Esta fuente se
ubica en el paseo homónimo, antiguo mentidero local e inicio del camino
de Baeza a Úbeda. Se trata de un ejemplar de corte neoclásico de pilar
adosado, provisto de pileta y caño con pulsador. Veneras, apilastrados y
copete de aletones y con la heráldica local decoran su paramento.
A
ella llegaba el agua del manantial de la Celadilla, a unos 2 km. de
distancia, cuya mina terminaba en un "arca" o alberca de decantación que
ha dado nombre a la fuente: un sistema de abastecimiento hidráulico
creado a mediados del siglo XVI y que alimentaba a otras fuentes
públicas, como las de Santa María, Puerta de Úbeda y Puerta de Toledo.
Aunque data desde entonces, la actual fuente es de finales del siglo
XIX.
La fuente del Arca
del Agua tiene su origen en la construcción, aprox. entre 1556
y 1564, de un nuevo sistema de abastecimiento hidráulico para Baeza,
que llevaría el agua a los barrios alto de la ciudad intramuros, dado
que el más antiguo, de la mina de la fuente del Moro sólo llegaba a las
fuentes extramuros en la zona más baja de la población.
Este novedoso
sistema culminaría el segundo año citado con la construcción de la
monumental fuente de Santa María, una de cuyas cartelas alude a dicha
fecha y al autor ingenieril del proyecto, el "maestro de traer y sacar
el agua" Ginés Martínez.
La mina del Arca del Agua, correspondiente a la
tecnología de raigambre islámica de los "qanats" (pozo madre, galería
drenante y varios pozos de aireación, aunque en este caso con la
diferencia de que hay más de un venero y el agua se recoge a lo largo de
la mina por filtración) tiene su origen en la zona de Los Llanos,
conocida de antiguo como La Celadilla.
Se trata de una mina de unos 2,5
kilómetros de longitud, en dirección NO, hasta las inmediaciones de la
fuente, estando el arca final de decantación hoy día a nivel subterráneo
a escasa distancia de la fuente y bajo un depósito elevador de agua
moderno ubicado en las instalaciones del polideportivo muncipal.
Por desgracia, el hundimiento moderno de algunos
pozos de ventilación ha supuesto que la mina hoy día ya no sea
practicable y que su antiguo caudal haya quedado obstruído por acúmulos
de arcillas, por lo que el agua actual de la fuente deriva del
abastecimiento moderno de la ciudad, derivado del Guadalquivir, a la
altura de Mogón, aunque bien es cierto que hasta mediados del siglo XX
estuvo operativo el viejo abasto hidráulico de la Mina del Arca del
Agua.
La primitiva fuente del Arca del Agua debió tener su origen, como queda
dicho, en el depósito de decantación en el que terminaba la mina
construida a mediados del siglo XVI. Existía con total seguridad en
1590, año en que tuvo que ser reparada, pero es posible que hasta 1695
no adquiriese una fisonomía más monumental, dado que entonces la zona se
convirtió en paseo público y entonces se añadió al viejo pilarillo un
abrevadero para las caballerías, el cual en 1711 se trasladó al final
del paseo (para que los animales no estorbasen a los viandantes), fue
desmontado en la década de 1980 y llevado finalmente a la calle Romero
Mengíbar, donde hoy se encuentra.
En 1751 hubo que cambiar sus caños
metálicos por otros de piedra, dados los hurtos que solían producirse.
Consta que en 1883 se estaba remodelando el paso del Arca del agua, con
la construcción de paseos laterales y espacios ajardinados. De entonces
debe datar la actual fuente, que sustituiría a otra más sencilla,
provista de pilas para llenado de cánatros y un pilar abrevadero a
escasa distancia, ubicado éste hoy día, como queda dicho, en la calle
Romero Mengíbar
El Paseo del
Arca del Agua ha tenido históricamente una gran importancia para la
ciudad, dado que se ubicaba al inicio del histórico camino de Baeza a
Úbeda, de gran importancia, por unir el intenso tráfago entre ambas
ciudades y por ser haber sido en otras épocas uno de los pasos
principales entre la Mancha y Andalucía Oriental. Cerca se ubicaban el
arrabal de San Lázaro y el gran Ejido o campo comunal para la trilla y
ejercicios ecuestres, comparable, según los cronistas locales barrocos,
con el Campo Grande de Valladolid.
Dado que era la primera de las fuentes de la mina del Arca del Agua, preferida por su sabor a las aguas más salobres de la mina de la Fuente del Moro, en épocas de sequía era habitual que los vecinos se desplazasen hasta ella para llenar agua, cuando no llegaba bien hasta las principales fuentes intramuros conectadas a ella, como eran las de Santa María, puertas de Úbeda y de Toledo.
Consta que en 1641 el Concejo
prohibió a las mujeres ir a ella de noche "por estar en campo yermo y
despoblado" y por los desórdenes que ello podría acarrear.
A finales del siglo XVII las inmediaciones de la fuente se convirtieron en paseo público, donde "los vecinos de esta ciudad se salen a divertir, por ser donde entran muchos forasteros"; es decir, el principal mentidero local. Aquel espacio contó también con elementos pietistas, pues según se deduce de la documentación en 1731 fueron remodelados el humilladero y la cruz exietentes en su entorno.
Curiosamente, esta
función religiosa se recuperó con la construcción, en 1990, de la actua
ermita dedicada a San Cristobal. Ese papel de esparcimiento y ocio del
lugar dio paso a finales del siglo XIX a la remodelación de la zona como
espacio ajardinado, para pasear, uso que sigue teniendo hoy en día.
Frente a la fuente se ubica uno de los escasos monumentos escultóricos
de carácter público de la ciudad, el monolito dedicado a la memoria del
militar baezano Arredondo, doblemente condecorado en las campañas de
África de la década de 1920.
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Fuente: Conoce tus fuentes
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