martes, 14 de febrero de 2017

EL ARMARIO DE LAS TRES LLAVES DE BAEZA



En la sala que daba al norte se conservaba el armario de tres llaves, empotrado, con buenas tallas del XVI, donde se guardaban los padrones de la nobleza baezana y depositados hoy en el Archivo Histórico Municipal, en la Casa de la Cultura.

Dos eran los archivos en los que se guardaba la documentación que generaba el gobierno de la ciudad, debiéndose añadir un tercero con la desaparición de la Compañía de los doscientos Ballesteros de Santiago en 1757 por orden de Carlos III y cuyo patrimonio archivístico pasó al Ayuntamiento por orden superior.

El primero de ellos se encontraba en la sala alta de las Casas de Cabildo en donde se celebraban los plenos municipales.

En esta sala, y junto a la ventana que existía a sus pies, había un armario empotrado en la pared con unas puertas que aún se conservan en el actual Museo de Baeza.


Dichas puertas tienen talladas las alegorías de las virtudes cardinales y teologales, cualidades que debían regir a todo gobernante, estando coronadas por la figura de San Miguel luchando contra las fuerzas del mal: toda una alegoría sobre lo que debía ser el gobierno de la ciudad.

La documentación que contenía estaba directamente bajo la responsabilidad de la Ciudad, disponiendo el armario de tres cerraduras con sus correspondientes llaves.

La primera de las llaves era custodiada por el Corregidor de la ciudad, otra la tenían los escribanos de Cabildo y la tercera se sorteaba entre los regidores de la ciudad, siendo el elegido nombrado como caballero clavero hasta la siguiente elección.

En los cajones que contenía este archivo se custodiaban los Privilegios Reales, concebidos a Baeza así como otros relativos al funcionamiento de la ciudad como el Fuero y ordenanzas, además del padrón de hidalgos de ella.

La apertura de este archivo se realizaba de forma solemne por mandato del corregidor.

Este citaba mediante cédula o acuerdo de cabildo a los claveros para un determinado día y hora, nombrándose en ocasiones además una comisión de dos regidores y un jurado que estaba presente durante su apertura.

Uno de los motivos más frecuentes de su apertura era la inclusión de los hijosdalgos en el padrón de la ciudad o los trámites previos para su declaración.

En estas ocasiones no existía en Baeza arancel alguno para la realización de este trabajo tal y como era cobrado en otras ciudades. Sin embargo, si existió la costumbre de satisfacer los interesados una serie de propinas a los claveros y comisionados de su apertura.

Esta consistía en media arroba de chocolate y media de dulces para el corregidor, caballero clavero y demás regidores comisionados para la apertura, recibiendo la mitad el jurado, sindico y escribanos de cabildo presentes en el acto.

Las mencionadas propinas eran entregadas de forma “Voluntaria” y su coste suponía, a finales del siglo XVIII, un valor aproximado de 20 doblones.

A modo de ejemplo tenemos que a finales del siglo XVIII en Jaén la apertura del archivo municipal con este mismo motivo estaba grabado con 80 reales al corregidor y 75 a cada uno de los demás capitulares que debía satisfacer el interesado.

No sabemos en qué momento el armario deja de existir como tal, debió de ser a finales del siglo XIX o principios del XX cuando el templo sufre sus mayores destrozos.

Los documentos orales más antiguos sitúan la puerta de las tres llaves en el Ayuntamiento de Baeza (Casa del Corregidor) hasta que es trasladado en los años noventa en pleno siglo XX al archivo histórico municipal, hasta que en 2008 es trasladado al actual museo de Baeza.



Nos llama la atención que como remate aparece una imagen de San Miguel, vencedor del maligno, que en su escudo presenta grabada las armas de la ciudad. Hay que tener en cuenta que la devoción a San Miguel en Baeza a pesar de encontrarse suprimida o mejor dicho, haber sufrido una ecología festiva, tiene una larga historia devoción episcopal.

Las virtudes representadas en la puerta son las tres teologales, las cuatro cardinales y una más para completar el número ocho.


Al igual que pasa en el sepulcro de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, en la capilla real de la catedral de Granada, donde se añade la “Paciencia”. Aquí no es el caso, pues esta octava se considera de difícil identificación.

En el "Armario de las tres llaves" encontramos las siguientes virtudes:







La virtud de la Justicia, La Templanza, La Caridad, La Fortaleza, La Templanza, La Prudencia, La Fé y "Otra desconocida".

La Virtud de La Justicia





Virtud de la Templanza




Virtud de la Caridad



La virtud de la Fortaleza





La Virtud de la Esperanza



La Virtud de la Prudencia



La Virtud de la Fe



La Virtud Desconocida


Para los cristianos “El arcángel San Miguel” es el protector de la Iglesia y considerado abogado del pueblo elegido de Dios. La Iglesia Católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal.

No olvidemos que Baeza es la sede episcopal más antigua de Andalucía y la primera visigoda restablecida por Fernando III en 1227 tras la conquista de la ciudad a los musulmanes, momento en el que el dominico Fray Domingo queda en la ciudad como primer obispo.

Es por ello, por lo que tiene toda su razón de ser que este “armario de las tres llaves” esté coronado con la imagen de dicho arcángel.

Es concebido de manera clásica, como un joven semidesnudo, a pesar de estar vestido de forma parecida a como se representa al dios Marte, con indumentaria militar de época romana. (sea casualidad o no, en Baeza antes de existir la Catedral existió un templo romano dedicado al dios Marte).

Es claramente representado en la rebelión del comienzo de los tiempos, con la espada en alto y pisando al demonio junto a otra serie de ángeles caídos.

 
Detalle del escudo en el casetón

Escudo de Baeza en las manos de San Miguel


Fuentes:


El armario de las tres llaves de la Catedral de Baeza, un interesante discurso de virtudes del Siglo XVI. Autor Pablo Jesús Lorite Cruz

Las escribanías mayores de cabildo en Baeza. Autor Antonio Extremera Oliván.

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