miércoles, 27 de enero de 2016

FUENTE DE EL PILAREJO







La hoy conocida como fuente del Pilarejo era conocida antaño como Pilar del Postigo, tomando su nombre del cercano Postigo o Arco de San Benito, desde el que salía el camino de Bedmar, donde, descendiendo varios metros, se halla esta fuente. 



Como la del Fraile, forma parte de una serie de surgencias a piedemonte en los declives que conforma la mesa sobre la que se asienta la ciudad y que eran ya explotadas, con total seguridad, en época medieval.




 De hecho, el pilar del Postigo ya es citado en un documento sin fechar, datado por unos a finales del siglo XV y por otros a mediados del XIV (José Policarpo Cruz Cabrera: Las Fuentes de Baeza. Universidad de Granada, 1994, páginas 209-211) a propósito de la solicitud de construcción de una tenería por parte varios chapineros y zapateros, junto al pilar del Postigo, para provechar sus remanentes. 





Este establecimiento para la trata de pieles, manufactura que precisaba agua en cantidad, fue reconstruido a principios del siglo XVI por la hermandad gremial de San Pedro y San Pablo, asentada en la catedral, y en la que se integraban los zapateros y curtidores de la ciudad. Por tanto, aunque la factura del pilar presenta un aspecto moderno, con su frontis de ladrillo y revocados de cemento, la fuente en sí , en cuanto a constancia documental, es la más antigua de Baeza.



J. P. Cruz nos comenta que esta fuente estuvo asociada desde la baja Edad Media a la manufactura del tratamiento de pieles y corambres, que precisaba gran cantidad de agua y debía ubicarse en lugar lo suficientemente alejado de la población, por los malos olores, como para no estorbar al vecindario.


Cuadro de 1897 Casa de Curtidores o las Tenerías

 Al otro lado del camino, frente a la fuente, y en terreno privado, quedan restos arquitectónicos que podrían pertenecer a la que era conocida como la ”Tenería Grande”, para distinguirla de los pequeños establecimientos dedicados a esta actividad que estaban cerca de la puerta de Córdoba y donde por su caudal más pequeño de agua no podían tratarte, a diferencia de ésta ubicada junto al pilar del Postigo, las pieles de vacuno.

Se trata de una alberca y dos arcos ojivales, de cantería, pegados al muro de contención del propio camino.

Sus remanentes también se han usado tradicionalmente para regadío y para abasto de animales


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