viernes, 24 de marzo de 2017

EL CALIFATO DE BAEZA (BAYYASA)

al-Qasim


Durante el siglo XI, Baeza quedó situada en la intersección de varios de los reinos que se crean, lo que explica que fuera pasando de unas manos a otras, en lo que fue posiblemente el periodo más agitado de su historia.

Primero se hicieron con ella los esclavos Jayran y Zuhayr, lo que fue reconocido en 1019 por el califa hamudí al-Qasim, al “entregársela” a éste último. 

A su muerte pasó a Jayran, señor de Almería, y siguió vinculada a este reino cuando se hizo con él Ibn Sumadih.

Jayra, Señor de Almería



Con posterioridad perteneció al reino de Muyahid de Denia, a cuyo hijo Ali Iqbal al-Dawla se la arrebató en 1057 al-Naya, visir de Badis, rey zirí de Granada, que la incorporó a su reino.

Recreación de un monarca nazarí en el
Museo de Cera de Madrid
Veinte años después, sería ocupada por al-Mamun de Toledo, pero su muerte poco después permitió la expansión de los abbadíes de Sevilla, que ocuparían la mayor parte del territorio de Jaén, incluída Baeza hacia 1077.

Fracción de dinar de la Taifa de Toledo y Valencia bajo el reinado de Al-Mamún

Unos años después la ciudad se sublevaría, pero sería sometida nuevamente en 1084.

Finalmente en 1091 Baeza fue ocupada por el caíd Bati Ibn Ismail, que la incorporó al imperio almorávide creado por el emir almorávide Yusuf Ibn Tasufin.

Dinar acuñado en época de Yúsuf Ibn Tashfín, líder de los Almorávides durante la unificación taifa del siglo XI en la Península Ibérica.


En el siglo siguiente Baeza fue convirtiéndose paulativamente, en una ciudad fronteriza, ya que los ataques castellanos sobre el valle del Guadalquivir la tomaron frecuentemente como objetivo, hasta el punto de que durante los años 1147-1157 estuvo en poder de Alfonso VII, que puso a su frente a uno de sus fieles llamado Pedro García.

Rey Alfonso VII



No obstante, la contraofensiva almohade obligó a los castellanos a abandonar el territorio, momento que aprovechó Ibn Hamushk, y su aliado Ibn Mardanis, para apoderarse de ella y otras ciudades,  construyendo un pequeño reino que gobernaría el primero durante doce años.




Ya en 1169, ante la presión almohade, decidió someterse, aunque seguiría gobernando la región en nombre del califa almohade Abu Yaqub Yusuf.


Abu Yaqub Yasuf


Este y su inmediato sucesor con la Victoria de Alarcos (1195), consiguieron hacer retroceder a los cristianos nuevamente hasta el Tajo, con lo que la región gozó de paz durante algún tiempo, hasta que un nuevo contrataque castellano forzó una nueva guerra entre ambas partes.

Batalla de Alarcos





Este nuevo contrataque fue conocido como las Batallas de Tolosa de 1212. A pesar de la derrota, los almohades fueron inicialmente capaces de resistir los posteriores ataques castellanos,  pero finalmente se hundirían a causa de una profunda crisis interna.


Batalla de las Navas de Tolosa


En enero de 1224 a la muerte del califa al-Mustansir (sin hijos) y la elección de al-Majlu, se sublevó al-Adil, gobernador de Murcia, apoyado por la mayoría de los gobernadores de al-Andalus, entre ellos Abd Allah Ibn Muhammad, llamado al-Bayyasi, gobernador de Jaén haciéndose con el califato.

al-Bayyasi


Entonces se reveló contra él al-Bayyasi, al que había nombrado gobernador de Córdoba y Jaén, que consiguió controlar buena parte de las tierras de Córdoba y Jaén; pero no consiguió los apoyos necesarios y marcharía finalmente a refugiarse al Alcázar de Baeza.

Abad Allah al-Bayassi, esto es EL BAEZANO, era biznieto del califa Abd al-Mumin. El sobrenombre le venía, según fuentes árabes, de que su padre había estado mucho tiempo en Baeza.

Califa Abd al-Mumim


El mismo año de 1224 Fernando III había lanzado su primera campaña contra territorio musulmán.

Al-Bayyasi se entrevistó con él en Baños de la Encina estableciendo un pacto, y entregándole uno de sus hijos como rehén. 





De esta forma se aseguró la ayuda de Fernando frente a posibles ataques de al-Adil, mientras que el rey castellano obtuvo la neutralidad del Baezano, con lo que pudo atacar Quesada, arrasando sus defensas, prosiguiendo después en una larga correría por el Guadalimar y Guadalquivir, llegando hasta las proximidades de Jaén.


Al año siguiente, al comienzo de la campaña de verano, Fernando III recibiría el vasallaje efectivo de al-Bayyasi, quien a cambio del apoyo castellano, debió colaborar con él y entregarle primero Andújar y Martos, y después las fortalezas de Salvatierra, Baños de la Encina y Capilla, acordándose que mientras no se le entregasen estas últimas, habría una guarnición cristiana en la alcazaba de Baeza.

El Baezano terminó siendo asesinado en Almodóvar del Río por su propio visir, pero el Alcazar de Baeza ya había sido entregado a Fernando III en cumplimiento de su pacto suscrito en Baños de la Encina.

Durante todo este periodo en el que Baeza estuvo ocupado por musulmanes, destacaron grandes personajes.

Abu I-Hassam Ali Ibn Abd al-Rahman Ibn Hasnun al-Himyari (m.circa 1165) viajó a Oriente, donde recibió lecciones de diversos maestros, y a su regreso ocupó los puestos de Juez y encargado de la predicación de los viernes en la mezquita aljama de Baeza.  Su hijo Abu Bark, nacido en Baeza (1129-1208) recibió enseñanzas de su padre y de otros maestros, y desempeñó las mismas funciones que aquel también en Baeza.

El de mayor relive literario fue Abu I-Hayyay Ibn Muhammad Ibn Ibrahim al-Ansari, llamado al-Bayassi, nacido en Baeza en 1177. Viajó por diversas regiones de al-Andalus y como otros personajes de relieve, se expatrió durante el periodo almohade, pasando a Túnez, donde murió en 1255. Destacó como poeta, filósofo y cronista. Entre sus obras destaca la obra histórica en dos tomos titulada Noticia de las guerras ocurridas en los primeros tiempos del Islam, y la Hamasa, recopilación de poemas, anécdotas, noticias sobre poetas.

Entre los personajes de relieve que pasaron algunos años en esta ciudad sobresale al-Shaqundi, a la que hará referencia en su conocida Risala y donde permaneció algún tiempo desempeñando el puesto de cadí.

Por estos y muchos otros personajes, Baeza llegó a ser en esta época una ciudad de cierta relevancia, lo que explicaría el alto rango de alguno de los gobernadores de la ciudad, entre los que habría estado (según Huici Miranda) Abu Abd Allah Muhammad Ibn Umar, nieto del califa Abd al-Mumin, que residió durante mucho tiempo en la misma con su familia. Su gobierno en Baeza debió ser ventajoso para la población, a juzgar por el apoyo que la misma prestaría años después a uno de sus hijos.


Mezquita de la Kutubía de Marrakech (Marruecos), construida por el primer Amir Almohade Abd al Mumin en el periodo 1133–1163.





Fuentes:

https://books.google.es/books?id=Hr7y7X68vOwC&pg=PA308&lpg=PA308&dq=Abu+Bakr,+nacido+en+Baeza+(1129-1208&source=bl&ots=IaocX8NF0t&sig=ULPvCf0rIFPRGL-25CuU8BvfJPc&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjM3cD5oe3SAhWOHsAKHaUJBdcQ6AEIGjAA#v=onepage&q=Abu%20Bakr%2C%20nacido%20en%20Baeza%20(1129-1208&f=false


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