jueves, 28 de enero de 2016

HOSPITAL DE SAN ANTONIO ABAD


Copia de una lámina de Antonio Abad que existe en la Catedral de Baeza




Baeza tenía tantos conventos como la capital, 17, y la misma distribución, 10 de frailes y 7 de monjas. Había mercedarios, carmelitas descalzos, paúles, trinitarios calzados y descalzos, dominicos, franciscanos, jesuitas (con dos conventos) uno de ellos el de Santiago y un total de 24 sacerdotes y 11 coadjutores), y también uno de comendadores del Espíritu Santo, otro de recoletos de San Buenaventura y un colegio universitario, el de San Felipe Neri, para estudiantes de filosofía y teología. 

Conventos de monjas eran el de Padua, el de agustinas recoletas, carmelitas descalzas, el de Santa Paula, clarisas, dominicas de Santa María de Gracia y uno de franciscas claustrales que era además colegio para niñas  pasan al estado religioso,disponiendo entonces de 6 plazas a ese efecto. 






Los habitantes de Baeza ocupaban 1.818 casas, 134 alquerías y 70 cortijos. En un término de 51.147 fanegas, había 3 molinos harineros y 19 hornos de pan, 17 molinos de aceite, 4 tenerías y 5 tintes de lana, 2 mesones y 3 hospitales, uno de ellos para pobres mendigos pasajeros y otro para  enfermos tocados de fuego , el de San Antonio Abad


Entre las diversas encomiendas dependientes de la Preceptoría General de Castrogériz, se halla la de Baeza.

 
Baeza, 1880 - (Señalado el antiguo hospital y a la derecha la desaparecida iglesia)



La noticia más antigua que poseemos acerca de esta casa se encuentra en la Tasación de la Décima Pontificia de 1311 a 1312, en la que se enumeran las distintas cantidades que ha de pagar a la Cámara Apostólica cada una de las entidades religiosas del obispado de Jaén; se alude a la orden de S. Antón en los siguientes términos: 

 Sant Antón de Baeça ha de dar de décima dos maravedís


Es esta una fecha muy cercana a la de su constitución como orden por Bonifacio VIII, y uno de los momentos de más pujanza de su historia. La finalidad de esta fundación coincide con la de la Orden en general, puesto que estaba integrada por un hospital destinado a acoger enfermos del fuego sacro, anejo a una iglesia para el culto del santo. 



La referencia más moderna procede de un autor del siglo XIX que decía lo siguiente:

"Existe esta iglesia [de S. Antón] de cuya fundación por antigua no hay memoria, pero existe cerrada al culto y a todo uso, desde el año 1842, por su estado completamente ruinoso. Su emplazamiento está lindando a la casa de niños expósitos, derecha entrando en ella y formando esquina a la calle y callejón del nombre del Santo. Perteneció esta iglesia, en época remota, a la casa destinada a hospital para curar enfermos de fuego de S. Antón; establecimiento que estaba regido por un llamado comendador. Hoy es propiedad del municipio y hay necesidad de demolerlo porque ofrece inminente peligro su mal estado".


 
escudo de la orden con el típico «Tao», sobre águila imperial, según ordenan los Estatutos



En cuanto al personal dedicado a atender a los enfermos, además de los hermanos que se ocupaban de estas tareas, así como de la recogida de limosnas y de los cuidados espirituales, en este hospital De Baeza, como en todos los demás, había "asalariado, médico y cirujano, boticario y barbero.

(Aún conserva el hueco cegado del torno de cuando fue casa de Niños Expósitos).




Para su mantenimiento la fuente de ingresos más importante son las limosnas, que presentan la problemática de la orden en general. En primer lugar la proliferación de cofradías bajo la advocación de S. Antón, cuyas tareas de cuestación había que controlar y reglamentar. En segundo lugar están las ingerencias del clero secular en el producto de las peticiones. En este aspecto existe un documento de 1382 referente a un pleito entre el cabildo de Jaén y el comendador de la orden de S. Antón de Córdoba y Baeza, sobre la cuarta parte de la cuestación realizada por dicha orden y que era retenida por el cabildo.





La solución del problema se alcanzó con la renuncia por parte del cabildo expresada en los siguientes términos:



"Los dichos señor obispo et cabillo desían que [la quarta parte de la demanda que la dicha orden de Sant Antón fase en el obispado de Jahén], pertenesçía aver a la obra de la dicha iglesia de derecho; e que agora por amor de pase de concordia  et otro sí por amor de Sant Antón et por la grant povresa e mester en que la dicha orden está en este obispado, que ellos que partían mano para agora et para siempre jamás en todo tiempo, de la dicha quarta parte de la dicha demanda; e puesto que ellos oviesen derecho a ella, que ellos les fasian quitación et donamiento della a la dicha orden para con que meior se pudiesse proveer".






Otro testimonio que incide en este mismo aspecto, aunque ya más tardío, es un documento fechado el 26 de febrero de 1532, en Valladolid, por el que "fray Lucas Fernández de Almenara, comendador de la casa e monesterio del Señor S. Antón de la çibdad de Baeça", solicitó ante el notario que se hicieran traslados de una carta apostólica, en forma de breve, de Clemente VII (1378-1394), en la que se ordenaba que no se impidiera la cuestación de limosnas a las personas de dicha orden.




Por último encontramos la competencia planteada por la aparición y asentamiento en su jurisdicción de otras órdenes mendicantes. En este sentido se expresan la ordenación LXXXI del Capítulo de Toledo de 1596, en la que se manda al comendador de Baeza, Fray Lucas de Almenara, que haga las gestiones para que se resuelva el proceso que se había iniciado en la Real Chancillería de Granada, porque "los frailes de la tercera regla de S. Francisco, con siniestras relaciones y inválidos títulos y derechos, están intrussos en la cassa perteneciente a esta Orden; y no solo hacen esto pero en nombre de su patrón, contra todas las liçençias  y facultades apostólicas y reales, cobran limosnas".





En cuanto a la región en la que podían desarrollar su actividad de cuestación, queda delimitada en la ordenación del Capítulo de Toledo de 1596, en la que se dice:


Baeza procura sus limosnas en el obispado de Jaén, 
la encomienda de Martos, abbadía de Alcalá la Real y por permisión del Señor Comendador Mayor, mientras fuere su voluntad, en el obispado

De Guadix y Almería, arzobispado de Granada, y Hoya de Baza"



Como vemos, esa encomienda que nació como enclave de la orden en el Alto Guadalquivir, vió enriquecida su jurisdición con las tierras procedentes de la reconquista del reino de Granada, en competencia con la de Ciudad Real, que, según la misma fuente, pedía limosna en el "Campo de Calatrava, Campo de Montiel, Arcedianazgo de Alcaraz, Vicaria de la Puebla de Alcocer, Montes de Toledo, Adelantamiento de Cazorla, Baile de Segura, La Vicaria de Huéscar, Hoya de Baza después de Baeza".


Sobre la importancia que dentro de la Preceptoría general de Castrogériz podía tener esta encomienda, además de su extensión territorial,poseemos su posición en la lista de las pensiones que habían de pagar a la Encomienda Mayor. Esta relación, aunque es de 1596, está hecha "teniendo en cuenta el estatuto antiguo", que no es, sino la "Sagrada Reformación" de 1477. En ella aparece Baeza que ha de contribuir con 2.250 maravedís anuales, le superan Salamanca con 3.000 y Alfaro con 6.000, y en sus mismas circunstancias se encuentran Cuenca y Murcia, Toro y Benavente, Atienza y Córdoba 


POR EL AÑO DE 1588 LA ERMITA DE S. ANTÓN DE GUADIX DEPENDÍA DE LA ORDEN DE LOS HERMANOS HOSPITALARIOS DE S. ANTONIO, CONOCIDOS COMO ANTONIANOS, QUE FUNDARON EL HOSPITAL DE S. ANTONIO ABAD DE BAEZA 

Por los años de 1588 la ermita de S. Antón de Guadix dependía del Hospital de San Antón Abad de Baeza. 

Este hospital fue fundado posiblemente en el primer cuarto del siglo XVI por la Orden de S. Antonio, conocida como Antonianos, que se instituyó hacia 1095 con el propósito de cuidar a los que sufrían una enfermedad muy común en la Edad Media conocida como el “fuego de S. Antón”. 

En 1532 el comendador o superior de la Orden en dicho hospital era fray Lucas Fernández de Almenara. La Orden de los Hermanos Hospitalarios de S. Antonio fue extinguida en 1791 por el Papa Pío VI.



Refiriéndome a la ermita de S. Antón de Guadix, y por lo que se infiere del exiguo documento, el Comendador del hospital de Baeza tenía la potestad de nombrar al ermitaño que atendía la ermita, posiblemente de la misma Orden de los Hermanos Hospitalarios de S. Antonio. Pero salta una duda, ¿sería porque el titular de la ermita era S. Antón o porque en ella se recogían enfermos que padecían el mal del “fuego de S. Antón?

El Hospital de Baeza y Alcalá la Real

 El  Hospital   de Baeza  recibió  privilegios apostólicos y reales para recoger limosnas en diversos lugares del reino de Jaén , y, en concreto,  Alcalá la Real  pertenecía a ella por tres razones: “  las  limosnas pertenecían a la Real  Casa Hospital  del Señor San Antonio Abad de Baeza, y a los comendadores  e fuerza de los privilegios reales y apostólicos que tiene  ;  por estar dicha ciudad en el distinto y demarcación de dicha encomienda; y finalmente  ya si mismo la discreción y gobierno de la referida iglesia por ser erecta en la advocación del señor abad san Antonio Abad” Tan sólo se nombraba un sindico  recolector que debía dar cuentas de la recolecta. 

 

En 1976 el edificio fue restaurado y acondicionado como Casa de la Juventud y sede de la Cruz Roja. Entre 1986 y 1988 la Escuela Taller de Baeza lo restaura, acondicionandolo para Archivo Historico y Biblioteca.

 

 

 La orden de San Antón

 

 
La Orden de S. Antón es una de las órdenes hospitalarias creadas enla Edad Media, para remediar la situación de los muchos enfermos orasionados por las distintas epidemias que azotaron a la humanidad a lo largo de dicha época.

Nace en la ciudad francesa de Vienne, en cuya iglesia de S. Antón se conservaba, según piadosa tradición, el cuerpo de S. Antonio Abad, traído de Constantinopla.

Un caballero de dicha ciudad, llamado Gastón, ante la gravedad de su hijo que había enfermado del llamado fuego de S. Antonio, una especie de erisipela, prometió al Santo que si éste sanaba fundaría un hospital anejo a su iglesia de la ciudad. Cuando el muchacho curó, su padre junto con un grupo de piadosos varones, fundó dicho hospital y en 1095, se constituyó en cofradía para cuidar de los enfermos aquejados de dicho mal y para recoger las limosnas que hicieran posible el mantenimiento de dicha casa de caridad. Esta asociación fue autorizada por Honorio III en 1228.

La Iglesia de S. Antón de Vienne, así como el citado hospital y, por tanto su cofradía, se hallaban bajo la jurisdicción del Monasterio de Montemayor, de la Orden de S. Benito, de la diócesis de Arlés. Fué Bonifacio VIII, por medio de la Bula In dispositione, fechada en Roma, 16 de junio de 1297, el que la constituyó como orden, dándole a observar la regla de los canónigos regulares de S. Agustín e independizándola de cualquier otra autoridad eclesiástica, al constituirla en monasterio directamente ligado a la Sede Apostólica.

Su función hospitalaria se orientaba fundamentalmente al cuidado de las personas que padecían la enfermedad del fuego de S. Antonio. Con posterioridad, esta dedicación se amplió, al menos oficialmente, al cuidado de los niños expósitos, los pobres y los peregrinos . Sin embargo la actividad primordial de las casas de la Orden se dirigió a los quemados, personas que padecían o habían padecido el fuego sacro, y a los pobres siendo estos últimos los beneficiarios de su hospitalidad cuando esa enfermedad fue desapareciendo, hasta el punto de hacer innecesaria la existencia de esta Orden.
Los medios económicos de que se valía esta congregación para atender a la realización de sus fines procedían de dos fuentes fundamentales: las limosnas y las "mandas" testamentarias .

Las limosnas tienen tres procedencias diferentes: las que se consiguen por la petición directa de los "freyres" en los distintos núcleos de población; aquellas que se obtienen a partir del culto al Santo; y, por último, unas que tienen carácter muy peculiar la manutención por los fieles de los animales marcados con el signo de S. Antón, especialmente los cerdos

 GALERIA FOTOGRAFICA










En un muro lateral, algo retranqueado, hay otra solana con antepecho heráldico que procede de un derribo de la calle del Carmen, núm. 23.
























































FUENTES:  
 Carmen Argente del Castillo Ocaña
 José Rivera Tubilla  - Archivo Histórico Diocesano de Guadix





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