impresas.
El texto original, redactado en latín, recoge leyendas sobre la vida de unos 180 santos y mártires cristianos a partir de obras antiguas y de gran prestigio: los propios evangelios, los apócrifos y escritos de Jerónimo de Estridón, de Casiano, de Agustín de Hipona, de Gregorio de Tours y de Vicente de Beauvais, entre otros. Junto con ellas, presenta una explicación basada en los evangelios de las fiestas del calendario litúrgico, así como una breve historia de la cristiandad en Lombardía, que le valió el subtítulo de Lombardica Historia.
La intensidad de los relatos, preocupados menos por la fidelidad histórica y filológica —ofreciendo, por ejemplo, etimologías fantásticas similares a las de Isidoro de Sevilla— que por la intención doctrinaria y ejemplificadora, fue sin duda una de la principales razones del éxito de la Legenda. Buena parte de las escenas de martirio que llegarían a poblar el repertorio iconográfico de Occidente alcanzaron difusión de este modo, como las conocidas escenas del desollamiento del apóstol Bartolomé, el asaeteamiento de Sebastián Mártir o el combate de Jorge de Capadocia y el dragón. Del mismo modo que la progresiva elaboración de las biblias pictóricas en las catedrales, la Legenda
fue elaborada como una herramienta para la difusión de la fe a través
de imágenes vívidas, más cercanas a la experiencia del vulgo que las
dificultosas parábolas bíblicas.
El éxito de la Legenda condujo también a numerosas adiciones en las copias manuscritas. Así, se han conservado ejemplares del siglo XV en que las 180 historias que constan en el manuscrito más antiguo conservado —un ejemplar de 1282, parte del fondo de la Biblioteca Estatal de Baviera— se habían duplicado. Otras leyendas, consideradas inverosímiles por el copista, se fueron suprimiendo progresivamente.
Fuente: Wikipedia
POEMA DE ANTONIO MACHADO
Antonio Machado nos dejó en su poema “Apuntes”, reproducido más adelante, algunas estrofas dedicadas al edificio más emblemático de Baeza, la Catedral, situada muy cerca del instituto donde daba clases. Por un ventanal
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba,
San Cristobalón.
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