Rey Juan |
Es sabido por los
libros de historia de la mala relación entre los Carvajales y los Benavides,
dos familias enfrentadas y cuyas reyertas dieron lugar a que la Reina Isabel la
Católica tomase la decisión de demoler el Alcázar y sus murallas.
He querido investigar
más sobre esta cuestión y qué clase de reyertas tenían estas dos familias como
para que la reina tomase esta decisión tan drástica que dejó a esta bella
ciudad, sin el monumento más importe con el que contaba la ciudad.
Uno de los relatos
sobre los enfrentamientos entre los Carvajales y los Benavides los encontramos
en el año 1441.
Por mandato del Rey,
entregaron:
EL ALCAZAR DE BAEZA: a
Don Diego de Godoy, Diego López de Cózar, Juan de Tarancón, Pedro Aznar,
Bartolomé de Navarrete, Pedro de Padilla, Miguel Díaz de Navarrete, Rodrigo de
Salcedo, Juan Díaz de Navarrete, Pedro de Narváez, Pedro de Segovia, Andrés de
Ribidilla y Adán López de Santisteban.
TORRE DE LOS ALIATARES:
a Don García de Calbete y a don Rodrigo de la Cueva.
LA PUERTA DE LA
AZACAYA: a Don Juan Rodríguez de Córdoba
LA PUERTA DEL POSTIGO:
a Ferrán Sánchez de Segovia
LA PUERTA DEL TORRITO:
a Juan de Hinojosa
EL CASTILLO DE IBROS:
a Juan de Molina (hijo del tesorero Antón Ruyz de Molina)
EL CASTILLO DE
VILCHES: a Juan Alfonso de Rus
Lope Sánchez de
Valenzuela, en venganza del la muerte de Alfonso de Valenzuela (su primo) junto
con Ruy Diaz de Argote Alcalde de Martos, Juan Pérez de Valenzuela y Rodrigo
Comendador de Torres, recorrieron el termino de Linares para robar el ganado
existente en dicho término.
Fue construido a finales del S. XV como fortaleza de Lope Sanchez de Valenzuela (Caballero de Santiago y Gobernador de Canarias, casado con Isabel Cerón). |
Tras conocer estos
hechos, se pusieron en camino hacia Baeza, Diego de Benavides y Manuel de
Benavides, con gran número de soldados procedentes de Santisteban, Jabalquinto,
Ubeda, Andújar y de Linares.
Diego de Benavides |
Por aquellos tiempos,
el Rey había confiado la defensa de la Ciudad a la familia Carvajal, en este
caso a don Día Sánchez de Carvajal (padre de don Alfonso de Carvajal) que por
su edad, linaje, reputación y deudos era el mas estimado caballero de los Carvajales.
Tras ser conocida la
partida del Señor de Benavides hacia la Ciudad de Baeza desde Santisteban, éste
se dispuso para defender la ciudad junto a Lope Sanchez de Valenzuela, Juan de
Fuenmayor, Ruy Díaz Cerón, Juan Díaz de Navarrete, Gómez Fernández de Varea,
Rodriguez de Biedma, Rodrigo Mejía, Rodrigo de Mendoza, Ramon Corvera, Pedro de
Biedma y otros muchos caballeros.
Dispuso para la
defensa del Alcázar a don Diego López de Cózar, Gonzálo de Torres, Fernando
Godoy y Pedro Moreno. Para la Torre de los Aliatares, a don Rodrigo de la Cueva
y a Pedro López de Navarrete. Para la Puerta de Jaén a don García del Castillo.
Para la Puerta el Postigo a don Anton Ruyz de Torreblanca.
En aquella ocasión,
los Benavides no pudieron tomar la ciudad, ni siquiera una sola almena de su
fortaleza, pero no sería la única vez que lo intentase.
No sólo los Benavides
tenían como rivales a los Carvajales, sino también a la Familia Molina de Úbeda
y es por ello que un año mas tarde, en 1442 emprende otra contienda contra esta
familia para posteriormente dirigirse de nuevo hacia Baeza.
Don Diego de
Benavides, Señor de Santisteban del Puerto y don Manuel de Benavides, Señor de
Jabalquinto junto con caballeros de Andújar y Linares, y algunos caballeros de
Úbeda que los apoyaban y que eran contrarios al linaje de los Molina,
emprendieron una nueva contienda, en esta ocasión contra la Familia Molina,
dando como resultado la ocupación del Alcázar de Úbeda, echando de esta ciudad
a todos cuantos eran partidarios de esta familia nobiliaria. Esto sucedió el
día de San Llorente.
Animados por la
victoria y creyéndose invencibles, quisieron hacer lo mismo con la Familia
Carvajal en Baeza, pero no lo consiguieron.
Un año mas tarde de
esta contienda (en 1443), el Rey cede a la princesa la ciudad de Baeza, noticia
que no fue bien recibida por la Ciudad de Baeza, enviando al Alguacil Mayor don
Juan de Montalvo para convencerle de lo contrario, pues querían seguir
perteneciendo a la Corona Real.
El mismo año, muere
don Luis González de Guzman (Maestre de Calatrava). A consecuencia de dicha
muerte, el Rey envía a Baeza a Juan de Fuenmayor, a quien en enmienda de su
destierro, le entregaría el Alcazar de Baeza siendo Regidor de la Ciudad don
Alfonso de Carvajal.
El por entonces
infante Enrique, estaba en contra de don Juan de Guzmán, hijo del Maestre de
Calatrava fallecido, y para reforzar su poder, decide enviar a la ciudad de Baeza
también a Rodrigo Manrique (sobrino de Día Sánchez de Benavides). No tardó el
Concejo de Baeza en quejarse ante el rey por haber tomado dicha decisión, pues
era conocido el parentesco con el Señor de Santisteban y existían rencores
entre ambas familias nobiliarias.
La Ciudad de Baeza
temía que un aliado de los Benavides como lo era Rodrigo Manrique, la
destruyera, robara o matase a los carvajales. Haciendo hincapié en la sangre
derramada por la Familia Carvajal en nombre del rey, intentó en vano que éste
cambiase de opinión y pronto, esas rivalidades que antes habían existido fuera
de las murallas de Baeza, se trasladaron dentro de ella.
De todos es conocido
que Rodrigo Manrique tuvo un hijo, Jorge Manrique el cual junto a los Benavides
emprendió batalla dentro de la Ciudad. Inmersoo en las luchas de bandos,
participa en Baeza, desobedeciendo al rey, en la lucha entre Juan de Benavides,
a quien le ligaban intereses de linaje y Diego Fernández de Córdoba, mariscal
de Baena, que le lleva a la cárcel durante unos meses.
Jorge Manrique, el más
acusado prototipo del caballero literato medieval, también estuvo dedicado a la
vida militar, hecho que le vincula con Baeza, como el casamiento de su hija
Luisa con uno de los hijos Benavides, propietarios del palacio de Jabalquinto,
posterior sede de la Universidad. Asumió la línea de actuación política y
militar de su familia, combatió a los musulmanes, se enfrentó a Enrique IV de
Castilla y apoyó a los Reyes Católicos en su subida al trono.
Enrique IV tomó una
nefasta decisión al desoír los consejos de la Ciudad de Baeza. Primero porque
al permitir la entrada a Baeza a don Rodrigo propició que su hijo finalmente se
enfrentase al Rey, pues éste era partidario de los Reyes Católicos no de él; y
en segundo lugar, porque las disputas por hacerse con el Alcázar de Baeza se
acentuaron entre los Carvajales y los Benavides, dando lugar a que finalmente
Isabel la Católica tuviera que interceder promulgando su total demolición en 1477.
Alcázar de Baeza |
Hemos de reseñar que,
paralelamente a su política de recuperación de fortalezas, los Reyes Católicos
no dudaban en ordenar el derribo de alguna de ellas, sin consideraban que ello
era conveniente para sus fines pacificadores, dado que existían luchas internas
que eran utilizadas como focos de inestabilidad y dejaban de ser utilizadas
para el fin por el que habían sido construidas, asegurar la defensa de una
localidad.
Isabel la Católica |
Este es el caso del
alcázar de Baeza, que la Reina ordenó derribar junto a ciertas torres que
habían sido fortalecidas en la ciudad en contra de las disposiciones reales. La
demolición se llevó a cabo a pesar de que algunos grupos baezanos advirtieron a
los Reyes del peligro que ello supondría ante un posible ataque granadino.
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