El milagro de la lluvia representado en la Columna de Marco Aurelio en Roma |
Entre las muchas
victorias que gozó Roma durante su vigencia, hoy destacamos la de MARCOMANA con
un efecto milagroso, que alcanzó con su oración una cohorte de Baeza cristiana
de profesión, aunque soldados del Imperio.
Las guerras marcomanas
fueron una serie de batallas que duraron 24 años durante el imperio de Marco
Aurelio, su coemperador Lucio Vero y su hijo y sucesor Cómodo, desde 165 hasta
189, que enfrentó al Imperio romano con marcomanos, cuados y otros pueblos
germánicos ribereños del Danubio.
Marco Aurelio encabeza las tropas romanas que atraviesan el Danubio mediante un puente de barcas para invadir el territorio bárbaro. |
Marco Aurelio tuvo que
hacer frente al mayor intento de invasión bárbara desde los tiempos de la Roma
republicana. Los frentes del Danubio y el Rin se vieron sacudidos por una
oleada de ataques que no pudieron ser detenidos por las escasas guarniciones
con que contaban los limes ya que la mayoría de las legiones se encontraban
regresando de la campaña contra los partos.
Campañas de 171 a 175 contra los germanos. |
Durante esta campaña
marcomana la Legio XII Fulminata permaneció en su fortaleza junto al César,
mientras el resto de las tropas siguió su marcha hasta que una enorme fuerza de
cuados y marcomanos rodeó su campamento y lanzó un gran ataque, actuando como
una formación romana rodeando el campamento con un movimiento de pinzas. Los
legionarios resistieron, a pesar del agotamiento por la sed y el calor. Cuando
la fortaleza estaba a punto de caer los romanos vieron como un rayo impactó
sobre la torre de asedio enemiga y la incendió, desatándose una lluvia
torrencial, que hizo huir a los germanos. El hecho fue conocido como el Milagro
de la lluvia; algunos lo atribuyeron a las oraciones de los soldados cristianos
de Baeza, al ver el desastre casi inevitable para el y su legión, ordenó hacer
un sacrificio a sus dioses, lo que fue recompensado con el milagro mencionado.
Esta batalla suele ser fechada en la campaña
de 172, aunque otros autores la sitúan en la de 173 o 174.
Para los legionarios
fue una señal de la providencia divina, que los acompañaba, incrementando su
moral, lo que les permitió continuar con el plan original y avanzar hacia las
montañas por el río, sin oposición por parte de los germanos; siguieron
marchando hasta que los fuertes vientos, granizos y lluvias les hicieron
retroceder. Los germanos veían estas tormentas como terribles y, como
interpretaban su anterior derrota como castigo divino, desistieron de resistir.
Los marcomanos ante el fracaso de su ataque y las terribles consecuencias de la
ocupación imperial optaron por el sometimiento y acordaron la paz, cuyas
condiciones, impuestas por Marco Aurelio, fueron durísimas, teniendo que
entregar gran parte de su ganado, caballos y 13 000 prisioneros enviados a
Italia por el César para repoblarla.
Según nos cuenta El
Padre Francisco de Torres haciendo referencia a este hecho tan insólito,
después de tan feliz suceso hizo merced el Emperador en común y en particular a
los christianos, reconociendo en el hecho la victoria por efecto de sus
oraciones, mandó debaxo de graves penas, tales, porque dexemos otras, lo de
quemar vivos, que ningúno acusase a los christianos por sólo serlo, como se
hacía antes; cesó con este decreto la persecución de la cohorte en su cabeza,
dando títulos de honor a Baeza, de noble y a la Legión Duodécima.
En agradecimiento
a tal victoria la cohorte levantó una
estatua al Emperador y en la vasa que era triangular, estampó por hieroglificos
la victoria, en un plano puso un Aguila abierta las alas contra un globo
deividido con dos zonas y ellas cruzadas entre sí, y todas partes mucho fuego.
En el segundo con una mano, y con otra levantada un a palma. En el tercero esta
inscripción:
IMP.CAES.
ANTO.
AVG. COH.
BAETORVM.
P.E.
También atendiendo
Baeza a la mesma obligación de gratitud hizo demostración de ella en algunas
medallas, que batió en honra del Emperador: una por sí, otra por su cohorte; en
las primeras puso el título de noble a sombra de su autor, confesando averle
recevido dél.
Las segundas monedas
fueron por la cohorte, frisan mucho con los hieroglificos de la basa; muestran
de un reverso la victoria, ofreciendo con la mano derecha una corona, y entorno
COH.AVG.COHRS AVGVTALIVM, y de el otro el rostro y nombre del Emperador, con
que los Augustales descendientes de los otros soldados de este mesmo nombre,
que fundaron la colonia de Baeza, avían dado la victoria al emperador. Tengo algunas
dudas de estas medallas que se han hallado dentro y fuera de Baeza; todas
tienen de peso dos dragmas, son de cobre, pero bien labradas, las letras
colonia nobilis están dentro de una corona cívica:
Fuentes:
Historia de Baeza.
Padre Francisco de Torres
Wikipedia
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