sábado, 25 de marzo de 2017

EL CARACTER MITOLÓGICO DEL PALACIO DE ESCALANTE




Esta casa palacio fue la vivienda de Don Antonio Escalante Navarrete, Regidor y Caballero 24, también llamado llavero, debido a que era, junto al Corregidor y al Escribano Mayor del Ayuntamiento, uno de los tres personajes que poseían las llaves del Archivo de la ciudad, así como del Licenciado Martin de Escalante desde 1634.



Fernando Checa identifica el contenido de los dos clípeos con Hércules y Sansón. (CHECA,F.  Pintura y escultura del Renacimiento en España 1450-1600, Cap.6)

En el primer tondo que nos encontramos, vemos a Hércules luchando con el león.



Por el carácter del lugar, la portada del palacio que comparte con los blasones de su morador, debe transmitir un sentido alegórico moralizador.

Pérez de Moya en su “Filosophia secreta. Lib.IV Cap.I Pag. 131, proporciona la base de esta interpretación cuando afirma que Hércules no es sino la bondad y fortaleza y excelencia de las fuerzas del ánima y del cuerpo; que la piel del león de la que se reviste lo muestra como amador de la virtud, y la clava que blande simboliza la grandeza y generosidad del ánima.

Su victoria sobre el léon nemeo presidiendo la portada de su casa resultaría, según esta interpretación moralizadora, el aviso más oportuno para un hidalgo; luego que uno fuere incitado a la virtud, ha de apaciguar y matar al más fuerte de todos los mostruos, que es la soberbia y furor del ánimo, que este es el león nemeo.




El segundo tondo, Sansón se abraza a dos columnas, según describe su muerte el relato de Jueces 16:29 (abrazado a las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa)

Parece que nos encontramos ante dos momentos de la historia de Sansón y lo acentúa el contenido de una cartela existente en el centro de la portada con la inscripción: “In te Domine speravi, extraído del Salmo 70.1 y cuyo segundo hemistiquio concluye: non confundar in aeternum.




 SALMO 70.1 Acude, Dios, a librarme; apresúrate, Dios, a socorrerme.

In te, Domine, speravi; non confundar in aeternum! Este era el  lema de Benedicto XV, papa desde 1914 hasta 1922. Un lema tomado del Salmo 70.1


Fuentes:

Alegoría y Mitología en Úbeda y Baeza durante el Renacimiento. Autor Joaquín Montes Bardo

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