La zona fronteriza con
Granada, supuso frecuentes conquistas de castillos y villas por uno y otro
reino, por lo que a veces resulta difícil establecer en un momento determinado
si cierto castillo pertenecía a Granada o Castilla.
Además, esta comarca
de la vertiente orientas de Sierra Mágina no fue nunca centro de ningún gran
señorío, al contrario de lo que ocurrió en la zona occidental de la frontera
con Granada, ni tampoco las órdenes militares tuvieron grandes encomiendas aquí.
Fue ésta una zona de
pequeños señoríos laicos y de encomiendas de una importancia menor de las órdenes
de Santiago y Calatrava, por lo que tanto en las crónicas de la época como en
los estudios históricos de carácter general, se le dedica poca atención a esta
comarca en la que no residió ningún gran señor, ni fue escenario de ninguna
batalla importante, ni tuvo una importancia histórica comparable a los grandes
concejos y señoríos andaluces.
No obstante, el valle
del Jandulilla desempeñó un papel nada despreciable en el conjunto de las
tierras fronterizas con Granada.
En primer lugar el río
Jandulilla excava un pasillo transversal en el conjunto subbético que pone en
contacto las campiñas de Ubeda y Baeza con el interior del reino de Granada.
La distancia entre
Ubeda y Granada a través del Jandulilla no es mucho mayor que la existente
entre Granada y Jaén.
La llave de este paso
natural, que comunicaba directamente con Granada, era, pues, importante para
preservarse de los ataques del enemigo.
Mientras el control
del paso estuvo en manos musulmanas, los ataques de éstos contra tierras de
Ubeda y Baeza fueron frecuentes. Una muestra de ello es el asedio que sufrió la
ciudad de Baeza, y posterior saqueo y destrucción de Bedmar por Muhammad VII en
1407.
Escudo de Muhammad VII |
Cuando pasó a manos
cristianas, este paso supuso que en los años 30 del siglo XV dejaron de
producirse estos asaltos y cabalgadas, e incluso supuso que éstos pudieran
entrar al corazón del reino de Granada. En más de una ocasión, llegó el
condestable Iranzo a Deifontes, a unos escasos 15 km de granada.
Las conquistas de
Fernando III no rebasaron casi en ningún lugar la muralla natural que eran las
cordilleras subbéticas, al abrigo de las cuales logró Muhammad I, el señor de
Arjona, formar el último Estado musulmán de la Península Ibérica.
La comarca del
Jandulilla que se extiende desde la vertiente meridional de Sierra Mágina hacia
el norte, parece que en época musulmana se le conocía con el nombre de SUMUTAN
( arabización de la voz latina Sub Montanis).
Tras la campañas de
Fernando III esta unidad quedó rota y una parte de la comarca quedó en poder
musulmán y la otra pasó a manos de los cristianos.
Fernando III El Santo |
Aunque hubo ganancias
territoriales por uno y otro lado, éstas siempre fueron transitorias y al poco
tiempo se volvía a la línea tradicional de la demarcación.
Hasta el segundo
tercio del siglo XV en que la situación fronteriza cambia radicalmente. Esta
quedaría formada de la siguiente manera:
Por el lado cristiano.-
Torres, Albanchez y Bedmar, así como las villas de Garciez, Jimena y Jódar.
Por el lado
musulmán.- Los castillos de Solera y
Belmez, así como Huelma. También en la vertiente occidental de Sierra Mágina
tenían la villa de Cambil, Pegalajar y La Guardia de Jaén.
El resto de las zonas
recientemente conquistadas por Fernando III, se encomendaron al Concejo de
Baeza como el adelantado mayor de la frontera, don Sancho Martínez de Xódar.
Entre los términos de
Baeza, se incluyeron, según señala el documento de 18 de mayo de 1231 en el que
Fernando III delimita los términos de la ciudad, en su límite meridional, la
villa de Torres y el Castillo de Jandulilla. Entre ellos, y también formando parte
del afoz baezano quedaba la villa de Garciez.
Desaparecido Castillo de Jandulilla |
Pocos años mas tarde,
los términos de Baeza fueron ampliados por Fernando III. En un documento
fechado el 6 de abril de 1243, el rey concede al concejo baezano los castillos
de Huelma y Belmez, que aún estando en poder musulmán, y los castillos de
Chincóyar y Ablir, que en aquel momento eran detentados por Sancho Martínez de
Xódar, a condición de que quedasen en poder don Sancho hasta su muerte y que el
concejo de Baeza respetase los pactos que aquél tenía hechos con los moros que
habitaban en estos castillos.
Castillo de Huelma |
Castillo de Belmez |
Con estas concesiones,
de llevarse a cabo la conquista de Huelma y Bélmez, la ciudad de Baeza tendría
el peso directo de la custodia de la frontera, ya que la línea formada por
Huelma, Bélmez y Torres, constituiría un conjunto defensivo homogéneo avanzado
hacia tierras musulmanas, en el que sólo hubiera quedado fuera del control de
la ciudad el Castillo de Solera, de don Sancho Martínez de Xódar.
Don Sancho Martínez de Xodar |
Como ya hemos
mencionado anteriormente, en 1243 Fernando III donó los castillos de Chincóyar
y Ablir al Concejo de Baeza, pero Alfonso X el 6 de julio de 1260 donaría estos
castllos más el de Cuadros, a la noble catedral de la noble ciudad de Jaén, en
las mismas condiciones en que Fernando III los había concedido al concejo de
Baeza anteriormente: que quedasen en poder de don Sancho hasta su muerte.
Castillo de Bedmar |
Torreón de Cuadros |
Posteriormente, don
Sancho consiguió aumentar sus dominios a costa del término de la ciudad de
Baeza. Concretamente, pasó a su poder la villa de Garciez, que le fue donada
por Alfonso X el 18 de marzo de 1269, y que le fue entregada por los jurados de
Baeza D. Gil Pérez y D. Pedro Ruiz el
martes 10 de octubre del mismo año.
Castillo de Albanchez de Mágina |
Albanchez posiblemente
debió de pertenecer a don Sancho Martínez de Xódar, pues tenemos constancia que
Alfonso XI compró el castillo el 20 de enero de 1338 por 15.000 maravedies a Ruy Fernández de Xódar.
La crisis castellana
se inició en 1275 con la muerte del heredero de la corona, el infante don
Fernando de la Cerdá, cuando se dirigía a combatir a los benimerines. La
vacante en la línea sucesoria provocó una guerra civil entre el rey Alfonso X y
el segundo de sus hijos, Sancho IV, que se prolongó hasta la muerte de aquél en
1284.
Muhammad II |
Por su parte Muhammad
II, que había sucedido en el trono a su padre en 1273, aprovechó esta situación
para desembarcar en la península en 1275, e inició nuevos enfrentamientos con
Castilla.
Esta etapa de lucha
duró hasta 1309.
Fernando IV El Emplazado |
Fernando IV, una vez
alcanzada la mayoría de edad, pacificó el reino y lanzó una ofensiva contra
Granada con el apoyo de aragoneses y merinies, que habían abandonado la alianza
con los nazaríes.
Ante la amenaza que
representaba para Granada esta alianza, Muhammad III se vio obligado a pedir
nuevas treguas.
Muhammd III |
También el Concejo de
Baeza vio alterados sus límites en esta época. En primer lugar el infante don
Sancho, en plena lucha contra su padre Alfonso X, donó el 26 de agosto de 1283
la villa de Jódar, al concejo de Baeza, aunque esta donación nunca se llevó a
efecto.
Por otro lado, la
villa de Torres, perteneciente al alfoz baezano, fue seaprada de la jurisdicción
de esta ciudad por el ya rey Sancho IV, quien en 1285 la donó a la Orden de
Calatrava.
El potente señorío de
don Sancho Martinez de Xódar, quedo reducido a dos pequeños señoríos, el de
Jódar y el de Garciez.
La ciudad de Baeza, al
ser separada de su jurisdicción la villa de Torres, perdió todo contacto
directo con la frontera, y su papel en cuanto a la defensa del territorio se
vio notablemente disminuido.
La mayor
responsabilidad en la defensa de la frontera va a pasar ahora, gracias a las
donaciones de Sancho IV y Fernando IV, a las órdenes militares, concretamente
la de Santiago a través de Bedmar, y la de Calatrava a través de Torres, que
son en estos momentos los castillos fronterizos más cercanos al territorio
musulmán.
Orden de Calatrava |
Orden de Santiago |
El siglo XIV fue relativamente
tranquilo en esta zona fronteriza.
El único cambio
importante que se va a producir en estos años fue la conquista de Bélmez por el
infante don Pedro en 1316.
Tras la conquista de
Bélmez, el concejo de Baeza debió de reclamar la posesión de ese castillo
amparándose en la donación que de él le hiciera Fernando III en 1243, y quizá
en un primer momento el concejo de Baeza obtuvo su custodia, pues en 1320 su
alcaide era Pero Diez de Toledo, alcaide también de Bejijar, villa ésta
dependiente de Baeza. Pero poco tiempo después Belmez pasó a poder de los
señores de Jodar.
Otra familia que va a
obtener un señorío en el valle del Jandulilla en estas fechas es la de los
Carvajal.
Los Carvajal eran una
familia de hidalgos baezanos que a mediados del siglo XV ya habían tenido algún
protagonismo en la lucha contra los moros y en las luchas internas de la
ciudad, enfrentados a los Benavides.
Pero su ascenso a un
primer plano político y social en la zona les a va venir de manos de un importante
personaje del reinado de Enrique IV, el maestre de Calatrava don Pedro Girón,
de quien Día Sánchez de Carvajal, el fundador del señorío, era criado.
don Pedro Girón |
Cuando Juan II cedió a
su hijo Enrique el reino de Jaén como principado, éste hizo grandes mercedes a
don Pedro Girón en Jaén, concretamente le donó el diezmo y medio diezmo sobre
todo el tráfico con Granada realizado a través de los puertos fronterizos,
especialmente el de Quedsada; los portazgos de Ubeda, Baeza y Jaén y el
almojarifazgo y la escribanía de las rentas de Jaén.
A estos bienes se
unirían, lógicamente, las posesiones de la Orden de Calatrava en el reino de
Jaén, lo que otorgó a don Pedro Girón un gran poder en todo este reino.
Castillo de Jódar |
Jódar, importante
enclave fronterizo que dominaba el acceso al pasillo del Jándulilla, y
equidistante de las ciudades de Ubeda y Baeza, fue pronto objeto de interés por
parte del maestre de Calatrava.
El maestre de
Calatrava, una vez adquirida la villa de Jodar, nombró alcaide de ella a Día
Sanchez de Carvajal, quien el 17 de marzo de 1463 prestó pleito homenaje por su
castillo a don Pedro Girón.
La otra villa del
valle del jandulilla que pasó a poder de Día Sanchez de Carvajal fue Bélmez.
Cuando estalló la
guerra abiertamente en 1465 tras la desposición de Enrique Iv por parte de la
nobleza sublevada en Avila, el príncipe don Alfonso, que había sido proclamado
rey, inició una política de recompensa a sus seguidores mediante la
confiscación de bienes de los seguidores de Enrique IV.
Al igual que a
comienzo de este artículo hacíamos mención sobre las primeras disputas existentes
entre los moros y cristianos por hacerse por esta zona geográfica de Jaén,
éstas pasaron a ser internas entre partidarios cristianos de uno y otro bando.
Fuente
Este artículo es resumen de la Tesis Doctoral titulada Una tierra fronteriza en la baja Edad Media: la zona meridional del reino de Jaén, defendida el 4 de Julio de 1985, obteniendo la calificación de Apto cum laude por unanimidad.
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