Fue hidalgo y un
notable ingeniero y matemático español, aunque él se consideraba más como
inventor que cualquier otra cosa. Alcanzó una gran notoriedad en su época,
llegando a presidir la Real Academia de las Ciencias durante varios años.
Ingeniero, inventor y
pensador, trabajó desde mediados del siglo XIX en el desarrollo de autómatas y
sistemas de control remoto que ahora son reconocidos como grandes hitos en la
historia de la ingeniería. Dos de sus inventos más importantes fueron el
"Telekino", un sistema de control remoto y "el
Ajedrecista", una máquina capaz de jugar al ajedrez de manera autónoma
Primer aparato de radiodirección del mundo, creado por Leonardo Torres Quevedo |
Leonardo Torres
Quevedo, hijo de Luis Gonzaga María Torres Urquijo, y de Valentina de Quevedo y
Maza, nació el 28 de diciembre de 1852 en Santa Cruz de Iguña, Molledo
(Cantabria) y falleció en Madrid el 18 de diciembre de 1936. En 1885 contrajo
matrimonio con Luz Polanco y Navarro, con la que tuvo ocho hijos.
Su abuelo paterno,
José Luis (Gonzaga) Torres Vildósola nació el 20 de junio de 1772 en
Cucquiarachi, en el Presidio/Fuerte de Fronteras (Santa Rosa de Corodehuachi),
Provincia de Sonora, Reyno de Nueva España (actualmente Méjico). Era hijo
póstumo del Teniente de Dragones del Regimiento de Méjico Don Joaquín Torres
Luque (natural de Baeza, Jaén), y de Doña Mª Gregoria Vildósola Anza (nacida en
el mismo Presidio). Se instaló en Bilbao hacia 1810.
Teleférico sobre las Cataratas del Niagra |
La abuela paterna de
Leonardo, Cayetana Mª de Urquijo Avendaño, era natural de Bilbao. El abuelo
materno de José Luís (Gonzaga), Gabriel Antonio Vildósola y Gamboa, era Capitán
de Dragones del mencionado Presidio. En abril de 1776, Mª Gregoria, que había
enviudado en 1771, solicitaba los permisos para hacer viaje a los Reynos de
Castilla, junto con su hijo José Luis y sus padres: Gabriel, y Josefa Gregoria
de Anza Bezerra-Nieto. Sus abuelos maternos fueron Don José Manuel de Quevedo y
Doña Apolinaria de la Maza y Escalera.
José Luis (Gonzaga)
obtiene un expediente de hidalguía el 20 de febrero de 1793, como consta en un
largo expediente de más de 800 páginas que se encuentra en el Archivo Foral de
Bizkaia, en el que figura como residente en Zeánuri (Vizcaya). En el mismo se
certifica su condición de descendiente, por parte de padre, de familias de caballeros,
escuderos e hijosdalgos (…de los Torres, «Caballeros, Escuderos Hijosdalgo» en
Andalucía, y nieto de un «veinticuatro perpetuo» de Baeza, en Jaén), además de,
por parte de madre, de la de Vínculo y Mayorazgo de las Casas Solares e
Infanzonas de Vildósola y Gamboa, en Castillo-Elejabeitia (ahora llamado Artea,
de Vizcaya). Durante nueve meses realizó gestiones para demostrar su
genealogía, viajando a Baeza y a Madrid para obtener las certificaciones y
declaraciones exigidas en este proceso, siendo la razón de iniciarlo que
necesitaba acreditar la condición de hijosdalgo y de limpieza de sangre para
ocupar el oficio de Capitán de una de las dos Compañías formadas para la
Custodia de Costas y Puertos del Señorío de Vizcaya. Casado con Cayetana María
Urquijo Abendaño, natural de Bilbao, tuvo diez hijos, entre ellos a Luis (en
1818), padre de Leonardo Torres Quevedo.
Leonardo, en su
juventud residió en Bilbao en donde en 1868 terminó sus estudios de
Bachillerato, marchándose a Paris durante dos años para continuar con sus
estudios. En 1870 se trasladó, junto con su familia, a vivir a Madrid, y un año
más tarde ingresó en la Escuela Oficial del Cuerpo de Ingenieros de Caminos,
pero suspende temporalmente sus estudios en 1873 para acudir como voluntario a
la defensa de Bilbao, que había sido sitiada por las tropas carlistas durante
la Tercera Guerra Carlista. De vuelta a Madrid finalizará sus estudios en 1876,
al poco tiempo de restaurarse la monarquía, siendo el cuarto de su promoción y,
al término de los mismos, tras heredar en 1868 una gran fortuna de los
Barrenechea, se dedicó a ejercer la ingeniería y a viajar por toda Europa para
ampliar sus conocimientos. En 1885 regresó a España, iniciando así su gran
trayectoria científica e inventiva, en los campos de aeronáutica, automática,
ingeniería y matemáticas.
Las invenciones de
Torres Quevedo abarcaron muchos campos. Fue la segunda persona en el mundo en
demostrar el control remoto inalámbrico, superado en el logro solo por Nikola
Tesla. En 1903, diseñó y construyó el primer aparato de radiocontrol del mundo,
el “telekino”, que consistía en un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas
mediante ondas de radio, presentándolo en la Academia de Ciencias de Paris.
Sus diseños de
aeronaves fueron utilizados por franceses y británicos durante la Primera
Guerra Mundial (1914–1918).
Fue uno de los principales diseñadores de
teleféricos del mundo, así, en 1907, construyó el primer trasbordador para el
transporte humano, en el Monte Ulía (San Sebastián). Construyó muchos otros,
mediante la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería de Bilbao, por ejemplo
en Chamoix, Bolzano o Río de Janeiro. Pero el más famoso fue el construido
sobre las Cataratas del Niágara en la frontera entre Estados Unidos y Canadá,
llamado "Spanish Aerocar", con una longitud de 580 m, que se inauguró
en pruebas en 1916, siguiendo hoy en día, un siglo más tarde, en pleno
funcionamiento y siendo una gran atracción turística.
El Spanish Aerocar fue inaugurado en 1916. |
En 1902 presentó en
las Academias de Ciencias de Madrid y Paris un nuevo modelo de dirigible
–semirrígido–, con muchas mejoras respecto a los ya existentes –rígidos como el
Zeppelin, y flexibles– que solucionaba el grave problema de suspensión de la
barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban de
rigidez al dirigible por efecto de la presión interior. Se asoció con la
compañía francesa Astra para su fabricación.
En 1914 publicó una
memoria titulada "Ensayos sobre Automática". Con este trabajo Torres
Quevedo muestra la posibilidad de diseñar un computador digital electromecánico
20 años antes de que se empezaran a construir.
No obstante, su
creación más notable fue “El Ajedrecista”, una máquina que funcionaba por
algoritmos y que podía jugar al ajedrez contra un oponente humano de forma
totalmente automatizada. Construyó dos, el primero en 1912 que fue expuesto en
Paris, y el segundo en 1920 con la ayuda de su hijo, que puede considerarse
como el primer juego de ordenador (analógico) del mundo.
Fuentes:
hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es
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