domingo, 23 de octubre de 2016

CAPILLA DE SAN MIGUEL. CATEDRAL DE BAEZA





La pintura del arcángel San Miguel vencedor de los demonios, sobre la que se centra el sencillo retablo interior, en madera dorada, da nombre a esta capilla, también llamada de los Arcedianos por ser tales sus fundadores (Diego Luca y Francisco de Herrera, canónigos de Jaén).





Se atribuye a Vandelvira, por su composición con pilastras y ninchos en su interior. Se ha comprobado en ella la mano de Ginés Martínez de Aranda (constructor Baezano de la Fuente de Santa María)





Realizada en 1560, fue más tarde policromada con un gusto barroco harto dudoso.





Su gran arco de medio punto, con cartela en la calve, está flanqueado por pilastras en las que se insertan hornacinas superpuestas que acogen, de abajo arriba, en la parte izquierda las imágenes de San Pedro (desaparecida) y Santiago, y en la parte derecha las de San Pablo y San Francisco.












Los pedestales se decoran con angelotes y cartelas.


Las jambas o muros laterales internos llevan los relieves del Bautismo de Jesús en el río Jordán y las Tentaciones.





El entablamento se decora con angelillos afrontados.



En las enjuntas se recuestan dos figuras femeninas que sostienen cartelas con el nombre de los fundadores: Don Diego de Luca y Don Francisco de Herrera.





El intradós del arco está recorrido por figuras de las siete virtudes en correspondencia con los siete pecados capitales, teniendo el nombre de la virtud en la cabecera y el del pecado a los pies.



Sobre el friso superior se aprecia un animado retablo del Santo Entierro, a cuyos lados se abren dos hornacinas: una de San Juan Evangelista y otra de San Juan Bautista.



El Padre Eterno mira desde el tímpano del pequeño frontón terminal.





Sobre él, dos figuras femeninas y, a sus lados, dos escudos heráldicos de los fundadores. 


El primero cortado y partido: tres fajas, águila bicéfala, espada con estandarte y dos calderos (de Luca).  




El segundo, también cortado y partido: tres bastones coronados por luceros, banda entre dos lobos negros andantes, espada con estandarte y calderos (de Herrera).










La robusta y bien cincelada reja, con columnas corintias de enormes fustes, es de un solo cuerpo repartido en tres calles. Cada una de estas calles están “matizadas por espléndidos balaústres y se remata con entablamento de friso con relieves de corte grecorromano, proseguido con la común crestería puntiaguda. Fue realizada por Bartolomé Gómez.

















Fuentes: Baeza Histórica Monumental. Autor Juan Cruz Cruz


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