Los descendientes del primer califa almohade, ,Abd al-Mu’min, tuvieron un lugar de honor dentro del imperio almohade. Así lo indicael título de sayyid, aplicado a cada miembro de la familia, como demuestra el estudio de M. de Epalza.
Entre los sādāt se
repartieron la mayor parte de los gobiernos de las ciudades andalusíes, aunque algunas
ramas de la familia tuvieron una mayor influencia que otras.
Así sucede con los
descendientes de Muhammad b. Abī Hafs ‘Umar b. ‘Abd al-Mu’min, los Baezanos,
que desarrollaron una papel muy destacado en los últimos tiempos del imperio
almohade y en su derrumbamiento.
Umar b. ,Abd
al-Mu’min, abuelo de estos, fue el artífice de la fortuna de la familia cuando
intervino de forma decisiva en la ascensión al trono de Yūsuf b. ,Abd al-Mu’min
en detrimento de su hermano Muhammad. Por ello tanto él como sus hijos gozaron de
gran relevancia dentro del imperio.
Cuatro miembros de la
familia destacaron sobremanera:
‘Abd Allāh, ,Abd
al-Rahmān, ,Abd al-Haqq y Abū Dabbūs. Huici no incluye
al tercero y añade a
Abū ,Alī, gobernador de Tāzā, derrotado por los benimerines en 646/1248-1249 90
sobre el que contamos con muy pocos datos.
.
‘Abd Allāh b. Abī ‘Abd Allāh Muhammad b. Abī Hafs ‘Umar b.
‘Abd
al-Mu’min al-Bayyāsī
Este personaje ha
gozado de una cierta atención en la historiografía, aunque quizá menor de la
que merecería, principalmente por la ausencia de noticias concretas acerca de
sus actividades en las fuentes castellanas y por el carácter contradictorio de
las aparecidas en las fuentes árabes, en especial al-Bayān al-Mugrib.
La fuente que menciona
en un momento más temprano a alBayyāsī, al-Bayān al-Mugrib, nos lo muestra ya
como uno de los principales personajes del imperio almohade, gobernador de
Sevilla en el momento en el que se produce la ascensión de al-‘Ādil al califato
en Murcia y, posteriormente, en Sevilla y Marrakech:
Su desplazamiento del
gobierno de Sevilla, aunque resultara compensado
con el gobierno de
Córdoba, posiblemente fuera la causa que le condujo a la rebelión contra el
califa al que había jurado fidelidad solo un año antes.
También puede deberse
a un intento de aprovechar la debilidad de las estructuras políticas del
imperio, muy frágiles desde la derrota de las Navas de Tolosa, en provecho
propio.
De cualquier modo al
año siguiente se levantó en Córdoba y sitió al hermano del califa, Abū l-‘Alā’,
en Sevilla:
Y en el año 623 [1226]
se levantó ‘Abd Allāh al-Bayyāsī en al-Andalus.
Le había nombrado gobernador de Córdoba, y abandonó la invocación de al-‘Ādil, salió de la obediencia almohade y pidió ayuda a los cristianos y les indicó las debilidades de aquel país.
Les hizo entrar en Quesada (Qiŷāta) y en otras poblaciones de los musulmanes; [los cristianos] se apoderaron de los bienes, mataron a los hombres y se quedaron con las mujeres y los niños. Luego entró con ellos (al-Bayyāsī) en Hisn Bāŷa (Beja), Lūša (Loja) y en otras fortalezas musulmanas.
Le había nombrado gobernador de Córdoba, y abandonó la invocación de al-‘Ādil, salió de la obediencia almohade y pidió ayuda a los cristianos y les indicó las debilidades de aquel país.
Les hizo entrar en Quesada (Qiŷāta) y en otras poblaciones de los musulmanes; [los cristianos] se apoderaron de los bienes, mataron a los hombres y se quedaron con las mujeres y los niños. Luego entró con ellos (al-Bayyāsī) en Hisn Bāŷa (Beja), Lūša (Loja) y en otras fortalezas musulmanas.
Se mencionan de este
al-Bayyāsī hechos terribles, entre ellos que entró en la religión cristiana
cuando era un anciano, y pedimos a Dios salud y un buen castigo (para él).
Ya en esta primera
rebelión de la que nos informa Ibn ‘Iḏārī,aparece
la mención al hecho que marcará la vida política y militar de este personaje:
la colaboración activa con los cristianos, a los que entrega varias
poblaciones.
En sí este asunto no
resultaría novedoso, pues en distintas ocasiones habían recabado los príncipes
de al-Andalus el apoyo militar cristiano, tanto en épocas anteriores como en el
turbulento siglo XIII. Sin embargo, la conversión al cristianismo que le achaca
Ibn ‘Iḏārī sí es relativamente novedosa,
aunque la en-contramos, según podremos comprobar, en al menos otras dos
ocasiones en la misma familia del último califa almohade.
El caso más conocido
hasta el momento, investigado de manera exhaustiva por Emilio Molina ,
también aparece mencionado por las fuentes al referirse a ‘Abd Allāh
al-Bayyāsī.
Tras la derrota
sufrida a las afueras de Sevilla, la mayor parte de las poblaciones que se
habían unido de grado o por la fuerza a alBayyāsī fueron cayendo en manos del
gobernador de Sevilla: Y en este año volvió la gente de Hisn al-Qasar
(Aznalcázar) a obedecer al gobernador de Sevilla Abū l-‘Alā’, y se apartaron del
bando de al-Bayyāsī, del que Dios borre el rastro de su recorrido mentiroso y
de su invocación falsa… y cuando Abū l-‘Alā’ hubo conquistado el mencionado
Hisn al-Qasar, continuó su conquista de otras fortalezas del Aljarafe
(al-Šaraf), de las que al-Bayyāsī no mantuvo sino las menos .
La siguiente noticia
que nos ofrece Ibn ‘Iḏārī es, posiblemente,
la que ha dificultado el análisis historiográfico de esta figura principal del
siglo XIII andalusí.
Aunque en principio
está en contradicción con lo reseñado más arriba por la propia crónica cosa
nada extraña dada la manera de trabajar de Ibn ‘Iḏārī,
que remienda las noticias de distinta procedencia en un mismo cuerpo sin
someterlas a crítica pensamos que es posible ofrecer una interpretación
razonable:
En este año se levantó el vulgo en Córdoba contra el mencionado al-Bayyāsī, lo mató y envió su cabeza a Sevilla.
Por su parte, el sayyid Abū l-‘Alā’ envió a la capital de Marrakech, la cabeza acompañada de una misiva al califa al-‘Ādil .
En este año se levantó el vulgo en Córdoba contra el mencionado al-Bayyāsī, lo mató y envió su cabeza a Sevilla.
Por su parte, el sayyid Abū l-‘Alā’ envió a la capital de Marrakech, la cabeza acompañada de una misiva al califa al-‘Ādil .
La muerte de este
personaje se produjo, según señala Ibn ‘Iḏārī 96,
como reacción de los cordobeses ante la posibilidad de que hiciera entrar en la
ciudad una guarnición cristiana, como ya había hecho en Quesada, en la propia
Baeza, en Andújar, Martos y en una buena cantidad de fortificaciones rurales
(burūŷ). Ibn Abī Zar‘ atribuye el asesinato de este
personaje al alcalde de Almodóvar Ibn Yabūrak, mientras que de su conversión al
cristianismo no contamos con tes-timonios documentales directos, pues la
alusión de Ibn ‘Iḏārī no se materializa
posteriormente en la narración del suceso.
En todo caso la
actuación política de este personaje fue inequívoca, por lo que podemos dar por
válida la alusión del cronista magrebí. La familia de la que formaba parte
aportó un buen número de hombres destacados al siglo XIII andalusí, aunque
probablemente el más sobresaliente entre ellos desarrolló casi toda su
actividad en el Magreb.
El hermano que gozó de
mayor suerte en estas lides, Abū Dabbūs, llegó a alcanzar el objetivo de su
hermano ‘Abd Allāh en sus primeros años, el califato en Marrakech, con el laqab
de al-Wāṯiq bi-llāh.
Fuentes:
AL-QANTARA. REVISTA DE
ESTUDIOS ÁRABES. CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS.
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