jueves, 30 de marzo de 2017

LA BATALLA DE BEACULA



Apiano de Alejandría

Baeza, ciudad del reino de Jaén en la Andalucía Alta, y cabeza de partido, tuvo diferentes nombres en tiempo de los romanos, cuando pertenecía a la región de los Oretanos (Beatia, Biacia, Bécula, y Apiano de Alejandría la llamaba Beatica).


La obra de Apiano de Alejandría se puede organizar por lugares geográficos, por contiendas bélicas entre Roma y sus naciones enemigas, por caudillos militares, destacando a veces la importancia del personaje sobre los sucesos, o bien podemos ver cómo Apiano introduce digresiones en cada libro: como la dedicada a Iberia y los sucesos que llevaron a cabo los romanos en este territorio. 






Polibio, Livio y Plutarco refieren que Escipión el joven dio en Beatia una sangrienta batalla a los cartaginenses en el año 545 de la fundación de Roma, en la que murieron 80 de éstos, y fueron prisioneros 100 infantes y 20 caballos, de los cuales la mayor parte eran españoles, á quienes Escipión envió libres a sus casas.




Como hemos mencionado en varias publicaciones anteriores, Baeza contaba on un asentamiento Romano permanente situado junto al Cerro del Alcázar, donde hoy esta situado el chatel de Arredondo y sus inmediaciones, e incluso llegó a tener esta ciudad un templo romano dedicado a Marte, en lo que hoy es la Catedral de Baeza.

Existieron vestigios de su antigua población entre ruinas de varios edificios y lápidas con inscripciones romanas, de las que don Jose Luis de Velazques, marques de Valdeflores , copió las siguientes:

SACRUM
IOVI
C. FLAVIS. C
FALVI. FAVSTI. LIB
CORIDON. OB
HONOREM. VRATVS
D.D.


D.M.S.
M. CLODIO
ANN. XLV
P. IN. SVIS.
H. E. E.

S. T. T. L.




La batalla de Baecula fue un enfrentamiento armado que tuvo lugar en el año 208 a. C., durante la segunda guerra púnica, entre el ejército cartaginés, comandado por Asdrúbal Barca, y el ejército romano, a las órdenes de Escipión el Africano. La batalla supuso el primer enfrentamiento a gran escala de Escipión el Africano contra los cartagineses, después de que hubiese tomado el mando del contingente romano en la península ibérica.

La batalla, planteada con la intención de frenar la marcha de Asdrúbal hacia Italia, se saldó con una victoria romana, si bien el ejército cartaginés pudo finalmente escapar hacia el norte. Otra de las consecuencias fue que el ejército romano pudo tomar una posición vital para proseguir la conquista del valle del Guadalquivir.




A comienzos de 208 a. C., Escipión marchó contra Asdrúbal Barca, cuyo ejército se encontraba pasando el invierno en la ciudad de Baecula (Baeza), ubicada en la parte alta del río Betis (hoy Guadalquivir).

Tras conocer el acercamiento de los romanos, Asdrúbal trasladó su campamento a una posición muy sólida para su defensa, en lo alto de una meseta escarpada en el sur de Baecula, protegida por valles en los flancos y el río en el frente y la retaguardia. Además, la meseta estaba formada por dos escalones, y Asdrúbal colocó sus tropas ligeras en el inferior y a su campamento principal en la parte más alta.

Los historiadores no se ponen deacuerdo si dicha batalla de desarrolló en Santo Tomé o en las cercanías de Bailén.

Tras su llegada, Escipión primero dudó sobre cómo atacar una posición tan fuerte, pero a sabiendas de que los otros dos ejércitos cartagineses podían aprovecharse de su inacción para unir sus fuerzas con Asdrúbal, decidió actuar el tercer día.



Antes de lanzar su ataque principal, Escipión envió a un destacamento de soldados para que bloqueasen la entrada al valle, separando los dos ejércitos del que se encontraba en camino de Baecula, consiguiendo con ello una mayor seguridad para su fuerza principal a la vez que cortaba cualquier opción de retirada del ejército cartaginés.

Una vez que finalizó este despliegue preliminar, las tropas ligeras romanas avanzaron contra su contrapartida cartaginesa. A pesar del desnivel y de la lluvia de proyectiles, los romanos no tuvieron demasiadas dificultades para conseguir hacer retroceder a las tropas ligeras cartaginesas una vez que lograron entablar un combate cuerpo a cuerpo.



Tras reforzar a su fuerza principal, Escipión hizo desplegar un ataque en forma de tenaza contra los flancos del campamento principal cartaginés. Para ello, ordenó a Cayo Lelio que dirigiese a la mitad de la infantería pesada hacia la derecha de la posición enemiga, mientras que él mismo dirigía el ataque sobre la izquierda.

Asdrúbal, mientras tanto, tenía la impresión de que el ataque romano no era más que una pequeña escaramuza, debido a que Escipión había ocultado a su ejército principal en el campamento hasta el momento del ataque final. Por ese motivo fracasó en desplegar adecuadamente a su ejército principal, y se vio envuelto en el ataque envolvente romano.



A pesar de haber caído en la trampa, Asdrúbal fue capaz de retirarse del campo de batalla con sus elefantes, su caravana de suministros y gran parte de sus tropas. Parece que sus principales pérdidas en la batalla se centraron en gran parte de sus tropas ligeras y de aliados iberos. Esto se debió en gran parte al hecho de que los legionarios romanos prefirieron detenerse a saquear el campamento cartaginés en lugar de perseguir a Asdrúbal.






Tras la batalla, Asdrúbal dirigió a su mermado ejército a través de los pasos occidentales de los Pirineos y se adentró en la Galia. Desde ahí se dirigió hacia Italia con una fuerza compuesta en gran parte por tropas galas, en un intento de unirse a su hermano Aníbal.



Perro recientes hallazgos de investigadores de la Universidad de Jaén terminan por concluir que el escenario de la batalla se sitúa en las cercanías de la población actual de Santo Tomé, a unos 60 km al este de Cástulo, identificando el oppidum de Turruñuelos con la población de Baecula que citan las fuentes clásicas; próximo a este oppidum se encuentra el Cerro de las Albahacas, estratégicamente rodeado en un flanco por un río. 

Allí, según estos investigadores, habría estado el campamento de Asdrúbal Barca, mientras que a cuatro kilómetros se habría situado el de Escipión. Casi mil quinientos objetos encontrados relacionados con impedimenta militar de ambos ejércitos avalan estas conclusiones.


Las campañas de prospección arqueológica realizadas en 2006 y 2007 por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica han aportado hallazgos que confirmarían esta posibilidad, como restos de armas y monedas púnicas que datan de la época de la batalla. 






Fuentes:
https://books.google.es/books?id=wAIYXDiER7AC&pg=PA435&lpg=PA435&dq=beatia&source=bl&ots=py27nB2GYv&sig=_6XPGOvd4tTTcueu_cqxMHKbQ5s&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiqg4vYpP3SAhXGL8AKHXl7Cv44FBDoAQhWMA0#v=onepage&q=beatia&f=false





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