EL VIAJERO AL-IDRISI VISITÓ BAEZA.
Abū Abd Allāh Muhammad al-Idrīsī (1100 - 1165 o 1166; en
árabe: أبو عبد اللّه محمد
الإدريسي), Al-Idrisi o El
Edrisi (también conocido como El Árabe de Nubia), fue un cartógrafo, geógrafo y
viajero ceutí del S.XII que vivió y desarrolló la mayor parte de su obra en la
corte normanda de Roger II de Sicilia, establecida en Palermo.
Nacido en Ceuta, en árabe مضيق
جبل طارق, cuando este puerto del
estrecho de Gibraltar pertenecía al Imperio almorávide, de familia noble de
hammudíes de Málaga y el rey Idris II. Su familia abandonó Málaga al caer esta
en manos del reino de Granada en 1057.
Educado en Ceuta, se trasladó después a
Córdoba, ciudad que describe con minuciosidad en su obra de geografía. En fecha
indeterminada fue invitado por Roger II de Sicilia, rey normando establecido en
la isla de Sicilia, para el que se supone que cartografió una esfera celeste y
un disco representando el mundo conocido de su tiempo, ambas en plata.
En 1154, Al-Idrisi confeccionó un gran mapamundi orientado
en sentido inverso al utilizado actualmente (el norte abajo y el sur arriba),
conocido como la Tabula Rogeriana, acompañado por un libro, denominado
Geografía. El rey siciliano dio a estas obras el nombre conjunto de Nuzhat
al-Mushtak, aunque en la obra de Al-Idrisi aparecen mencionadas como Kitab
Ruyar ("El Libro de Roger").
El Libro de Roger o Kitab Ruyar, que muestra el mundo
dividido en siete regiones climáticas, facilita las distancias entre las
ciudades principales y describe las costumbres, las personas, productos y clima
del mundo conocido.
El célebre viajero al-Idrisi describe prácticamente todos
los caminos que irradiaban de Córdoba en el siglo XII durante el dominio
almorávide. Ya apenas se hablaba de coras sino sólo de ciudades importantes
donde residía un gobernador almorávide. Así los itinerarios los describe
partiendo de Córdoba, Sevilla, Málaga, Jaén, Granada, Almería, Algeciras,
Jerez, Baeza, Badajoz y Toledo.
“Jaén es una linda ciudad cuyo territorio es fértil y
donde
todo se compra muy barato, en especial la carne y la
miel.
Hay en su jurisdicción más de 3.000 alquerías donde se
crían gusanos de seda. La ciudad posee gran número de
manantiales que corren por debajo de sus muros, y un
castillo de los más fuertes, al que no puede llegarse
sino
por una senda muy estrecha. Está tocando con la montaña
de Cuz, rodeada de jardines y vergeles, de terrenos donde
se cultiva trigo, cebada, habas, y toda clase de cereales
y legumbres. A una milla de la ciudad corre el río
Bollón,
que es considerable y sobre el cual se han construido
gran
número de molinos. Jaén tiene también una mezquita
aljama, y residen en esta población personajes
importantes
y hombres de ciencia. Desde allí a Baeza hay 20 millas;
desde Jaén se distingue Baeza y viceversa” (AL-IDRISI,
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