domingo, 30 de octubre de 2016

D. ANTONIO PONZ, y su descripción de Baeza a principios del siglo XVIII (2ªParte)






A dos leguas de Linares está un sitio que llaman el Portachuelo de la Xara; y á su lado de oriente, cerca el camino de Baeza, y una legua de la nueva Población, llamada el Hospitalillo, se encuentra la mina de los Palazuelos, donde se ven las ruinas de una gran Casa y Castillo, que sin duda se hizo para guardar dicha mina, abundantísima de plata. 


Mina de Palazjuelos

Restos arqueológicos de Palazuelos



Según historias remotas, era posesión de aquella Señora Hemilce, que casó con Anibal, viviendo en Castulo o Cazlona; y este sin duda es el pozo que Estrabón, Plinio y otros Autores clásicos llaman de Anibal Bebelo.

Pertenece hoy su propiedad á la Ciudad de Baeza, por provisión ganada á su favor en 1550, para que Sancho Venero, Gonzalo Rodriguez y Compañeros no trabajasen mas en dicha mina.


SOBRE EL REY MORO DE BAEZA

Tarif Abentarig o Abencaba (Abencotba), fue particularmente respetado de los Reyes también Moros de Córdoba y Toledo por sus riquezas. La tal mina o pozo tiene una profundidad de dos mil pies y su extensión es de una gran distancia, con arcos muy fuertes para sostener el terreno.

La figura de su boca es redonda como la de otros pozos: estuvo flanqueado de cuatro torres, con sus cortinas de muralla, que corrían de una á otra para su resguardo.

LAS FUENTES DE BAEZA

De las de Baeza ya le tengo escrito á V. alguna cosa, y añado que logra de dos manantiales muy copiosos, distante el de el agua mas exquisita solamente un quarto de legua de la Ciudad, al norte de la misma, en el sitio que llaman de Celadilla. 


Fuente de la Celadilla




Hay allí una cruz, como para señal, y debaxo corresponde un pozo de veinte y quatro varas de profundidad hasta concluir en dos, dirigiéndose á la famosa fuente del Exido, y desde allí empieza su repartimiento para las fuentes públicas y particulares del Pueblo, que no son muy pocas.

Como á la distancia de trescientas varas del origen de las referidas aguas hay otro abundante manantial, y aunque no son tan buenas para beber, son ultísimas para otros usos; y además tienen virtudes medicinales contra el mal de piedra, dolores de vientre, etc.. y sirven para los tintes de lanas que todavía se fabrican en Baeza, aunque no es una sombra de su fábrica antigua. En los términos de Ubeda y Baeza hay abundantes salinas.



OTROS ASPECTOS DE LA CIUDAD DE BAEZA


La indecente posada que le nombré a V. sé que la tiene totalmente reedificada y concluida, con la comodidad de once quartos para ensanche de los pasajeros, haciendo de paso un beneficio á los Propios y Real Pósito de esta Ciudad, á quienes pertenece la posesión. 

Hará pocas mejores por estas tierras; pero es menester que los dueños la tengan provista (como no lo dudo) de decentes camas, y lo demás necesario. 

Estas cosas acreditan los Pueblos, y atraen al pasagero. Quien sabe quantos curiosos que van á Córdoba, Sevilla, Cádiz, etc.., darán la vuelta que yo he dado por aquí para ver este precioso territorio, acaso el mejor de Andalucía, á lo menos para mi gusto, atendidas todas sus circunstancias.

Para llevar adelante otras empresas de extrema necesidad, como son la reparación de los caminos que salen de aquí á Jaén, y á esa Corte, tiene hechas eficaces representaciones; y lo mismo para reparar la curiosísima obra de la Cárcel, en cuyo edificio han vivido hasta poco há los Corregidores; pero lo ha abandonado por amenazar ruina en algunas de sus partes.

El gasto de esta compostura, según tengo entendido, podrá ascender á quarenta o cincuenta mil reales; y seria lástima que por tanta corta suma se abandone á su total ruina uno de los mas curiosos edificios de Baeza.

Verdad es que este trabajo no se debió fiar sino á Profesor acreditado, y de buen gusto, para que pusiese gran cuidado en conservar los ornatos exteriores.

Habiendo tratado yo con dicho Señor Corregidor sobre alinear de árboles un excelente paseo que queda á mano izquierda, saliendo de Baeza para Úbeda, me respondió que no haría tal cosa, porque siendo muchas las alamedas que llevaba plantadas en los diferentes Pueblos, en donde ha tenido el honor de servir á S. M., generalmente le habían sido cortadas por gente bárbara y pérfida cuyas experiencias, y las pesadumbres que tan infames acciones le causaban, se había entibiado su grande afición al importante ramo de los plantíos. Sin embargo yo sé de cierto que haría de buena gana lo mismo que en las demás partes donde ha estado, si viera afición en los demás y tuviera seguridad del buen éxito.

Por lo que toca á la policía interior de Baeza, no tardarán las calles á estar tan bien ó mejor empedradas que las Capitales de las Provincias, y aun que las de esa Corte.

Quando encuentro con el mando personas de este humor, todos los elogios me parecen cortos, y si en lugar de alabanzas tuviera premios con que remunerar a zelo, y eficacia, asegúrese V. que bien presto tendrían imitadores por todo el Reyno, aun quando á muchos no les viniese de inclinación.

Aunque ya estoy de marcha para Jaén, no quisiera se me quedase en el tintero ninguna especia notable de las que pertenecen á Baeza, y pueda agradar á V. : por tanto añadiré que sus principales edificios, es á saber, el de la Cárcel, y el de la Universidad, los tengo por de los Valdeviras Pedro ó Andres. El de la renovación de la Catedral por de alguno de sus mejores discípulos, y lo mismo el que fue de los Jesuitas posteriores, y ya habían muerto los Valdelviras.

Dicha Casa del Exido se entregó a una Sociedad para fábricas de lanas, pero poco o nada adelantó, y no ha mucho que la devolvió a las Temporalidades; esto es, muy deteriorado el edificio á pesar de su solidez y suntuosidad; pudiéndose temer que se verificará presto su total destrucción no teniendo destino, y necesitándose buenos fondos para volverle á su ser.

No es poca fortuna de que le he hablado a V. y su retablo: los demás se cedieron a diferentes Iglesias de este y otros Pueblos. ¡Buena Desgracia! No haber ocurrido ningún destino útil que asegurase siquiera su conservación. No había mejor que cedérselo al Señor Obispo para que lo destinase a su gusto, y con eso sería factible su compostura en las partes que aquellos infelices, e inconsiderados inquilinos lo echaron a perder.



 Fuentes: Trata de Andalucía. Autor: Antonio Ponz

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