martes, 8 de noviembre de 2016

EL PÓSITO





El Pósito era la institución reguladora del abastecimiento de trigo y de otros cereales, como la cebada, estando regido por el Concejo Municipal, poseyendo además del edificio propio, casas, tierras y censos.

El Pósito de Baeza fue fundado en 1505 por la Reina Juana a petición del Concejo de la ciudad.




Una cartela en su portada nos aporta la cronología de creación del edificio, en el siglo XVI, aunque debemos hablar de dos pósitos, debido a la ampliación del “Pósito Viejo”, probablemente a principios del siglo XVII, momento en el que aparecen las primeras referencias y obras de reparación o reformas, estado del grano y cuentas de la administración del edificio, que además estaba íntimamente relacionado con la alhóndiga a través de un pasadizo “subterráneo” que aún comunica ambos.






Cabe destacar un fuerte dinamismo reformador y reparador durante el siglo XVII, entrando en declive las referencias a partir del siglo XIX, cuando la inquisición quizás pierde su control regulador, arrendándose los espacios de los almacenes.

Así pues, dentro de la administración municipal, el pósito era una institución de vital importancia para la ciudad, ya que regulaba la base económica de Baeza en los siglos XVI y XVII, mostrando una enorme capacidad de almacenamiento y producción, además de jugar un importante papel social como prestatario de otras instituciones que supusieron más de un problema para los administradores del mismo.

La ciudad de Baeza, era una de las principales reguladoras y productoras de trigo de la provincia, por lo que, en el marco expansivo que experimenta la ciudad en el siglo XVI es razonable la existencia de un ente arquitectónico de esas proporciones.

La Barbacana corría, desde el ángulo interior izquierdo de la torre de los Aliatares hasta la puerta el Barbudo o Arco de las Escuelas con una extensión de 215m.

Aquellos inexpugnables muros se hicieron desaparecer a mediados del siglo XVII, para levantar el buen edificio que viene destinado a paneras del Pósito, fijándose en la fachada las armas, en piedra, de la Casa de Austria, que llevan esta nota, alrededor de la misma: “Acabose esta obra año de 1654".
















Por debajo del blasón real, se lee la siguiente inscripción: Esta obra hizo Baeza, siendo Corregidor della, Úbeda y sus tierras, el Ilustre Señor Don Hernando de Acuña, Señor de Villadiego, Comendador de las casas de Córdoba, de la Órden de Santiago, 1654. 



Siendo obrero Rº de Molina.





A la derecha de la inscripción están labradas las armas de Baeza






 y a la izquierda un escudo de caballero de la Banda, que debió ser el blasón del corregidor Acuña.





En el centro encontramos el escudo imperial de Carlos I




En la bóveda subterránea que une la Alhondiga con el Pósito, es curioso observar las piedras que la forman; todas ellas tienen esculpidas distintas marcas (destacando la cruz gamada); señales particulares de los canteros por las que eran pagados en su trabajo.


Cuando se construye el nuevo Pósito, el antiguo quedó para alfolí de la sal.;(Alfolí: Lugar destinado a guardar el grano de los cereales o la sal.) estaban constituidos por una serie de cantinas que pertenecían al caudal de propios del Ayuntamiento, y tenemos constancia de que en 1821 salieron a subasta pública algunas de ellas y sirvieron para escribanías públicas.

El topónimo de la calle en la que se ubica ya ofrece pistas obre un elemento defensivo: la barbacana.

Este debió configurarse como un antemuro que precedía y articulaba la defensa de la ciudad mediante tres elementos: la torre de los Aliatares, el lienzo interno, en cuyo lado externo se adosó el pósito y por último la propia barrera, conformando un considerable discurso poliocético que subraya la importancia del entorno, delantando, tal vez, uno de los puntos más débiles para la defensa de la ciudad, que debió ser reforzado así para el control de los accesos a las puertas de la Zacaya y del Barbudo, que conducían a Úbeda y Toledo respectivamente.

Además del lienzo de muralla se ha documentado la existencia de dos torres, la primera conservada íntegramente en el espacio más cercano a la antigua universidad, y la segunda, que apenas conserva su planta baja, adosada al paramento de la muralla.

En la documentación conservada en el AHMB que hace referencia a la muralla del pósito, podemos encontrar datos importantes sobre el estado de conservación de la misma. Por ejemplo, cuando se plantea la necesidad de ampliar el pósito en el año 1611. En la documentación aparecen citadas la muralla y una torre: “ Alargándose la obra incorporándola y abrigándola y fortificándola con una torre a donde viene a parar el dicho edificio que llaman la torre de los Aliatares…”

1655 se dispone el arreglo de la cerca que une el pósito con las Escuelas, luego Universidad, debido al robo continuado de piedras de la muralla por parte de los vecinos para realizar obras privadas.

De este modo, un tramo ya fue reparado con tierra antes de que a comienzos del siglo XVIII vuelva a caerse y a plantearse la necesidad de su reparación por parte del Ayuntamiento.

Lindando con la antigua universidad se conserva una torre de planta cuadrangular, realizada con mampostería careada, que, en su lado sur muestra lajas de piedra descarnadas por la falta de traba, quizás por la mayor exposición a la erosión en este lado.
Esta muy alterada por intrusiones efectuadas desde el interior de la planta baja y primera del edificio del pósito, con restos de cemento y ladrillos incrustados en sus paredes. Su acceso es relativamente sencillo desde el segundo piso de la antigua Universidad, presentando una bóveda de similares características que la de la otra torre documentada en el solar del pósito, si bien, esta última parece un añadido posterior dado el adosamiento del mismo paramento de la muralla.
La planta de la segunda torre es mas alargada, con forma rectangular, conservándose su acceso original desde el patio del fondo. Su estado de conservación es ruinoso, dada la presencia de una gran rotura en el lienzo contiguo y el descarnado de su parte superior, quizás, como se ha citado anteriormente, destruido por la extracción de piedra.
La ruptura del lienzo facilitó la limpieza de un perfil de la estructura, montada sobre niveles romanos y musulmanes. La datación puede corresponderse con dos contextos socio-políticos bien diferentes, dado que la ciudad fue conquistada en el siglo XIII, por lo que debemos interpretar su construcción previamente a la invasión cristiana, en un momento de necesidad de protección y reforzamiento defensivo.

La muralla sirvió de apoyo y cobijo al pósito, que invadió el especio comprendido entre esta y el antemuro o barbacana, aún no documentada desde la Arqueología, desconociéndose su trazado original.


En 1960, el propietario de una zona del Pósito realiza obras en el mismo y el Alcalde se persona para que el Escudo que recuerda su construcción, no se vaya a deteriorar ante unas obras de restauración que está realizando el dueño (Ureña).

Estado en el que se encontraba el Pósito en los años 60



El Ayuntamiento estaba obligado a aumentar el capital del Pósito con el 1% de su presupuesto cada año. En 1961 se firma un concierto para regular esta prestación con la Dirección General de Coordinación, Crédito y Capacitación Agraria del Ministerio de Agricultura, puesto que el grano que allí se guardaba servía en momentos de carestía de ayuda a los agricultores para la semilla de la nueva siembra.

Este acopio de grano, sobre todo trigo y cebada se prestaba en condiciones módicas a los labradores y vecinos de la ciudad.

El Intendente de Pósitos escribe en 1962 un saluda encomiando la labor desarrollada en Baeza. 



En 1964 el Ayuntamiento recibe comunicación de la Cámara Oficial Agraria comunicándole que la Dirección General de Coordinación Agraria del Ministerio de Agricultura, tiene el generoso propósito de otorgar créditos, hasta el 100 x 100 de su capital a aquellos Pósitos que lo soliciten de su Servicio de Pósitos y que hayan funcionado bien hasta aquí, como es el caso de Baeza, cuyo municipio estaba incluido.Dado que estos beneficios redundan en favor de los labradores más modestos que lo recibían en tiempo de recolección.

La Hermandad de Labradores colaborará en este reparto. 

En 1969 tenía un capital propio de 550.000 pesetas con destino a préstamos a labradores modestos; sus deudores en esos momentos eran unos 100 vecinos.

Los restos que quedan de este espacio, son algunos arcos de la antigua bóveda que conformaban el edificio, en la actualidad la mayor parte se ha destinado a viviendas y el resto a Centro de Interpretación del Renacimiento, donde se ha creado un ambiente de aprendizaje creativo, buscando revelar al público el significado del legado cultural e histórico de la Baeza del renacimiento principalmente





Lo lógico hubiera sido restaurarlo pero una decisión “desafortunada” por el Ayuntamiento destrozó este conjunto, único en su género para construir “viviendas sociales”.




Fuentes:

El registro del Pósito de la Barbacana de Baeza (Jaén) y la Arqueología Histórica-Autor J. Alcalde González

Baeza Histórica y Monumental. Autor Juan Cruz Cruz

Antología Historico Artística de la Ciudad de Baeza. Autor P. Ayala Cañada

Baeza de 1950 a 1970. Autores: Josefa Inés Montoro de Viedma y Fernando Viedma Puche

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