Miquel Argemir i Mitjà,
conocido en religión como San Miguel de los Santos (Vich, 29 de septiembre de
1591 - Valladolid, 10 de abril de 1625), fue un religioso de la Orden de la
Santísima Trinidad, que destacó especialmente por su vida espiritual y
experiencias místicas.
Maravilló por la fenomenología
mística que siempre le acompañó: éxtasis, levitaciones, milagros... de manera
que se le llamó "el extático", porque realizaba vuelos extáticos
cuando se hallaba en oración o celebrando la Misa. El acontecimiento más
extraordinario que se conoce de su vida fue el cambio místico de corazón con
Jesucristo. Fue un hombre de profunda oración y de gran amor a la Eucaristía.
Escribió "Tratado de la tranquilidad del alma". Murió en Valladolid,
había sido un hombre de luces para el gobierno de la comunidad, escritor ameno,
místico y buen predicador. Murió diciendo: "Creo en Dios, espero en Dios,
amo a Dios, me pesa, Señor, de haberos ofendido" después de haber padecido
calumnias y meses de cárcel. Murió en Valladolid a causa de unas fiebres
tifoideas. Está enterrado en el convento de Valladolid. Patrón de Vich.
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Pio VI |
El papa Pío VI lo beatificó el
24 de mayo de 1779 y fue canonizado por el papa Pío IX el 8 de junio de 1862.
Aunque en la mayoría de las
publicaciones encontradas apenas dan importancia de su paso
por la Ciudad de Baeza, la realidad es muy diferente, solo por los años que estuvo en esta ciudad, sino que Miguel de los Santos tenía su corazón dividido entre las Ciudades de Baeza y Valladolid.
Ha sido a través de un libro
que habla de la vida de Miguel de los Santos que consta de unos 300 folios
donde he podido observar (tras horas de lectura) la devoción que sentía por
esta ciudad, siendo correspondido de igual forma por los baezanos, de tal
manera que incluso éstos remitieron carta a Roma para su beatificación.
No dejo de sentir cierta
indignación por tales hechos, puesto que según queda de manifiesto en estos
escritos el santo padre tuvo devoción tanto por Baeza como por Valladolid,
donde vivió muchos años de su vida.
Ha sido fruto de la
casualidad, cuando tras realizar otro estudio del desaparecido Convento de
Nuestra Señora del Carmen di con este Libro sobre su vida y que ahora formará
parte de un nuevo artículo de mi blog, para que los nombres de Miguel de los
Santos y Baeza no permanezcan en el anonimato por mas tiempo.
En muchos de los casos, he
querido mantener el mismo estilo de “expresión” utilizado en el libro para
mantener su autenticidad.
Desde octubre de 1611 hasta 1614
practicó estudios en Baeza para posteriormente marchar a Salamanca.
A últimos de 1615 o primeros
de 1616 volvió a Baeza por orden de los Superiores, que quisieron con esto dar
gusto al P. Fray Pedro de Jesús, quien habiendo sido electo Ministro de aquel
Colegio a mediados de septiembre de 1615, juzgó, aseguraba la felicidad, y
acierto de su Ministerio, si lograba tener a Fray Miguel consigo.
Permaneció por algunos años en
este Colegio de Nuestra Señora del Carmen, y obtuvo en él el oficio de Vicario,
y allí mismo ejerció los de Confesor y Predicador bastante tiempo.
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Convento Nuestra Señora del Carmen |
Hallabase de Contentual en
dicho Colegio, cuando por renuncia que hizo el Padre Fray Alonso de San Juan
Bautista del Ministerio de Valladolid que obtendría, fue electo Ministro de
este Convento por el Difinitorio General celebrado en Madrid a 24 de mayo de
1622.
Al año siguiente asistió al
Capitulo General, que se celebró en Toledo a 13 de mayo, en el cual fue
reelecto en el mismo Ministerio de Valladolid, en donde concluyó felizmente el
curso de su peregrinación.
En el libro hace referencia
con todo tipo de detalles cómo y donde se sucedieron los milagros, pero también
cómo era su amor por Dios y cómo lo sentía en todo su cuerpo:
….. el amoroso incendio que
ardía en su bendita alma redundaba con efectos maravillosos en el cuerpo.
Abrasabasele este con tan extraordinarios ardores, que para mitigarlos deseaba echarse
en un estanque helado, y ya que no lo reducía a efecto, hacia para este fin
otros extremos admirables. Saliese al aire en tiempo de los hielos mas crudos,
descubría el pecho, y aplicaba a él varios refrigerantes. Nunca bebió agua por
helada que estuviese, que le pareciese medianamente fresca. Con no traer mas
que un hábito, aun en las tierras, y estaciones mas destempladas y frías,
estaba continuamente abrasandose.
Algunos que aún en tiempo de
invierno llegaron a tomarle la mano por devoción, o amistad, advertían que
estaba quemando por su extraordinario calor. Ni era necesario tocarle para
experimentar este incendio; bastaba acercarse a su persona. Y en confirmación
de ello dice Marcos González, criado en el Colegio de Baeza, viviendo en él el
Bendito Padre, que llegando alguna vez a hablarle, aun en tiempo de invierno
rigoroso, salía de él tan ardoroso fuego, que le era preciso retirarse al instante,
por no poder sufrirle.
Aunque son varios los relatos
del libro que nos habla de los milagros acaecidos en la ciudad de Baeza, sólo
he querido hacer mención de uno de ellos, aunque al final del artículo, dejaré
un enlace para aquellos que quieran leer “otros”, puedan hacerlo:
Hallabase en Baeza Doña Maria
de Dávalos muy molestada de una calentura contínua, que habiéndola padecido por
espacio de 2 años, faltaba poco para ser declarada por hectica; y aun en
opinión de algunos ya lo era, sabiendo que había muerto de aquel mal una
hermana suya. Hicieronla muchos remedios, pero todos en vano; lo cual visto por
los Medicos, la dejaron por cosa desesperada. Viendose la enferma destruída de
todo socorro humano, se determinó a importar el divino, por medio del Beato
Miguel de los Santos, confiada en una reliquia suya que tenía. Estando en esto
una noche se le apareció el Bienaventurado Padre, y la miró con rostro apacible
y risueño. Fue tan eficaz esta visita, que desterró la calentura quedando desde
ese momento libre de su mal y gozando en delante de muy robusta salud.
En Baeza fueron muchas las
profecías de este género, prediciendo la salud de varios sujetos que se
hallaban en gravísimas enfermedades. En tanto grado, que ya solia decirse allí
comúnmente: Fulano no morirá de esta, porque asi lo ha dicho el P. Fray Miguel
de los Santos. Y no solo profetizaba la enfermedad, y aun la muerte a los
sanos….
Otro de los relatos que me han
llamado la atención de éste Libro, es que Miguel de los Santos era propicio a
no comer durante muchos días y existe un echo histórico relacionado con la
Ciudad de Baeza que así lo confirma:….No había para el Bendito Padre en este
particular día de Pascua, porque todos los hacia iguales en el rigor de la
abstinencia. Ni cuando andaba de camino dejaba de observar el mismo tenor, como
le sucedió en un viaje que hizo desde la Solana a Madrid. Acomodole el Prelado
de sí vivía, encomendó, cuidase de él el carretero, que era hombre de bien,
conocido y devoto suyo. Cinco días tardó en el camino, y en todo ese tiempo no
hubo forma de hacerle probar bocado alguno; con notable sentimiento de aquel
hombre, temiendo no se muriese, y se le achacase a él la culpa. En otra jornada
que hizo de Madrid a Baeza, y duró 8 días, hizo lo propio. Y admirado de ello
un sujeto que iba en su compañía, luego que llegó a Baeza, lo publicó a voces
diciendo: “ Yo no sé si este Padre es persona humana, pues en todo el tiempo
que hemos caminado juntos, no ha probado cosa alguna de comida, por mas
instancias que para ello le he hecho”.
Como hemos ido observando a
través de este artículo dedicado a Miguel de los Santos y su relación con la
Ciudad de Baeza, realmente existió aunque muchos escritores lo hayan obviado
hasta ahora:
BAEZA Y VALLADOLID
Frustaronsele con esta ocasión
sus ansias a la devotísima Ciudad de Baeza, mas no por esto se olvidó de ella
el caritativo Padre. Tenía en ella muchos hijos espirituales, que con sus
sermones, exortaciones y consejos había engendrado en Jesucristo. Y ya que no
podía vivir de asiento entre ellos para confirmarlos en sus santos propósitos,
logró una vez de visitarlos, y fue cuando por los años de 1623, volviendo del
Capitulo en que fue reelecto en Ministro de Valladolid, que pasó antes de ir a
su destino a la Ciudad de Baeza, emprendiendo un tan largo viaje con mucho
gusto, estimulado de la caridad con que deseaba el bien de aquellas almas. …..si
bien a todos igualmente se extendía la caridad del Bendito Padre, con todo
atendía mas especialmente a aquellos que tenía mas a su cargo, o más especiales
obligaciones . Entre los cuales obtuvieron sin duda el primer lugar las dos muy
nobles e ilustres Ciudades de Baeza y Valladolid, porque ellas fueron las que
participaron mas de sus caritativos afanes cuando estuvo vivo, y las que
después de su dichoso transito le han experimentado muy propenso a
favorecerlas. Y sobre todo pueden estas dos ciudades tenerse por dichosas y
felices, según lo que Dios reveló a una sierva suya, a quien su Magestad dijo
que sería dichosa y feliz la tierra, donde Fray Miguel estuviese y morase.
Pasado poco tiempo, esto es, 2
meses después de la feliz muerte del Bienaventurado Padre, pidió y alcanzó la
Religión las correspondientes Letras del Ilustrisimo Señor Julio Saccheto,
Nuncio de su Santidad en estos Reinos de España. En virtud de las cuales, con
autoridad ordinaria se hizo sumaria información de la santa vida, virtudes y
milagros del Beato Miguel en Valladolid, Granada, Baeza y Vich, y otros
parajes, y concluidas dichas informaciones, las aprobó su ilustrísima en 15 de
julio del año siguiente: inmediatamente se remitieron a Roma y parecieron allí
tan llenas y abundantes, que la Santidad de Urbano VIII, despachó luego a 25 de
febrero de 1627 –remisiorales en forma, para que se hiciese de nuevo
información plenaria. Y en estos segundos procesos, que se formaron con
autoridad apostólica, se aprobaron respectivamente, y con grande abundancia
todos los artículos del interrogatorio, deponiendo en el 335 Testigos, muchos
de ellos de primera clase y lo que es mas, todos contestes de vista en la
probanza de estos puntos mas esenciales de la causa. 12 años después de la dichosa muerte del Beato
Padre, en el de 1637, siendo General de mi religión el M.R.P. Fray Isidro de
San Juan, mandó abrir el nincho en que estaba depositado el santo cuerpo, y
tubo la tierra satisfacción de hallarle incorrupto, y exhalando una fragancia
de los Cielos.
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Reliquia del húmero del santo, en la capilla de la casa natal de Vich |
La ciudad de Baeza fue
ciertamente de las que lograron esta felicidad mas de lleno. Toda ella con la
predicación, y demás caritativos esmeros del Santo Fray Miguel se vió hecha un
Santuario de devoción. De aquí provino el común sentimiento de aquella noble
Ciudad, cuando el Bendito Padre fue de Ministro a la de Valladolid: y de aquí aquellas
vivas, y extraordinarias diligencias, por ella practicadas a fin de recobrar un
tesoro tan rico. Porque considerando esta Ciudad muy ilustre la mucha falta que
la hacía un tal Operario, nombre por su agente al Doctor Don Juan Cerón
Fuente:
https://books.google.es/books?id=i45dxjwEZEYC&pg=PA55&dq=miguel+de+la+trinidad&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjjmZyizpnMAhWESRoKHfC1ANQ4ChDoAQgbMAA#v=onepage&q&f=false
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