Situado en el interior de la Catedral de Baeza, está compuesto por
tres salas en las que podemos ver una importante colección de objetos de lo más
variados, en cuanto a material y factura.
En
primer lugar, la sala capitular, en la que se custodían retablos, relieves y
lienzos. Entre ellos el "Altar del Calvario", que formaba parte del retablo de la
desaparecida Iglesia del Espiritu Santo y perteneciente a la escuela de Juan de
Juni. Se trata de tablas de buen tamaño en la que las imagenes muestran
expresivos gestos de dolor.
Juan
de Juni, junto con Alonso Berruguete, formó la gran
escuela de la escultura castellana, con una gran y extensa obra realizada
mayormente en los más de treinta años que permaneció en Valladolid.
Eso le ha
valido su presencia destacada en el Museo Nacional de Escultura, especialmente,
y en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, entre otros lugares de la
ciudad. Juan de Juni. (Joigny, Francia, 1506 – Valladolid, 1577) escultor
franco-español.
Presentó
un gran dominio en los materiales escultóricos como el barro cocido, la piedra
y la madera y un perfecto conocimiento de la anatomía humana
Deben
ser mencionados también varios óleos con temas marianos; Inmaculada,
Desponsorios, Visitación o Virgen con Niño. Así como temas bíblicos y
hagiográficos.
Retrato de Jose Melgares Raya. Canónigo de la Catedral de Baeza. Fallecido el 06.02.2007 |
En
la siguiente sala, se muestran enseres eclesiásticos y piezas de valor
religioso.
Destacamos por un lado, los Libros Corales o cantorales. De los cuales seis con escenas miniadas, varios ejecutados en el siglo XVI, a esto sumamos, un Libro Pontificial y un Pasionario.
Esta buena colección nos deja
ver la esmerada organización musical de la Catedral desde el siglo XVI, con
intervención de instrumentos y voces.
El
número de libros con polifonía pertenecientes a la Catedral de Baeza que se ha
conservado en la actualidad es de 6- Este número de volúmenes es bastante
exiguo teniendo en cuenta el repertorio polifónico que originalmente debió
existir.
De los escritos de Pedro Jimenez Cavallé, se desprende que este
investigador consultó los libros de Baeza en la década de los 80 pero, hasta
ahora, no existía catalogación de los mismos. En total, los seis libros
contienen 167 piezas de casi una veintena de compositores.
Los
seis libros son manuscritos y emplean el papel como soporte escritorio. La
fecha de copia de los libros y los nombres de los copistas puede establecerse
con seguridad en algunos de los casos.
Al
igual que ocurre con otras colecciones catedralicias, los códices baezanos
combinan repertorio de maestros locales con piezas de compositores de mayor
proyección.
Francisco Guerrero |
No
deja de resultar curioso que el autor mejor representado, con bastante
diferencia, sea un compositor no local, D. Francisco Guerrero (1528-1599), con
35 piezas en cuatro de los seis libros. Concentran la mayor parte de su
producción, salmos, magníficats e himnos para Vísperas. Las razones de la
fuerte presencia del compositor hispalense en estos libros tienen que
ver, en primer lugar, con la influencia y el prestigio de Guerrero como
compositor “clásico” de música litúrgica en la España de los siglos XVI y XVII,
y con la amplia diseminación de su producción gracias a la imprenta musical. A
estos factores debe añadirse la estrecha relación del compositor con tierras
jiennenses, ya que durante su periodo como maestro de capilla de la Catedral de
Jaén (1546-1549), visitó Baeza, probablemente para reclutar niños de coro.
Según Stevenson, Baeza fue, junto a Úbeda, una reputada
cantera de voces para los cabildos catedralicios de Sevilla, Málaga, Granada y
Jaén.
Junto a Guerrero, aparecen otros dos compositores muy
difundidos en fuentes española e hispanoamericanas, ambos nacidos y formados,
como Guerrero en Sevilla: D. Cristóbal de Morales (1500-1553) y Alonso Lobo
(1555-1617).
Los compositores Baezanos fueron: Antonio de Cózar,
Domingo Garzón, Diego Fernández Garzón,
Pedro José Navarro, Juan José Ortega Beltrán y Juan de Quesada.
Giovanni Pierluigi de Palestrina |
Junto a estos compositores españoles, aparece un
compositor italiano de fama internacional como Giovanni Pierluigi de Palestrina
(1525-1594), maestro de Capilla de Roma.
Los libros conservados dan pistas sobre otros volúmenes
usados en el pasado y hoy perdidos.
En
la tercera sala y más pequeña en tamaño, custodía casullas, capas pluviales y
vasos sagrados.
Los más destacados son, la Custodia de plata sobredorada, un
Calvario de alabastro y un relicario, fechados en el siglo XVII.
También de esa
mismo siglo, un Calvario de alabastro, se representa a Cristo muerto en brazos
de la Virgen, quedaba situado a la derecha de la Capilla del Sagrario.
Conocida popularmente como LA PIEDAD atribuida a
Pedro Atanasio Bocanegra, pintor Granadino del Siglo XVII.
Se desconoce la procedencia, puesto que en 1976 aparece
en la colección del Palacio de Jabalquinto.
Dado el estado de conservación en el que se encuentra la
obra, el que no ha sido restaurada, el gran tamaño de la pintura y la buena
calidad que el cuadro posee, a pesar de no estar firmada, podemos decir que la
pintura tiene un precio mínimo aproximado de 90.000 euros. Para establecer este
precio, Francisco José Sánchez Concha se ha basado no solo en su estudio, sino
en subastas realizadas en Sevilla, por la empresa de Arte, información y
gestión de las últimas cuatro subastas, así como cotejando datos a través de
las casas de subastas Ansorena, Duran y Castellana de Madrid.
El
Relicario de plata dorada, se dice que fué traido por Don Cristobal Lechuga.
En
su interior conserva más de 500 reliquias.
Custodia en Plata Dorada en Forma de Sol. Procede de la
Capilla de San Juan Evangelista de la Universidad de Baeza. 1695-1710
|
Por último, merecen ser mencionadas
dos tablas que representan a San Pedro y San Pablo, ejecutadas por Antón Becerra,
padre de Gaspar Becerra.
Estirpe de pintores baezanos de cierto prestigio en su
época. Ambas imágenes presentan cierto caracter gótico y que entronca con el
plateresco. Formarian parte del antiguo retablo de la Sacristía.
Fuente: Francisco José Sánchez Concha. Doctor en Bellas Artes. Profesor Colaborador del Departamento de Pintura. Universidad de Sevilla
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