D. Ambrosio Suarez del
Agila, en el compedio que escribió de la nobleza de España, nos relata que
estando D. Rodrigo de Narváez (Obispo de
Jaén) en la ciudad de Baeza, tuvo conocimiento que el rey moro de Granada envió
sobre Jaén a su principal capitán Reduan con 5.000 caballos y 80.000 infantes,
por lo que éste se dirigió inmediatamente hacia Jaén, con un escuadrón formado
por 500 caballos.
Entró en la ciudad y combatió al moro, dando muerte a Reduan,
su principal jefe. En ese mismo año, en 1411 reedificó la ermita de Santa
Olalla, la cual es encontraba en el término de Baeza, la cual tenía dos
imágenes, una del Cristo Crucificado y otra de su benditísima Madre.
Este año fue muy
celebre este santuario por un milagro que Dios obró en Doña María de Mendoza,
consorte de Día Sánchez de Benavides, caudillo mayor del obispado de Jaén. Nos
dice que estaba tullida en todo su cuerpo. Por consejo del Obispo Rodrigo de
Narváez, fue llevada a andas a ésta ermita a tener novenas, y en presencia de
éste Obispo, nobles y escuderos, sanó y volvió a Baeza completamente sana.
Por este motivo, el
Obispo honró a la ermita con edificio y renta.
Según se nos relata en
el Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de la diocesis de Jaén y
Baeza, la Ermita de Santa Olalla, se encontraba en la parte septentrional de Úbeda, entre ésta y la villa del Mármol.
Por aquella época, la Ermita de la Virgen de la Yedra, también era conocida como la Emita de Santa Olalla o del Cristo de la Yedra.
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