martes, 27 de septiembre de 2016

PLAZA DEL MERCADO Y DE LA LEÑA (1ª Parte)





Las plazas del Mercado o del Cañuelo y de la Leña, formaban un amplio espacio abierto entre la vieja ciudad intramuros y los arrabales extendidos hacia el Norte, pertenecientes a la collación del Salvador.

Forma oblonga


La primera, de forma oblonga fue un emplazamiento destinado para juego de toros y cañas, así como para el paseo, concebida así como una auténtica plaza mayor.  





De estructura irregular, estaba rodeada de soportales con sus casas tienda: la fuente del Cañuelo (hoy fuente de la Estrella), dividía este espacio de la plaza de la Leña, encrucijada y punto de unión de las principales calles que se ordenaron: las de San Francisco, San Pablo y las Barreras.


Confluencia de las Calles San Pablo (enfrente), San Francisco (izquierda) y las Barreras (derecha) 


Se trata pues, de dos espacios diferentes, pero complementarios por la continuidad de sus estructuras, por lo que resulta aconsejable analizarlas conjuntamente.






El origen histórico de la plaza del Mercado puede remontarse a la época de la dominación musulmana, según Javier Aguirre Sábada, basándose en el análisis toponímico de la vecina torre de los Aliatares o Altares, como referente al mercado de los “alatares”, donde estaban los perfumistas o drogueros, desechando la popular aceptación de la misma como perteneciente a la supuesta tribu árabe de los Aliatares.





Visión actual de la Torre




Sin embargo la conformación actual de la plaza, deriva de las postrimerías del siglo XV y principios del XVI, respondiendo al fuerte crecimiento poblacional de  aquella época.

El Concejo de Baeza tuvo que actuar en varias ocasiones con firmeza para evitar la apropiación indebida y desordenada de los terrenos existentes en los arrabales. Hacia 1504 ya existían varias causas judiciales contra diferentes vecinos que habían construido, con licencia o sin ella, casas en los arrabales.

(Un arrabal (del árabe hispánico arrabá, y este del árabe clásico raba) es una agrupación orgánica (sin planeamiento urbanístico previo) de viviendas y comercios, normalmente asociado a clases bajas.)

Toda aquella zona se conformó como Plaza, aprovechando la vaguada natural que bajaba por la calle de San Pablo hacia el Camino Real de Jaén, junto a la Puerta del Cañuelo (ya desaparecida) y la Torre albarrana de los Aliatares o Altares.


Torre de los Aliatares


En esta plaza se concentraron a principios del siglo XVI las principales actividades artesanales de la ciudad, en especial las industrias de los tintes, cuyos productos eran muy apreciados en toda España, según Pedro de Medina.


Libro de la Verdad de Pedro de Medina


En 1531 don Carlos I dio licencia a la ciudad para que los tintoreros usasen el remanente de la fuente del Cañuelo en sus establecimientos, a cambio de un censo de 50.000 maravedís aplicados a sus eventuales reparaciones.




El concejo de Baeza, también tuvo que controlar el asentamiento de mercaderes y tenderos, hasta el punto que aún hoy día perduran los orígenes gremiales en la denominación de los soportales del actual Paseo: Portales Tundidores, Portales Zapatería (Zapateros), Portales Carbonería (Carboneros) y Portales Alhondiga (panaderos).



Portales Tundidores en la actualidad

Portales Zapatería en la actualidad


Portales Carbonería en la actualidad


Portales Alhóndiga en la actualidad



La importancia que le dio el Concejo de Baeza para que todos los comercios se mantuvieran cercanos, que en 1524 con siguió una facultad real para que el corregidor ordenase a los “especieros, zapateros y tenderos” mantuviesen sus “tiendas y mercaderías” en la plaza, mercado y calles donde antiguamente solían estar, en lugar de repartirse por los arrabales de la ciudad". Así también favorecía al Concejo el cobro de las rentas de alcabalas y otros impuestos de la época.

La mayor parte de los solares y casas de la plaza del Mercado estuvieron en manos de vecinos particulares, muchos de ellos pertenecientes a sectores privilegiados del clero y de la nobleza local, y explotados en régimen rentista.

Las funciones mercantiles y artesanales de aquella zona, darían lugar a inmuebles alargados, con una tienda y portal o voladizo hacia la plaza, taller en la parte trasera y vivienda en los pisos superiores.

También el Concejo disfrutaría de la posesión de terrenos, sobre todo aprovechando solares de realengo a lo largo de la línea de las murallas, donde se construyeron a lo largo del siglo XVI  los Pósitos Viejo y Nuevo, y la Alhóndiga Zaída.

En los soportales de antiguo, se ubicaban los “puestos de los feriantes” que les servían de preciso abrigo y cobijo, dado que las ferias anuales del Mercado tenían lugar entre el 30 de noviembre (San Andrés) y el 15 de diciembre.

Antiguamente, la plaza en su tránsito hubo un pórtico angulado y avanillado con sus puertas, otros portales de la línea de la plaza con altares y el enterramiento de la obra pía de los Niños Expósitos: nada de esto existía a mediados del siglo XVIII.


Fotografía de la plaza de la leña a principios de siglo



Fotografía actual de la plaza de la leña. Ya no existe el pórtico angulado


Como hemos dicho anteriormente, a mediados del siglo XVI la plaza del Mercado servía para la celebración de fiestas de toros y cañas, y el levantamiento del Pendón en las proclamaciones reales. Rodeada estaba de casas y desde sus ventanas “altas” se podía ver tales espectáculos.






(Fin de la primera parte)



Fuentes:


Patrimonio Arquitectónico y Urbano en Baeza. Siglos XV al XVIII. Autor José Policarpo Cruz Cabrera



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