miércoles, 17 de febrero de 2016

APARECIONES DIVINAS EN EL CERRO DEL ALCAZAR




P. Francisco de Bilches en su Capitulo Quinto, de la Segunda parte de su libro menciona la inauguración de un Santuario en Baeza en el año 1628 por parte del Obispo de Jaén,  D. Baltasar Moscoso y Sandoval, haciendo alusión a unos Mártires de Baeza. 

Lo expresa así:



“…..Tuvo principio el Santuario de Baeza el Año de M.D.C. XXIX, con el avifo, que Yodi (I.fue el Primero en la Materia) al Eminentifsimo Señor D. Baltasar de Mofcolfo, i Sandoval, Obifpo de Jaén; i a los Cabildos de Baeza; de los Santos Iufto Obispo, Sifinio Abundio, Víctor, también Obispo, Alexandro, i Mariano Martyres defta Ciudad…..”





Bilches también hace referencia sobre una obra de Luitprando,  en la que  D. Lorenzo Ramírez de Prado escribió  la Memoria de los Santos de Baeza, y más concretamente sobre San Iufto, i S.Sifinio y su persecución por parte del Emperador Numeriano.

Marcus Aurelius Numerianus



Estando en Jaén, recabó información de los Mártires de Baeza y luego envió una copia de sus  notas  al Cabildo de Baeza, siendo los comisarios de la misma, D. Juan de Benavides y Robles, “Chantre” de la Santa Iglesia, y D. Jacinto Alférez de Andrada, Canónigo. Los del Secular D. Francisco de Cervera y D. Gerónimo de Robles (Caballero de los veinticuatro).



Tras examinar la documentación que se les había entregado por parte de Bischesal, se abrieron diligencias a imitación de las de Arjona, para buscar las Reliquias de sus Santos.




Aunque en primera instancia se obraba de oficio, existían unas segundas diligencias para hallar las Santas Reliquias y tras haber consultado con las personas “Doctas, i Zelofas del fervicio de N.S.” el Obispo Baltasar Moscoso decretó el 17 de Agosto de 1629, se buscasen las Reliquias de los Santos Justo, Abundio, Víctor, Alejandro y Mariano, de los que la Santa Iglesia Católica hace mención en su Martirologio."



Para dar más trascendentismo a este acto, el Obispo expone:



“Por tanto, para que eso se pueda conseguir (hallar a los mártires de Baeza), se pongan medios proporcionados a tan noble fin; por la preferente, damos licencia a nuestros muy amados hermanos las personas y canónigos de Nuestra Santa Iglesia de Jaén, que residen en la de Baeza, así como a los demás eclesiásticos de ésta ciudad, con asistencia de N. Vicario, hagan una Procesión General y celebren una o más misas por dichos mártires, para que el Señor Jesucristo por intervención suya, se sirva dar LUZ, para acertar y servirle en caso tan grave. También pide a su divina majestad, se exonere al pueblo, 8 días antes de la procesión para que se animen a ayunar 3 días, confesar y comulgar, para ganar 80 días de perdón, los cuales serán concedidos para este fin.



Luego, después de que ese Decreto fuera público, por los comisarios de Baeza, todas las iglesias promulgaron plegarias durante 8 días con 3 días de ayuno. Posteriormente se dispuso una procesión general, desde la Catedral de Baeza hasta Nuestra Señora del Alcázar.









La misa se celebró con gran solemnidad e intenso el sermón, siguiéndole un novenario de misas de las nueve fiestas de N. Señora del Alcázar, lo que sin duda pensaban ayudaría a encontrarlos.



Por aquella época, todos hablaban de las Reliquias de Baeza, pero nadie sabía señalar el lugar donde se encontraban.

Los primeros indicios hablan de la aparición de “unas luces” sobrenaturales entre la Puerta de Jaén y la Puerta de El Conde, pasándose a llamar a aquel lugar “El Santuario”.



Bilches, describe la longitud que había desde la Puerta de Jaén hasta la Puerta de El Conde:



“Tiene 855 pies de largo, dividenle diez Torres, fuera de las que forman las puertas; i aunque Todas fon altas, exceden Dos á las demás; Vna, que llaman De las Doncellas; otra la Puerta del Lobo. Nombres, de que viare, para hablar en términos Nacionales”



Según nos cuenta, el 17 de octubre de 1629, día de San Víctor (Mártir y Obispo de Baeza) se vieron con notable claridad unas luces en aquel lugar, aunque no todos lo vieron.



Posteriormente el día 13 de Diciembre del mismo año, hubo una segunda aparición de dichas luces. Esta fue vista por 20  Caballeros, Testigos mayores de toda excepción (según nos relata). Así mismo fueron testigos de tales hechos D. Gonzalo Bravo de Zaias , así como el hijo de éste.



Cabe resaltar en la sucesión de estas apariciones, que unas luces brillaron el Día de San Víctor, otras en vísperas de San Justo, circunstancias que repitieron en muchas más ocasiones.



Con azadones y piquetas, cavaron junto a la Segunda Torre, la de la Puerta del Conde, donde entre cenizas hallaron muchos huesos humanos que desprendían un olor muy desagradable a consecuencia de su descomposición. Tal fue el fervor con el que cavaron los Baezanos, que según nos relata, amenazaba ruina la muralla. Hubieron de impedir más tarde dicha tarea bajo pena y centurias.



Rey Felipe IV


Por mandato de Felipe IV, se suspende la tarea encomendada por el Obispo Baltasar Moscoso, siendo este enviado a Roma con otros cardenales españoles, con el fin de tratar otros temas de mayor importancia según su Majestad el Rey.














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