La pintura del
arcángel San Miguel vencedor de los demonios, sobre la que se centra el
sencillo retablo interior, en madera dorada, da nombre a esta capilla, también
llamada de los Arcedianos por ser tales sus fundadores (Diego Luca y Francisco
de Herrera, canónigos de Jaén).
Se atribuye a
Vandelvira, por su composición con pilastras y ninchos en su interior. Se ha
comprobado en ella la mano de Ginés Martínez de Aranda (constructor Baezano de la Fuente de Santa María)
Su gran arco de medio
punto, con cartela en la calve, está flanqueado por pilastras en las que se
insertan hornacinas superpuestas que acogen, de abajo arriba, en la parte
izquierda las imágenes de San Pedro (desaparecida) y Santiago, y en la parte
derecha las de San Pablo y San Francisco.
Los pedestales se
decoran con angelotes y cartelas.
Las jambas o muros
laterales internos llevan los relieves del Bautismo de Jesús en el río Jordán y
las Tentaciones.
El entablamento se decora
con angelillos afrontados.
En las enjuntas se
recuestan dos figuras femeninas que sostienen cartelas con el nombre de los
fundadores: Don Diego de Luca y Don Francisco de Herrera.
El intradós del arco
está recorrido por figuras de las siete virtudes en correspondencia con los
siete pecados capitales, teniendo el nombre de la virtud en la cabecera y el
del pecado a los pies.
Sobre el friso
superior se aprecia un animado retablo del Santo Entierro, a cuyos lados se
abren dos hornacinas: una de San Juan Evangelista y otra de San Juan Bautista.
Sobre él, dos figuras
femeninas y, a sus lados, dos escudos heráldicos de los fundadores.
El primero cortado y partido: tres fajas, águila bicéfala, espada con estandarte y dos calderos (de Luca).
El segundo, también cortado y partido: tres bastones coronados por luceros, banda entre dos lobos negros andantes, espada con estandarte y calderos (de Herrera).
El primero cortado y partido: tres fajas, águila bicéfala, espada con estandarte y dos calderos (de Luca).
El segundo, también cortado y partido: tres bastones coronados por luceros, banda entre dos lobos negros andantes, espada con estandarte y calderos (de Herrera).
La robusta y bien
cincelada reja, con columnas corintias de enormes fustes, es de un solo cuerpo
repartido en tres calles. Cada una de estas calles están “matizadas por
espléndidos balaústres y se remata con entablamento de friso con relieves de
corte grecorromano, proseguido con la común crestería puntiaguda. Fue realizada
por Bartolomé Gómez.
Fuentes: Baeza Histórica Monumental. Autor Juan Cruz Cruz
No hay comentarios:
Publicar un comentario