Nació en Baeza a
finales del siglo XVI, pero no hemos podido encontrar su partida de bautismo
entre los libros sacramentales que se conservan.
Fue estudiante en la
Universidad de Baeza y allí obtuvo el título de maestro y ejerció la docencia.
Fue protegido por el obispo Baltasar Moscoso y Sandoval, que le nombro
Examinador Sinodal en 1624.
Baltasar Moscosso |
Nombrado prior del pueblo de Begíjar, más tarde lo fue de Bailén y, como tal, también comisario del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba en la localidad.
En el Archivo Parroquial de la Encarnación de
Bailén tampoco se conserva documentación de esta época, pero tenemos constancia
que se hallaba en esta villa al menos desde 1621.
Iglesia de la Encarnación de Bailén |
Por su testamento podemos
conocer algunos datos más de su vida. Está fechado en Bailén, a 23 días del mes
de marzo de 1649 ante el escribano Luis de Medina, al cual añade unas cláusulas
dos días después ante testigos, cuando su grave enfermedad ya no le permite
siquiera firmar. Muere ese mismo día, el 25 de marzo.
El testamento contiene también una escritura otorgada al testador por el Cardenal y Obispo de Jaén Baltasar Moscoso de Sandoval, firmada por el Secretario Licenciado Pedro Ruiz y fechada el 28 de agosto de 1621, la cual le concede licencia para otorgar testamento, atendiendo a las consideraciones habituales que se hacen:
"considerando la
brevedad de la vida humana y como no ay cosa mas çierta que la muerte ni mas
ynçierta que la hora della". En esta licencia le permite nombrar
herederos, teniendo en cuenta a "las iglesias donde aveis sido benefiçiado
cuios rreditos aveis llevado y goçado la qual dicha liçençia que para lo suso
dicho os damos sea y se entienda rreservando como rreservamos poder en nos y
nuestros suçesores para el coxer y tomar una pieça o joya de vuestros bienes
muebles y haçienda que mexor nos pareçiere".
La causa de la muerte de Francisco
de Rus Puerta nos es desconocida. Sólo sabemos que ocurre con relativa rapidez
—el día 23 hace testamento y muere el 26— y que este es un año —1649— en que la
peste azota duramente la provincia de Jaén, enfermedad que provoca la muerte en
escasos días a la mayoría de los afectados.
El testamento comienza con las
palabras habituales de la época en este tipo de documentos: la encomendación a
Dios y a la Virgen Santa María —hace especial mención a los santos José,
Francisco, Jerónimo y Marta a quien Rus Puerta tiene por abogados— y la
tradicional expresión "estando enfermo de el cuerpo e sano de la voluntad
y en mi buen juiçio seso y entendimiento natural tal qual dios nuestro señor
fue servido deme dar creiendo como firme y verdaderamente creo en el misterio
de la santisima trinidad que es dios padre hijo y espiritu santo tres personas
y un solo dios verdadero y en todo aquello que tiene y ace y confiesa la santa
madre yglesia de rroma".
Seguidamente siguen las mandas
testamentarias. La primera de ellas se refiere al lugar de enterramiento, que
había de ser "en la iglesia maior desta villa a la entrada de la puerta
maior y en ella se ponga una lauda grande en que diga aqueyo yaçe el yndigno
sacerdote el maestro frrancisco de rrus puerta prior desta santa yglesia
rrueguen a dios por el", junto con el protocolo del entierro, en el que
debían estar los frailes de San Francisco del convento de Linares, y las
distintas cantidades en metálico y especie que habían de recibir los sacerdotes
participantes en el entierro por las misas y sermón.
Además de las dos mil misas rezadas
que habían de darse por su ánima, Rus Puerta no olvida a las ánimas del
purgatorio, a sus padres y hermana y otros familiares suyos, para los que
encarga otras misas, que habían de darse en la Iglesia Mayor de Bailén,
conventos de San Francisco de Linares, Santísima Trinidad de Úbeda, San Agustín
de Jaén, y los siguientes de Baeza: de la Victoria, Carmelitas Descalzos, San
Francisco, Santo Domingo, Trinitarios Descalzos, La Merced y Santísima Trinidad
de Calzados. También en la Iglesia Colegial de Baeza y en el Convento de la
Merced de Jaén. Todas estas instituciones probablemente estuvieron relacionadas
con su vida.
Respecto a sus bienes, su
distribución fue diversa. Aquellos relacionados con los oficios divinos, como
eran unos candelabros y salvilla de plata, los donó a la Iglesia Mayor de
Bailén. Ordenó además distintas limosnas a las ermitas de Bailén, a la Iglesia
Mayor de Jaén, a la Cofradía del Santísimo Sacramento, a la Iglesia de Begíjar,
de donde fue prior, y también a la Iglesia de Nuestra Señora de Zocueca de
Bailén, a la que donó un cuadro de San Pedro en las prisiones y otro de un
Cristo en el lagar, para ser colocados en los altares colaterales de esta
iglesia, cuyas obras se realizaron bajo su priorato, como así queda aún
constancia en una lápida conmemorativa que hace de dintel en la puerta de la
sacristía.
El resto de sus bienes los
distribuyó entre la familia de su ama viuda Catalina de Ortega, la hija de ésta
María de Ortega y su marido Luis de Molina —albacea del testamento—, y los
hijos de estos últimos: María, Pedro y Francisca. Pedro recibió una casa con
bodega y tinajas de aceite en la calle Eras del Pilar, Francisca un olivar de
ochenta olivas en la Cobatilla, María otro olivar de ochenta olivas en el lugar
del Llano el Obrero. De estos bienes serían usufructuarios los padres.
Catalina de Ortega, el ama, recibió
unas casas en herencia, ropa y mobiliario, que a su muerte debían pasar a su
hija. Luis de Molina, una mula negra con silla y aparejos, que Rus Puerta debió
utilizar en sus desplazamientos.
También poseía una esclava negra,
Magdalena, algo habitual en la época, también entre los sacerdotes, a la cual
le da la libertad, junto con su ropa y doscientos reales para que "se vaia
donde quisiere".
Otro apartado en su testamento lo
componen las limosnas para los santos lugares, y otras instituciones
religiosas, entre las que destaca la Cofradía y Casa de Nuestra Señora de
Zocueca, que recibiría el producto de vender a censo unas fincas urbanas en
Bailén y otros censos, hasta una cantidad de ochocientos ducados, "para
que desde mi muerte en adelante de la rrenta dellos perpetuamente para siempre
jamas la dicha cofradia e maiordomo que es y fuere de la dicha casa sean
obligados a haçer deçir en la yglesia de nuestra señora de çocueca una misa
rreçada todos los dias de domingos y
fiestas de cada un año por mi anima".
En la Iglesia de Bailén, de la que
era prior, mandó fundar dos capellanías "para bien de los naturales desta
villa para que tengan con que ascender a el horden sacerdotal", una en
honor de San José y la otra de San Francisco, santos que tenía por abogados.
Estas capellanías serían datadas con diversos censos que tenía sobre otros
tantos bienes.
Capilla de San José |
Algunos familiares de Francisco de
Rus también están presentes en su testamento. Así, su primo Andrés, vecino de
Baeza, recibiría los ingresos de diversos censos. Mariana de la Puerta, viuda
de Lucas de Vilches, treinta ducados. El maestro Alonso de la Puerta,
presbítero de Sabiote, diversos bienes muebles.
A este testamento, Francisco de Rus
Puerta añadió unas cláusulas dos días después, el mismo día de su muerte, las
que dictó ante testigos y que no pudo firmar por estar en agonía.
En éstas
especifica que Luis de Molina, su albacea y uno de sus herederos, había cobrado
los débitos que con él tenía y algunos otros pormenores. Además, una de las
mandas hace referencia a la "segunda parte del libro primero" que ya
tenía acabado, el cual ofrece al Cabildo de la Ciudad de Jaén y su Deán para
que lo imprimiesen si así era su deseo y utilizasen los beneficios en las obras
de la Santa Iglesia de Jaén, un libro que le había costado mucho trabajo
realizar. Posteriormente este manuscrito fue plagiado en gran parte por Martín
de Ximena Jurado en su obra Catálogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales
de Jaén..., y aún hoy día permanece inédito.
Manuscrito.
Obispos de Jaén.
Segunda parte de la historia eclesiástica de este Reino y Obispo.
Año 1646
|
OBRAS
Corografía antigua y
moderna del Reino y Obispado de Jaén
Historia eclesiástica
del reino y obispado de Jaén.
Origen y antigüedad de
la imagen y hermita de nuestra Señora Santa María de Zocueca, que en tiempos de
romanos y godos se llamó de Oreto.
Obispos de Jaén. Tomo
II
Fuentes:
Biblioteca Nacional de España
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